Alianza sindical mundial presenta ante OCDE demanda contra Deutsche Telekom por represión antisindical

La demanda presentada hoy ante la OCDE describe cómo Deutsche Telekom se ha implicado en una actividad antisindical en Estados Unidos y Montenegro que viola las Directrices para Empresas Multinacionales de la organización.

La demanda, presentada por el sindicato alemán ver.di, el sindicato estadounidense Communications Workers of America y la federación sindical internacional UNI Global Union, detalla la actividad de represión antisindical en Estados Unidos, por la cual la dirección de la filial T-Mobile USA, 100% propiedad de la empresa, “se ha implicado en un modelo de conducta destinado a socavar y frustrar los esfuerzos de los empleados para elegir libremente su representación sindical, y a denegar a los empleados sus derechos a la negociación colectiva.”

También revela que en Montenegro la dirección de Crnogorski Telekom, una filial propiedad mayoritaria de Deutsche Telekom, se ha implicado en una conducta destinada a socavar la capacidad de los empleados para participar en acciones colectivas y ejercer sus derechos a la negociación colectiva.

“Deutsche Telekom ha establecido una doble moral para las condiciones laborales, por la cual los trabajadores/as alemanes tienen el derecho a una representación sindical y a la negociación colectiva, mientras que los de EE.UU. y Montenegro no,” dijo Philip Jennings, Secretario General de UNI. “Se trata de una clara violación de las propias directrices de responsabilidad social corporativa de la empresa, así como de las Directrices de la OCDE.”

Las Directrices de la OCDE, de las cuales son signatarios Alemania y Estados Unidos, han establecido una norma única que todos los Gobiernos deben fomentar ante los empleadores, incluyendo el derecho de los trabajadores de empresas multinacionales a formar o unirse a sindicatos de su elección, a disponer de unas normas de empleo y unas relaciones de trabajo que no sean “menos favorables” que las del empleador en el país sede de la empresa, y permitir a los representantes autorizados de los trabajadores participar en la negociación colectiva y en cuestiones de relaciones entre trabajadores y directivos.

Los sindicatos reclaman al Gobierno alemán, dueño del 30% de Deutsche Telekom, que se asegure de que la empresa permita a todos sus trabajadores y trabajadoras participar en actividades sindicales de forma libre y justa.

“Deutsche Telekom ha sido una y otra vez foco de atención negativa por llevar a cabo una política corporativa antisindical contra los empleados en sus filiales internacionales”, declaró Lothar Schröder, miembro del Consejo de ver.di como Jefe del Departamento de telecomunicaciones del sindicato. “La empresa tiene que hacerse responsable.”

En el ataque más reciente a los derechos sindicales en T-Mobile USA, la dirección ha desplegado una serie de tácticas conocidas en EE.UU. por el eufemismo “evasión sindical”, después de que los trabajadores firmaran tarjetas indicando su deseo de estar representados por CWA.

“La dirección de T-Mobile USA está siguiendo el libro de jugadas clásicas de represión antisindical”, afirmó Larry Cohen, Presidente de CWA. “Están utilizando todas las tácticas posibles para retrasar las elecciones, intentando al mismo tiempo intimidar a los trabajadores y conseguir que teman perder su trabajo si votan a favor de un sindicato.”

En la demanda, los sindicatos exigen además al Gobierno alemán que intervenga y medie una solución para estas cuestiones. El Gobierno también puede decretar si la empresa ha violado o no las Directrices.

La comunidad inversora se tomará muy en serio un dictamen de que la empresa ha violado las Directrices, al tratarse de una violación a unas normas de responsabilidad social globalmente aceptadas.

Los Gobiernos están obligados a garantizar que las multinacionales basadas en sus respectivos países respeten las Directrices de la OCDE, dijo Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, que está apoyando la campaña mundial.

“El Gobierno alemán tiene que tomarse esta demanda muy en serio y asegurarse de que la empresa se atenga a las normas internacionales”, dijo Burrow. “No sólo está en juego la reputación de la empresa, sino la reputación del Gobierno alemán.”

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