La discriminación sistemática, la infravaloración del trabajo de las mujeres y el porcentaje desproporcionado de trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres son las causas fundamentales generales de las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
La disparidad es incluso mayor para las mujeres con identidades múltiples y transversales y sectores donde las mujeres tienen una presencia predominante, como los servicios de salud y asistenciales, donde la brecha salarial de género es del 24% y la mayoría de los trabajadores que más ganan son hombres.
A esto se suma al hecho de que las mujeres quedan excluidas del acceso a trabajo decente remunerado. La brecha de participación entre hombres y mujeres en la fuerza de trabajo sigue siendo del 27% y la mayoría de las mujeres se encuentran en empleos precarios e informales con salarios mínimos inadecuados y acceso limitado o inexistente a la protección social.
Además, las brechas de género han aumentado debido a las pérdidas desproporcionadas de empleo e ingresos para las mujeres como consecuencia de los efectos económicos de la pandemia de COVID-19.
La reducción de las diferencias salariales entre hombres y mujeres es un elemento fundamental del Nuevo Contrato Social, que exige justicia salarial, y la agenda transformadora respecto del género para la recuperación y la resiliencia adoptada por la 4ª Conferencia Mundial de Mujeres de la CSI.
Los sindicatos responden
Desde Chile hasta Irlanda, pasando por Nueva Zelanda y Sudáfrica, los sindicatos han participado en actividades de cabildeo, campañas de promoción y diálogo social para la adopción y la aplicación de la legislación y las medidas relativas a la igualdad salarial y la no discriminación a fin de lograr la conciliación entre el trabajo y la vida familiar y hacer frente a la segregación de género en el mercado de trabajo.
Los sindicatos también piden inversiones adecuadas en la economía de los cuidados, la creación de nuevos puestos de trabajo para mujeres, acceso universal a servicios públicos de salud y cuidados de calidad, salarios mínimos vitales y protección social universal.
En la Unión Europea, los sindicatos hacen campaña a favor de la adopción de una Directiva de la UE sobre la transparencia retributiva.
El recientemente publicado informe de la OIT relativo a la legislación sobre transparencia salarial demuestra que cada vez más países están adoptando legislación para la igualdad salarial, como Francia, Chile, Lituania, Estados Unidos e Islandia. Las medidas sobre transparencia retributiva son herramientas eficaces para identificar y aplicar legislación sobre igualdad salarial.
La ratificación universal y la aplicación efectiva del Convenio sobre igualdad de remuneración (núm. 100) de la OIT sigue siendo una norma fundamental del trabajo para todos los países. Lograr que el Convenio núm. 100 sea una realidad es el objetivo general de la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC), dirigida por la OIT, ONU Mujeres y la OCDE.