Migrantes en Jordania: Cómo los sindicatos intentan defenderlos y organizarlos.

Capital de Jordania, Amman es una ciudad en plena expansión. Nuevos edificios, nuevas carreteras… los trabajadores migrantes están presentes en todas partes, contribuyendo al rápido desarrollo de la ciudad.

Los más numerosos son los egipcios. Ocupan empleos mal pagados y no protegidos, en la construcción, la agricultura, los servicios.

Jordania cuenta además con 700.000 refugiados iraquíes. También son cada vez los que buscan pequeños trabajos para sobrevivir, mal pagados y en negro.

La industria textil jordana para la exportación recurre igualmente a migrantes procedentes de Asia, en las fábricas de las denominadas Zonas Industriales Cualificadas.

Retraso en las pagas, salario mínimo no respetado, confiscación de pasaportes, horas extraordinarias obligatorias y no remuneradas, alojamientos deplorables… En Jordania, igual que en el resto del mundo, y particularmente en los vecinos países del Golfo, se explota y discrimina a los migrantes.

Bilal Malkawi, responsable de relaciones internacionales de la GFJTU y representante de la ITF en los países árabes:

“La primera prioridad de la GFJTU era la reforma del Código Laboral jordano para que los trabajadores migrantes puedan sindicalizarse y estar organizados en el movimiento sindical jordano. El proyecto de ley ha sido remitido al Parlamento y está previsto que el nuevo código sea aprobado en los próximos meses. En ese caso, los trabajadores migrantes tendrán derecho a afiliarse a sindicatos jordanos. Pero no es suficiente. Nuestra otra prioridad es implicar a los trabajadores migrantes en el movimiento sindical jordano, dándoles la ocasión y alentándoles a que establezcan sus propios comités sindicales y que formen parte del sindicato general que cubre a dichos comités”.

El sindicato jordano quiere también elaborar un informe estadístico anual de las violaciones de los derechos de los trabajadores migrantes en Jordania, en cooperación con los sindicatos de los países de origen, y en base a los resultados, definir acciones concretas.

Sobre el terreno, el sindicato textil es pionero en la defensa de los migrantes.

Porque en las zonas, los empleos son precarios y mal remunerados. Sólo las mujeres jordanas que no tienen otra alternativa trabajan aquí. Dos terceras partes de la mano de obra provienen de Asia, mayoritariamente mujeres jóvenes.

Horas extraordinarias, impago de salarios, acoso sexual, violencia… las quejas son numerosas…
Ashad Pehlwan, de origen pakistaní, era operario en una fábrica textil antes de empezar a trabajar para el sindicato.

Ashad Pehlwan, organizador del sindicato textil:

“Una muchacha de una fábrica vino a verme porque el supervisor la pegaba. La ayudé. Luego, ella trajo a otras chicas y chicos que tenían problemas. También les ayudé… Hoy en día, todos confían en mí, los trabajadores de Bangladesh, de Sri Lanka, de la India, incluso los jordanos.”

El sindicato textil ha conseguido firmar 15 convenios colectivos.

Aumento de salarios, transporte, alojamientos decentes, una alimentación más sana. Resultados positivos que benefician tanto a los trabajadores migrantes como a los jordanos. Sobre todo en cuanto a la cobertura sanitaria.

Fatallah Omrani, Presidente del sindicato textil jordano:

“Realizamos diversas acciones destinadas al trabajador extranjero en particular. Nuestro sindicato está ahí para informarle sobre las distintas leyes jordanas. Así sabrá cuales son sus derechos y obligaciones. Porque no conoce las leyes y los reglamentos de trabajo en Jordania.

Gracias a este método, nuestro sindical ha logrado crear un espíritu de equipo, un buen entendimiento entre el trabajador jordano y el trabajador extranjero. Ahora nos ayudamos mutuamente.”

Para la CSI, la defensa de los trabajadores migrantes es una prioridad. Prestando especial atención a las trabajadoras migrantes, cada vez más numerosas.

Procedentes de Sri Lanka, de Filipinas, de Indonesia, cuarenta y seis mil trabajadoras migrantes están empleadas en el servicio doméstico en Jordania. Otras veinte mil trabajan en la clandestinidad.

La CSI denuncia continuamente los graves abusos de que son víctimas las empleadas domésticas en todo el mundo, y reclama un nuevo Convenio internacional que las proteja.

Con el apoyo de UNIFEM, Jordania ha lanzado una campaña de sensibilización para cambiar las mentalidades. Un primer paso alentador en una región que la CSI no cesa de señalar por las múltiples violaciones de los derechos de los trabajadores migrantes.

Nezam Qahoush, Coordinador de la Oficina de la CSI para Oriente Medio (Amman):

“Hacemos lo posible para colaborar con distintos grupos activos en la región, sindicatos y ONG, para encontrar soluciones a los problemas de los trabajadores de distintos países… ayudarlos cuando son explotados por sus empleadores y facilitarles también el regreso a su país de origen”.

“A este respecto, la CSI sigue de cerca los acuerdos firmados entre la federación sindical jordana y las centrales sindicales de Pakistán y de Sri Lanka. Estos sindicatos de los países de origen y del país de destino, pretenden así responder mejor a los problemas de los trabajadores migrantes, cuando salen de su país y una vez en Jordania.”

Para favorecer la cooperación Sur-Sur, la CSI fomenta el establecimiento de acuerdos sindicales bilaterales entre países de origen y de destino. Se han firmado ya acuerdos entre Senegal y Mauritania, entre Indonesia y Malasia, y entre Nicaragua y Costa Rica.


(Para la CSI,
- grabación vídeo: M. Shobash, R. Khawaja, Y. Eleker (Al Awael, M. Abu Othman)
- carteles Unifem-Jordaniae
- post-producción vídeo/web: Benoit Collienne
- coordinación editorial: Natacha David – Publicaciones CSI.