WSM y sus socios en Asia, África y América Latina lanzan la red internacional “Derecho a la protección social"

La comunidad internacional y sus instituciones reconocen la importancia del papel de la protección social para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo. De hecho, basta con mirar la Agenda 2030, que incorpora la protección social en al menos cinco de sus objetivos de desarrollo sostenible, para ser conscientes de este compromiso internacional. La ONG belga We Social Movements (WSM) y sus socios presentes en Asia, África y América Latina decidieron agruparse en una red intercontinental sobre el derecho a la protección social, a fin de desarrollar este combate juntos y de manera solidaria.

Por Joris de Boer, WSM

WSM y sus socios luchan día a día por extender el acceso a la protección social a todas las personas y en todo el mundo. En efecto, se trata de un poderoso instrumento para reducir las desigualdades y apoyar a los más vulnerables, en particular aquellas personas que trabajan en la economía informal o que tienen empleos precarios. Además, la protección social es un elemento central para la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Para llevar a cabo su misión, los socios de WSM ofrecen servicios específicos como seguro de salud solidario, acceso a microcréditos o capacitación sobre seguridad y salud en el trabajo.

Unir fuerzas a nivel mundial para hacer realidad el derecho a la protección social

WSM empezó la construcción de esta red sobre el derecho a la protección social ya en 2008. Primero a nivel nacional, reuniendo diferentes movimientos sociales y convenciéndolos de la importancia de llevar a cabo un trabajo colectivo. Actualmente, existen redes de este tipo en 18 países diferentes en Asia, África y América Latina. Y se han conseguido resultados.

En la República Dominicana, la red nacional ha logrado que las normas mínimas de seguridad social se hayan integrado en una ley.

En Nepal, la red nacional es coautora de la nueva ley sobre la seguridad social, que prevé a partir de ahora la posibilidad de que los trabajadores de la economía informal puedan beneficiarse.

En Malí, la red nacional ha abogado por el seguro de salud universal, que desembocaría en que el Gobierno aprobase una reglamentación incluyendo la cobertura sanitaria. La UTM, una de nuestras organizaciones asociadas, tendrá que promover la implantación de ese seguro de salud universal en las zonas rurales y para las trabajadoras y los trabajadores de la economía informal.

Desde 2014, las redes nacionales se han agrupado en tres redes continentales: Asia, África y América Latina y el Caribe. Concentran su labor de presión sobre instituciones regionales tales como la Unión Africana, la Organización de Estados Americanos o la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, entre otras.

Gracias a estas redes continentales, las distintas organizaciones tienen ocasión de reunirse e intercambiar información, y las reivindicaciones comunes adquieren mayor coherencia y provienen de un movimiento más amplio. De este modo, Gobiernos, organizaciones internacionales y empresas prestan mayor atención, de modo que las demandas se traducen más rápidamente en políticas concretas.

Además, las redes continentales implican a una serie de organizaciones estratégicas con experiencia de este nivel político, como las organizaciones regionales de la Confederación Sindical Internacional, la Marcha Mundial de las Mujeres y la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria. El cabildeo para obtener una política a nivel nacional ayuda a reforzar esta misma labor a nivel continental y viceversa.

Tras haber completado las etapas intermedias a nivel nacional y continental, WSM y representantes de sus 84 organizaciones asociadas se reunieron en Ginebra, el 30 de noviembre y el 1 de diciembre de 2019, en el marco de la Semana Mundial de la Protección Social, organizada por la Organización Internacional del Trabajo, a fin de lanzar oficialmente las actividades de la red temática a nivel intercontinental. El objetivo era favorecer más interacciones entre los miembros para seguir aprendiendo unos de otros y adquirir mayor peso en la toma de decisiones globales en relación con el derecho a la protección social.

Adoptar buenas prácticas

Durante esta reunión fundadora, numerosos participantes dejaron constancia de su entusiasmo respecto al método de trabajo, que consiste en internacionalizar su lucha, en lugar de limitarla a un contexto local.

Aïsha Belem de la organización RAMS (Burkina Faso) estima que el trabajo en redes resulta extremadamente importante: “No todos los países se desarrollan a la misma velocidad. Al formar parte de esta red, podemos adoptar buenas prácticas de otros países e implementarlas en nuestro propio país”.

Idesbald Nsabimana, de la organización MUNASA en Burundi, afirma que el tema de la protección social es global y por lo tanto también debe ser abordado a ese nivel. “Los problemas en el campo de la protección social no sólo suceden en Burundi o en la R.D. del Congo, sino también en Europa y en América”, dice Idesbald. “Por eso es preferible buscar soluciones conjuntas”.

Así que la convicción ya está. Y eso también se expresó con fuerza durante esa primera reunión. Dos días de intercambio y colaboración crearon en primer lugar un fuerte sentido de pertenencia de los participantes. Pero estar conectados no solo permite mejorar el mundo. También se organizaron consultas para elaborar una estrategia conjunta. “Es hora de abocarnos y buscar una línea en la que podamos trabajar todos juntos”, dijo el boliviano Jhefferson Yugar, de la organización CRISOL. “Pero unidos, no separados”.

Foto: WSM