Trabajo decente para una reconstrucción decente en Haití

El 12 de enero de 2010 Haití fue devastada por un terremoto que se ha sumado a la ya crítica situación en el país. Hasta la fecha de hoy, las principales organizaciones internacionales, los donantes y los otros stakeholder no han mantenido los compromisos asumidos en el período inmediatamente posterior al terremoto, con dificultades en trasformar de forma operativa y concreta sus intenciones.

Ya antes del terremoto, el 80% de la población haitiana vivía por debajo del margen de pobreza, es decir con menos de 2 dólares por día y el 55% se encontraba en pobreza extrema, con ingresos de menos de 1,25 dólares. Esta situación es ahora peor debido al alto nivel de desempleo.

Haití se caracteriza por un alto índice de economía informal. El 90% de los trabajadores y las trabajadoras actúan en esta forma en los sectores de producción y comercio.

Los pocos empleos regulares en Haití están en el sector de publico (escuela, salud y justicia), y representan solamente el 2% de la fuerza laboral activa. La OIT estima que el 20% de las empresas en la economía informal tiene un promedio de 10-20 trabajadores/as, mientras que el 80% son microempresas con menos de 10 empleados/as. El desempleo es un grave impedimento para el desarrollo de Haití, ya que, incluso antes del terremoto, alrededor del 16% de la población total (54% de la población activa), es decir 1,5 millones de personas, estaban totalmente sin empleo. Los jóvenes hasta los 19 años sufren de una tasa de desempleo del 62%. Entre 20 y 25 años, la tasa es de 50%.

En Haití, las instituciones no están a menudo presentes. La corrupción es alta y no hay un verdadero diálogo social entre las partes. Además, si bien el país ha ratificado los ocho Convenios fundamentales de la OIT, sigue una falta total respecto a la real aplicación.

Es en este escenario que el proyecto Tra-dwa-fom-oga [1], Trabajo decente para una reconstrucción decente liderado por ISI (Instituto Sindical para la Cooperación Internacional, conformado por ISCOS-CISL, Progetto Sviluppo-CGIL, Progetto Sud-UIL) que se está realizando junto con la CSA, y coherentemente con el marco general de intervención indicado en el documento “Trade union road map for the reconstruction”, elaborado y aprobado durante la Conferencia de CSI - CSA de Santo Domingo (2010), tiene como objetivo mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la población, incluyendo a los/las que trabajan en la economía informal. La estrategia es la de actuar con acciones concretas, fortaleciendo el diálogo social y las organizaciones representativas de trabajadores/as (también a través de la formación de dirigentes), apoyando el acceso de los trabajadores y las trabajadoras a sistemas de protección social accesibles también por quien opera en la economía informal y las personas que viven en condición de pobreza extrema, cuidando la protección de los derechos de los migrantes haitianos en la vecina República Dominicana. Además, se está apoyando la generación de trabajo decente a través de la formación profesional y técnica, con el apoyo del Consejo Provincial de los Padres Salesianos, el otro socio de la acción, para facilitar la inserción laboral y aumentar los ingresos de los beneficiarios.

Con la llegada de la nueva representante CSA-CSI, Kattia Paredes, las actividades han tenido una aceleración, favoreciendo el diálogo y la perspectiva de unidad de acción entre los sindicatos haitianos, especialmente de los tres afiliados: CTH, CTSP, CSH, sino también con los demás, dando más oportunidades de coordinación entre las organizaciones sindicales internacionales que operan en el país, la OIT y otros actores.

El proyecto Tra-dwa-fom-oga está apoyando este fundamental trabajo a través de las actividades descritas anteriormente y tratando, también, de crear una cultura de derechos con campañas específicas y enlaciada en días simbólicos como el 1 de mayo, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), y muchos otros eventos capaces de llamar la atención sobre un país que está cayendo otra vez en el olvido general.

En un contexto como Haití no es fácil operar. Es necesaria una gran determinación, conscientes de los riesgos, también individuales de quien trabaja en el terreno por la alta tasa de criminalidad que el país sufre, causada da la gran pobreza. ISI está presente con una oficina, integrada por personal expatriado y local que, cada día, actúa en la creencia de que la reconstrucción, como el trabajo, tiene que ser decente y en la conciencia de que esta es la oportunidad, quizás la última, que Haití tiene para salir de la situación de la falta de oportunidades que el país sufre desde más de treinta años.

Artículo por Simone Cirulli, Iscos CISL.

Footnotes

[1Es la abreviación de 4 palabras: Travay Dwa Fòmasyon Oganizasyon, que en creol haitiano significan trabajo, derechos, capacitación y organización.