Chouicha fue arrestado el 9 de diciembre, cuando se presentó a una comisaría de policía para recuperar su teléfono móvil, que le había sido confiscado durante una manifestación. En pocas horas, fue sentenciado en juicio sumario a una pena de un año de prisión. Previamente, el 3 de diciembre, las autoridades habían procedido al cierre de las oficinas de la CGATA.
“El encarcelamiento arbitrario de un dirigente sindical, simplemente por haber efectuado declaraciones públicas y publicaciones en las redes sociales a favor de la democracia, representa una flagrante violación de la obligación de respetar la libertad sindical en Argelia y constituye una acusación sumamente preocupante contra quienes ocupan el poder. Ha de procederse a su inmediata liberación, retirándose todos los cargos ilegítimos que pesan en su contra. La represión contra el derecho legítimo de la CGATA a representar a los trabajadores y las trabajadoras debe cesar. El futuro de Argelia no puede apoyarse en sofocar la libertad sindical y la libertad de expresión”, declaró la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow.