Un proyecto preliminar del convenio, que se examinará en la 76ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS (21-30 de mayo de 2023), incluye muchos elementos positivos, a saber:
- La importancia del trabajo decente y la protección social para la salud pública.
- La importancia de la inversión en el personal de salud y asistencia.
Sin embargo, el proyecto preliminar no reconoce la importancia fundamental de la salud y la seguridad en el trabajo tanto en la prevención como la respuesta frente a pandemias.
El secretario general adjunto de la CSI, Owen Tudor, añadió: “El proyecto preliminar debe fortalecerse en varias áreas, incluido en lo que respecta al papel de los sindicatos en la protección de los trabajadores y por tanto del público”.
“Las condiciones deficientes en lugares de trabajo de muchos tipos han sido uno de los factores principales de propagación de la COVID-19, y lamentablemente no se han adoptado las medidas necesarias de protección en materia de salud y seguridad, como la ventilación u otros medios para combatir la propagación de esta pandemia causada por un virus de transmisión aérea”.
“Cuando los trabajadores pueden expresar su opinión a través de la negociación colectiva y el diálogo social, estos déficits pueden identificarse y eliminarse por el bien de todos”.
Trabajo decente y protección social
El convenio debe reconocer que, si bien la salud y la asistencia ocupan un lugar central, la agricultura, la educación, el saneamiento, el transporte y los servicios también son necesarios para la salud pública. Por consiguiente, se deben aplicar las normas en materia de trabajo decente y protección social en todos estos ámbitos.
El proyecto preliminar identifica la discriminación, en particular del personal de salud y asistencia, como un factor de preocupación importante. Aunque se acoge con satisfacción el enfoque en la discriminación de género, también deben abordarse plenamente otras formas de discriminación.
El nuevo convenio debería hacer hincapié en la necesidad de:
- Garantizar el acceso universal, gratuito y equitativo para toda la población mundial a las vacunas, las pruebas, los tratamientos y las medidas de prevención, así como inversiones en la capacidad de producción de estos en cada región.
- Eliminar barreras para compartir propiedad intelectual.
La pandemia actual de COVID-19 ha puesto de manifiesto las desigualdades mundiales que hacen que miles de millones de personas corran un riesgo elevado e innecesario de muerte y enfermedad durante una pandemia.
Por tanto, la base de cualquier plan de preparación y prevención frente a pandemias debe ser una inversión en salud pública para todos y el mundo debe ver esta visión reflejada en el nuevo convenio.
La CSI está también preocupada porque el cumplimiento por parte de los Gobiernos del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), la principal herramienta de lucha contra las pandemias, no está sujeto a una supervisión independiente efectiva.
Hace mucho tiempo que es necesario establecer mecanismos para promover y asegurar el cumplimiento del RSI, como los que forman parte del sistema de control de la Organización Internacional del Trabajo o aquellos abordados por el examen periódico universal. El tratado sobre las pandemias brinda la oportunidad de aplicar dichos mecanismos.