Birmania: optimismo prudente – se requieren más progresos para levantar las sanciones

Aunque hay motivos para sentir cierto optimismo ante los recientes acontecimientos que han tenido lugar en Birmania, la comunidad internacional no debería levantar las sanciones hasta que se manifiesten unos progresos concretos en cuanto a las normas del trabajo y otros derechos humanos. En base a las conclusiones de su reciente misión, la CSI está instando a la comunidad internacional a que adopte un enfoque gradual para retirar las sanciones, lo cual recompensa los progresos con resultados concretos relativos a una serie de referentes en materia de derechos laborales y humanos.

“No cabe duda de que en Birmania se están produciendo cambios. Sin embargo, eliminar ahora todas o incluso la mayoría de las sanciones sería recompensar unas medidas incompletas y eliminar un importante impulso necesario para que se lleven a cabo las reformas restantes”, expresó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI. “Las sanciones sólo deberían levantarse, de forma gradual, cuando el régimen implemente una reforma real que incluya la erradicación del trabajo forzoso, la permisión de la libertad sindical y la negociación colectiva, poniendo fin a otras graves violaciones de los derechos humanos, garantizando unas elecciones libres e imparciales y negociando la paz con grupos étnicos con los cuales sigue estando en conflicto.”

La misión de los servicios de la CSI, que estuvo en Birmania del 12 al 16 de febrero, se reunió con el Ministro de Trabajo y otros funcionarios del Gobierno, con sindicatos emergentes y representantes de los empleadores y con la nueva Comisión de Derechos Humanos. También mantuvo conversaciones con el representante de la OIT encargado de contribuir a terminar con el uso generalizado del trabajo forzoso. La misión visitó asimismo a la líder democrática Aung San Suu Kyi.

El número de huelgas en las zonas industriales de Rangún se ha disparado: los trabajadores y trabajadoras protestan por unos sueldos de apenas 60 USD mensuales y por las hasta 80 horas extraordinarias al mes. Las condiciones de salud y seguridad son pésimas, y se supone que apenas 30 inspectores del trabajo han de cubrir el país entero.

La CSI está también preocupada por una “fiebre del oro” potencial por parte de inversores extranjeros que buscan explotar la mano de obra barata y los abundantes recursos naturales del país cuando finalmente se hayan levantado las sanciones a la inversión. Esto hay que evitarlo. La comunidad internacional tiene que esforzarse por garantizar que las inversiones futuras respeten plenamente las normas nacionales e internacionales en materia de transparencia, trabajo y medioambiente, entre otras.

Para leer el documento “Burma Sanctions Benchmarks” de la CSI