Topic Cluster: Tecnología

La innovación tecnológica ha formado desde siempre parte del mundo del trabajo, no obstante, en los últimos 20 años Internet ha supuesto un incremento tremendo y exponencial del ritmo de cambios. Con la llegada del “Internet de las cosas”, el número de dispositivos conectados a la web podría ascender a más de 20.000 millones para 2020.

Sin embargo, alrededor del 50% de la población mundial sigue sin tener acceso a Internet. Teniendo en cuenta que gran parte de la nueva tecnología que está introduciéndose en el mundo del trabajo depende directa o indirectamente de Internet, a menos que se efectúe una rápida y masiva inversión para conectar al 50% restante, se producirá un enorme aumento de la desigualdad entre quienes tienen y quienes no tienen Internet, con enormes consecuencias sociales y económicas.

“Los avances tecnológicos y la expansión del acceso a Internet suponen enormes oportunidades y desafíos para los trabajadores y trabajadoras. El compromiso de los sindicatos con la educación, la formación y la sindicalización en la era de Internet resulta crucial. La CSI se compromete a lograr una gestión de la red que esté libre de manipulación por parte de cualquier Gobierno o intereses corporativos, y que asegure un flujo libre de información con protecciones firmes para salvaguardar la información personal y la libertad de expresión, siempre dentro del respeto de la legalidad”.

Declaración del 3er Congreso Mundial de la CSI, (Berlín, mayo de 2014)
Avances en robótica, nano- y bio-tecnología, aprendizaje automático, el Internet de las cosas, la impresión 3D en la manufactura, las ciencias de los materiales y toda una serie de otras áreas aportarán enormes beneficios a la sociedad, como de hecho está ya ocurriendo, por ejemplo en medicina o a la hora de combatir el cambio climático. Al mismo tiempo, estos avances tendrán enormes consecuencias sobre el empleo y sobre los trabajadores y trabajadoras. Algunos estiman que, con el tiempo, alrededor del 60% de los puestos de trabajo podrían estar parcialmente automatizados, y hasta un 10% quedarían totalmente desplazados. Otros prevén un impacto aún mayor.

Prácticamente todos los estudios muestran que los puestos de trabajo que exigen menos capacitación o más rutinarios son los que correrían mayor riesgo, aunque los cambios también repercutirán en empleos altamente cualificados.

El documento de TUAC “Digitalización y la economía digital” ofrece una buena visión general de las cuestiones clave, algunas de las cuales se enumeran a continuación. Aunque el impacto específico de las distintas tecnologías en diferentes sectores y ocupaciones varía considerablemente, y seguirá siendo el caso, se registran ciertas tendencias y riesgos generales clave que, desde la perspectiva sindical, no están siendo abordados adecuadamente:

-  La digitalización contribuye a una fragmentación del trabajo, la ruptura de relaciones de empleo y dumping social, dado que las compañías que organizan el trabajo a través de plataformas en línea (por ej. aplicaciones de “viaje compartido” como Uber o servicios a destajo como Mechanical Turk y UpWork) buscan expandirse al tiempo que presionan de manera efectiva a favor de la desregulación. Los Gobiernos deben asegurarse de que estas compañías estén reguladas, que aporten la parte que les corresponde en cuanto a impuestos y que quienes trabajen para ellas y con ellas disfruten de los mismos derechos que otros trabajadores, incluso por medio de la portabilidad de la protección social, las pensiones y otros beneficios;

-  Están surgiendo considerables brechas de capacitación, que limitan el potencial para reemplazar los puestos de trabajo perdidos a causa de la tecnología con nuevos empleos con un contenido superior de TI, STEM o de servicios. Estas brechas deben corregirse a través de sistemas de educación y formación adecuados en función de la evolución del trabajo en la era digital;

-  Una creciente dependencia en producción y servicios mediatizados digitalmente requiere elevados niveles de ciberseguridad para proteger los sistemas y evitar perturbaciones. Esto plantea desafíos particulares a la hora de garantizar que no se vulneren los derechos de los trabajadores, además de asegurarse de que se corrijan las crecientes brechas de capacitación en este campo;

