Esta novedad introducida por la CIT –el parlamento de la ONU para asuntos laborales– constituye la primera ampliación de los derechos humanos fundamentales de los trabajadores en un cuarto de siglo.
Más de 3 millones de trabajadores fallecen cada año a causa de su trabajo, y decenas de millones sufren lesiones y enfermedades, por lo que esta victoria, fruto de una campaña continua durante tres años llevada a cabo por sindicatos, profesionales, expertos y familias de las víctimas, empezará a invertir esta mortífera tendencia.
Se trata de un avance que añade el derecho a un entorno laboral saludable y seguro a los cuatro derechos adoptados en 1998 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT):
- La libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva.
- La eliminación del trabajo forzoso u obligatorio.
- La eliminación del trabajo infantil.
- La eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.
La CIT, que reúne a sindicatos, representantes de los empleadores y Gobiernos de los Estados miembros, adoptó asimismo el Convenio 155 sobre salud y seguridad de los trabajadores y el Convenio 187 sobre el marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo como “convenios fundamentales” que todos los países miembros de la OIT están obligados a cumplir.
Dichos convenios también suelen incluirse en los acuerdos comerciales, las normas de financiación internacionales y las normas de las cadenas de suministro mundiales.
La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, ha declarado: “La pandemia de la COVID-19 ha demostrado sin lugar a dudas la necesidad de adoptar medidas para proteger a los trabajadores que, con demasiada frecuencia, se ven obligados a elegir entre su salud y su medio de vida. Nadie debería morir por intentar ganarse la vida.
“Cada 28 de abril, Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, trabajadores y sindicatos de todo el mundo rinden homenaje a la memoria de los muertos y siguen luchando por los vivos. Ahora debemos celebrar esta victoria y dedicarnos a materializar estos derechos”.
Los sindicatos harán ahora campaña para conseguir que un mayor número de países ratifiquen y apliquen todos los convenios de la OIT en materia de salud y seguridad, otorgando a los trabajadores y las trabajadoras el derecho a la consulta sobre las evaluaciones de riesgos, la erradicación de los productos químicos tóxicos y la organización del trabajo tóxico, en particular las largas jornadas laborales, así como formación y equipos de protección gratuitos y el derecho a rechazar trabajos peligrosos.
Los sindicatos también harán campaña para ampliar el acceso a los servicios de salud laboral más allá del 20% de los trabajadores de todo el mundo que actualmente lo disfrutan, así como el subsidio universal por enfermedad desde el primer día, más poderes para los representantes sindicales en materia de seguridad en el lugar de trabajo y más comités mixtos de seguridad.