Hacer de la salud y seguridad en el trabajo un derecho fundamental esta Jornada Internacional de Conmemoración - 28 de abril #IWMD22

Con ocasión de la Jornada Internacional de Conmemoración #IWMD22, sindicatos de todo el mundo presionan reclamando que por fin se considere la salud y seguridad como un derecho fundamental en el trabajo.

“No cabe la menor duda. Cualquier persona debería saber que tiene derecho a esperar que se haga todo lo necesario para garantizar su seguridad en el trabajo.

“Pedimos por tanto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adopte la salud y seguridad como un derecho fundamental en el trabajo. Resulta tan fundamental como la libertad sindical o la eliminación del trabajo forzoso, el trabajo infantil y la discriminación en el empleo”, aseguró la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.

Han transcurrido ya tres años desde que la Conferencia del Centenario de la OIT acordó hacerlo. En ese tiempo alrededor de 8,1 millones de personas han perdido la vida por culpa de su trabajo, y muchas otras sufren lesiones y enfermedades que han cambiado sus vidas porque sus empleadores no las protegieron debidamente.

Sharan Burrow continúa afirmando que “La pandemia de COVID-19 ha venido a demostrar sin lugar a dudas que la gente trabajadora no puede seguir esperando un cambio al respecto. Las muertes en el lugar de trabajo son evitables y las últimas cifras indican que se produce al menos una muerte cada diez segundos en el trabajo. La OIT daría así un primer paso para poner fin a esta tremenda cifra de víctimas mortales y de lesiones”.

Más que un derecho fundamental

La CSI y sus afiliadas piden además a los Gobiernos que tomen medidas para:

  • ratificar e implementar los convenios básicos de la OIT sobre salud y seguridad;
  • ratificar e implementar todos los convenios sectoriales o sobre riesgos laborales específicos;
  • establecer organismos nacionales sobre salud y seguridad agrupando a representantes de sindicatos y patronal;
  • requerir servicios de salud laboral para todos y acordar la debida compensación, incluyendo el reconocimiento de la COVID-19 como enfermedad laboral.

“Los empleadores han de responsabilizarse de evaluar y erradicar riesgos en sus centros de trabajo y a lo largo de la cadena de suministros, y consultar a los sindicatos respecto a medidas de prevención por medio de comités de salud y seguridad en el lugar de trabajo.

“Es necesario asimismo que la OIT haga mucho más y aborde desafíos como el estrés en el trabajo, los trastornos musculo-esqueléticos, además de elaborar un convenio sobre riesgos biológicos como la COVID-19. Resulta urgente que la COVID-19 se reconozca como la amenaza que supone en los lugares de trabajo. La salud y la seguridad debería ser una prioridad en el trabajo, y no algo que apenas se considera ocasionalmente a posteriori”, concluyó Sharan Burrow.