COVID-19: Se requieren medidas urgentes de estímulo económico y respecto al lugar de trabajo

La CSI y sus asociados en la Agrupación Global Unions han reclamado hoy una acción urgente por parte de los Gobiernos y empleadores respecto a la crisis del COVID-19, en una declaración adoptada por la reunión del Consejo Global Unions (CGU) celebrada hoy en Londres.

La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, declaró que “Los Gobiernos deben actuar con celeridad estableciendo planes urgentes de estímulo económico y medidas a nivel de los lugares de trabajo, para proteger la salud y los ingresos de los trabajadores y sus familias y estabilizar la economía real.

Las enormes presiones ejercidas sobre los sistemas de salud a causa del coronavirus (COVID-19) están provocando considerables desafíos a la salud pública. Los profesionales de la salud están en primera línea frente al impacto económico, social y sanitario de la crisis y, aunque los trabajadores de todos los sectores se exponen a riesgos, queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento por el coraje mostrado por trabajadores de la salud y los cuidados, que asumen la carga inmediata en cuanto a mitigación y tratamiento.

Unos paquetes de estímulo económico urgente deberán incluir: bajas remuneradas por enfermedad, manteniendo los ingresos para cubrir los gastos de vivienda, electricidad, alimentación y otros bienes esenciales, y extensión de la protección social a todos los trabajadores y trabajadoras, independientemente de su relación contractual de empleo. Sólo de esa manera se podrán mantener los empleos y la economía, proteger salarios, el bienestar de los trabajadores, y las pequeñas y medianas empresas (PyME). Si se han aprendido las lecciones de la crisis en 2008/9, está claro que el objetivo central ha de ser brindar apoyo a los ingresos que necesitan las familias trabajadoras y que benefician a las empresas, y no el rescate de bancos e instituciones financieras. Los Gobiernos tendrán que cooperar e implicarse con instituciones multilaterales para gestionar las consecuencias sobre países con menos posibilidades de responder y garantizar una ayuda vital y las capacidades necesarias para hacer frente a la amenaza que representa el COVID-19”.

Steven Cotton, secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) y presidente del CGU, declaró: “Reconocemos que esta pandemia representa un entorno difícil para hacer negocios, pero los empleadores han de actuar de manera decisiva y responsable, proporcionando la debida protección a los trabajadores a lo largo de sus cadenas de suministro. Empezando por su obligación de diligencia protegiendo a los trabajadores de la transmisión del coronavirus, que ha de extenderse a proteger también sus salarios independientemente de su relación contractual, garantizando permisos remunerados por enfermedad y condiciones de trabajo flexibles durante esta crisis. Instamos a los empleadores a dar prioridad a los derechos y el bienestar de sus trabajadores, actuando todos colectivamente en respuesta a los desafíos planteados por el COVID 19”.