Birmania: La CSI denuncia la condena de Aung San Suu Kyi y reclama su liberación inmediata

La CSI denuncia terminantemente el veredicto emitido este martes contra Aung San Suu Kyi y reclama su puesta en libertad inmediata e incondicional. Tras un juicio que la CSI califica de fantoche, la líder de la oposición birmana y premio Nóbel de la Paz fue condenada en un primer momento a tres años de prisión y trabajos forzados por haber infringido las condiciones de su arresto domiciliario, pena que el jefe de la Junta Militar, Than Shwe, conmutó por 18 meses de arresto domiciliario y vigilado.

Bruselas, 11 de agosto de 2009: La CSI denuncia terminantemente el veredicto emitido este martes contra Aung San Suu Kyi y reclama su puesta en libertad inmediata e incondicional. Tras un juicio que la CSI califica de fantoche, la líder de la oposición birmana y premio Nóbel de la Paz fue condenada en un primer momento a tres años de prisión y trabajos forzados por haber infringido las condiciones de su arresto domiciliario, pena que el jefe de la Junta Militar, Than Shwe, conmutó por 18 meses de arresto domiciliario y vigilado.

El tribunal, reunido en el complejo penitenciario de Insein, al norte de Rangún, declaró a Aung Suu Kyi culpable de haber violado las condiciones que rigen desde 2003 su arresto domiciliario. En mayo de este año, Aung San Suu Kyi alojó brevemente al estadounidense John Yettaw que extrañamente había logrado nadar hasta su domicilio, situado al borde de un lago. Éste, por su parte, ha sido condenado a siete años de trabajos forzados.

Para la CSI es evidente que esta parodia de juicio pretendía ante todo arreglárselas para que la líder de la oposición birmana no pueda desempeñar ningún papel durante las próximas “elecciones” nacionales, previstas para 2010. Si no se anuncia ninguna medida de clemencia de aquí a 2010, la pena impuesta hoy impedirá efectivamente a Aung San Suu Kyi presentarse a dichas elecciones.

Desde 1989, Aung San Suu Kyi ha estado confinada a arresto domiciliario durante más de 13 años, medida que la ONU califica de flagrante atentado al derecho internacional así como a la legislación birmana.

En septiembre de 2007, un importante movimiento no violento, formado por monjes, religiosos budistas y militantes por la democracia, se manifestó contra el régimen militar. La denominada Revolución del Azafrán se saldó con un baño de sangre cuando el ejército abrió fuego sobre la multitud tras 11 días de manifestaciones, y estuvo seguida por una masiva ola de arrestos. Menos de un año después, el régimen aprovechó la catástrofe ocasionada por un ciclón devastador para proceder a llevar a cabo nuevos arrestos de militantes y hacer ratificar una nueva Constitución tras un referéndum fraudulento celebrado apenas unos días después del paso del ciclón.

Denunciando una vez más la represión abyecta que sufre el pueblo birmano, la CSI solicita la liberación inmediata e incondicional de Aung San Suu Kyi, así como la puesta en libertad de los más de 2.100 prisioneros políticos detenidos a presente en Birmania, entre los que se encuentran militantes sindicales.

Leer también la entrevista a Maung Maung, Secretario General de la FTUB (Federation of Trade Unions of Burma) . En esta entrevista, Maung Maung analiza la represión antisindical y solicita la imposición de sanciones económicas internacionales suplementarias contra la dictadura birmana.

Foto: Katinho

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