El atentado se produjo el último sábado, 23 de febrero, en la ciudad de Cali. Los sindicalistas retornaban justamente de una reunión con representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y con delegados del gobierno, en un encuentro sobre despidos de más de 400 funcionarios públicos en Cali.
Los agresores dispararon repetidas veces contra el vehículo y fueron repelidos por el equipo de escoltas que los acompañaban. Afortunadamente el vehículo blindado impidió que los pasajeros resultasen heridos.
Este acto criminal se suma a una escalada de la violencia antisindical en Colombia desde principios del año.
“La situación es sumamente grave. El gobierno colombiano ha asumido inúmeros compromisos a nivel internacional de acabar con el clima de intimidación y violencia contra sindicalistas. Estos últimos hechos nos ponen en alerta roja”, declaró Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI
En una carta enviada a las autoridades colombianas, la CSI exige del Presidente Juan Manual Santos que toma las medidas necesarias con toda la urgencia para encontrar a los culpables y garantizar la protección de los sindicalistas.