-  Para un número cada vez mayor de trabajadores/as, el “lugar de trabajo con vigilancia total” es ya una realidad, con un control continuo e intrusivo que en ocasiones se extiende fuera del centro de trabajo y hasta sus vidas privadas, dando al empleador un control sin precedentes. Algunas compañías utilizan además técnicas de ingeniería social con sus empleados para incrementar la productividad y los beneficios, pero sin los correspondientes incrementos salariales o de protección frente al estrés o la sobrecarga laboral. Esto está vinculado a la cuestión general de los derechos individuales en relación con datos personales, especialmente tomando en cuenta que un reducido número de corporaciones dedicadas a la recopilación masiva de datos (big data) están consolidando y ampliando su influencia;

-  La desaparición de límites entre vida privada y laboral también es una realidad para todos, que interfiere en la conciliación trabajo/familia y a menudo implica realizar horas extra no remuneradas, especialmente en el trabajo móvil.

-  Las normas de salud y seguridad laborales y públicas muchas veces no bastan o no se aplican adecuadamente cuando se despliega la automatización, a menudo utilizando algoritmos poco probados y se utilizan nuevos materiales en los procesos de producción;

-  Hay una pronunciada brecha de género en el sector de tecnología de la información en particular, donde las mujeres ocupan apenas una cuarta parte de los puestos de trabajo. Esta brecha se profundiza donde “viejos” empleos son reemplazados por “nuevos” con un contenido tecnológico superior, y las mujeres tienen apenas un 20% de posibilidades de encontrar un “nuevo” empleo en comparación con los hombres. Es necesario prestar una atención urgente a este problema, incluso mediante educación y formación, así como medidas anti-discriminatorias y beneficios de maternidad;

-  Las limitaciones y el daño potencial ocasionado por el despliegue de algoritmos, en particular con poca o ninguna intervención humana, resultan cada vez más patentes. UNI Sindicato Mundial reclama el establecimiento de un convenio global respecto a la ética en la utilización, el desarrollo y la implantación de inteligencia artificial, algoritmos y big data http://www.thefutureworldofwork.org/stories/uni-global/global-convention-on-ethical-ai/; y

-  Novedades como la implantación de “cadenas de bloques” o tecnología de libro contable distribuido por parte de las empresas en diversos sectores tendrán repercusiones aún imprevisibles, pero posiblemente considerables en la manera en que operan los negocios y sobre la naturaleza de los empleos en el futuro. Los sindicatos deben entender mejor los posibles efectos y usos de estos sistemas, tanto respecto a la evolución del trabajo como en la potencial utilización por los propios sindicatos para llegar a los trabajadores y organizarlos.
Todos los trabajadores deben disfrutar de los derechos fundamentales de libertad sindical y negociación colectiva, protección frente a la discriminación, la explotación y el trabajo peligroso, la garantía de un salario mínimo vital y protección social en el nuevo mundo del trabajo. Las plataformas en línea, en particular, deberán asegurar que la protección social de los trabajadores y otras prestaciones estén cubiertas, y que sus derechos sean respetados.

El documento de TUAC “Digitalización y la economía digital” establece los principios clave para garantizar una “transición justa digital”. Incluyen entre otros:

  • Investigación y evaluación inicial del impacto social y sobre el empleo
  • Diálogo social y consulta democrática con los interlocutores sociales y otras partes interesadas
  • Políticas activas del mercado de trabajo y regulación, incluyendo formación y desarrollo de capacidades
  • Protección social, incluyendo pensiones aseguradas
  • Planes de renovación comunitaria y diversificación económica
  • Inversiones sólidas que desemboquen en empleos decentes y de calidad

Lograr una transición justa en el ámbito digital será un desafío, sobre todo teniendo en cuenta que muchos Gobiernos no parecen estar realmente inclinados a garantizar una regulación apropiada de la economía digital o a proteger y promover los derechos de los trabajadores al diálogo social y la negociación colectiva. Responder a este desafío será esencial para asegurar que se obtengan los máximos beneficios sociales y económicos de la digitalización y evitar una anarquía corporativa distópica con todavía mayor desigualdad, inseguridad y explotación.