Violencia e intimidación en distintos países durante las concentraciones sindicales del Primero de Mayo

Una vez más, en distintos países durante las celebraciones del Primero de Mayo las autoridades tomaron medidas represivas e intimidatorias.

Bruselas, 4 de mayo de 2007 : Una vez más, en distintos países durante las celebraciones del Primero de Mayo las autoridades tomaron medidas represivas e intimidatorias. En las concentraciones por los derechos de los trabajadores realizadas en Irán, Turquía y Macao, la policía y las fuerzas de seguridad actuaron con violencia, mientras que en Zimbabwe, los sindicatos fueron objeto de amenazas y coacción en vísperas del Día Internacional del Trabajador.

En Irán, miles de trabajadores participaron en las manifestaciones que se hicieron en todo el país, reclamando el derecho de huelga, libertad de expresión y el derecho de realizar actividades conmemorando el Primero de Mayo sin un control gubernamental ni intervención policial. La policía atacó violentamente a los manifestantes de varias concentraciones. En Teherán, agentes de seguridad del Ministerio de Información trataron de arrestar a Mansour Osanloo, Presidente del Sindicato de Choferes de Autobús de la capital. Sus compañeros y algunos transeúntes consiguieron evitar que se lo llevaran. Pero fue arrestado Yaghub Salimi, otro dirigente del sindicato, acusado de ayudar a evitar que se detuviera a Osanloo. Fue liberado al cabo de algunas horas. En otros lugares del país fueron detenidos numerosos sindicalistas, entre ellos, diez representantes sindicales en Sanandaj. La policía hirió de gravedad a uno de ellos, Shoeys Amani, Presidente del Sindicato de Trabajadores Despedidos y Desempleados. En la concentración del Primero de Mayo que se hizo en Kermanshah, los trabajadores evitaron que las fuerzas de seguridad detuvieran a Javanmir Moradi, el principal orador del acto, y a Faramarz Ghorbani, un dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria Metalúrgica y Mecánica, quien estaba tomando fotos del acto. Los trabajadores pusieron término a la ceremonia más temprano de lo previsto debido a que iban aumentando las amenazas y el hostigamiento policial.

En Turquía, habiendo ya muchas tensiones políticas y aproximándose las elecciones, fueron detenidas unas 600 personas en una gran concentración que se hizo en Estambul. Entre ellas estaban varios dirigentes sindicales. La policía utilizó gases y palos para evitar que los manifestantes llegaran a la Plaza Taksim, donde se quería conmemorar el 30º. aniversario de una manifestación realizada en 1977, durante la cual el régimen militar mató a 34 personas.

Los sindicatos de Zimbabwe, que se enfrentan a una continua represión de parte del gobierno de Mugabe, hicieron concentraciones para el Primero de Mayo a pesar de las amenazas y de la intimidación de que los hicieron objeto fuerzas vinculadas al gobierno. Los actos realizados en Zimbabwe giraron en torno a las condiciones de trabajo y los salarios decentes (en Zimbabwe la inflación alcanza actualmente el 2.000 por ciento) y el derecho de huelga. Se hicieron concentraciones en 27 puntos del país tras intensas negociaciones con la policía.

En Macao, la policía efectuó disparos al aire para dispersar una manifestación con la que se reclamaba el respeto de los derechos de los trabajadores y acceso a puestos de trabajo. Varios sindicalistas fueron detenidos y numerosos manifestantes resultaron heridos (ver carta CSI al Chief Executive Edmund Ho Hau Wah (inglés)). El 29 de abril, en Nepal, Sarjeet Tamang, un dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Construcción de la central Nepal Trade Union Congress, afiliada a la CSI, fue duramente golpeado por un grupo de maoístas cuando estaba preparando los actos del Primero de Mayo y tuvo que ser internado en un hospital.

En la ciudad birmana de Chauk, en el distrito de Magwe, las autoridades ordenaron a los empleadores que no permitieran salir a los trabajadores para participar en los actos previstos para el Primero de Mayo. En actos anteriores de esa fecha se había reclamado el respeto de los derechos fundamentales de los trabajadores, incluyendo el derecho de contar con sindicatos independientes. Según otros informes, unos 20 trabajadores fueron detenidos tras haber asistido a una sesión de estudio en el “Centro estadounidense” de Rangún, sesión que trataba sobre la historia del movimiento obrero y el Primero de Mayo. Varias trabajadoras del sector textil de Rangún fueron detenidas y liberadas esa misma noche, al tiempo que otros 4 trabajadores quedaron detenidos: Thu Rein Aung, Kyaw Kyaw, Wai Lin y Shwe Gyo. La CSI está sumamente preocupada por la integridad física de esas personas, dado el triste historial que tienen las autoridades birmanas en materia de torturas a los sindicalistas detenidos

El NLC y el TUC –las dos afiliadas de la CSI de Nigeria- llevaron adelante sus concentraciones del Primero de Mayo a pesar de que se temía que las autoridades intervinieran, dada la posición sumamente crítica del sindicalismo con respecto al proceso de las elecciones parlamentarias y presidenciales que tuvo lugar en abril. Observadores nigerianos e internacionales han documentado graves irregularidades ocurridas en el proceso electoral.

En Agadir fueron arrestados cinco sindicalistas marroquíes a raíz de una manifestación por el Primero de Mayo. La información recibida hasta ahora indica que entre ellos estaría Abderrahim Karrab, un dirigente de la afiliada de la UMT del sector agrícola, organización afiliada a la CSI, dos miembros del sindicato de docentes de la UMT -Elhoussine Oulhouss y Mustapha Fathi- y dos estudiantes: Elmehdi Elkerkouch y Mustapha Elgarouaz. La CSI tiene entendido que tres de los detenidos fueron liberados tras haber sido maltratados y que otros dos -Karrab y Elkerkouch- seguirían detenidos.

La CSI condena enérgicamente estas medidas represivas tomadas contra legítimas manifestaciones del Primero de Mayo. “Los trabajadores de todos los países deben tener derecho de participar en estos actos y de reclamar trabajo decente”, declaró Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “La represión de esos derechos muestra cuánta represión antisindical sigue habiendo en muchos países”, agregó. Durante los días venideros, la CSI tomará las medidas necesarias contra los gobiernos responsables de esas violaciones de derechos, inclusive presentando quejas oficiales ante la OIT cuando fuera pertinente.

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales.

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