Los sistemas de protección social de todo el mundo tienden a estar infradesarrollados. En la actualidad, más de la mitad de la población mundial sigue sin tener acceso a ninguna forma de protección social, y dos tercios de la población disponen de una cobertura inadecuada.
Los gobiernos suelen mencionar la falta de espacio fiscal como razón para no ampliar la protección social, pero este estudio de la CSI demuestra que los gobiernos tienen a su disposición diferentes opciones fiscales para recaudar de forma equitativa recursos que también generen impactos económicos positivos.
El informe se basa en un estudio anterior de la CSI que muestra los beneficios económicos de la protección social, examinando las diferentes opciones de financiación que los estados tienen a su disposición para reforzar y ampliar sus sistemas de protección social.
El estudio simula los efectos que diferentes escenarios de financiación fiscal de la protección social tienen sobre la renta de los hogares, el empleo y el PIB global. Los análisis se llevaron a cabo en Bangladesh, Colombia, Costa Rica, Georgia, Ghana, India, Ruanda y Serbia.
El informe concluye que, de manera global, las formas progresivas de tributación generan resultados mucho mejores en términos de redistribución y de ingresos para los hogares desfavorecidos y conducen a lo largo del tiempo a un aumento del empleo y del PIB.
El estudio subraya que aquellos que pueden permitirse pagar más, deberían pagar más, y que financiar sistemas de protección social inclusivos y resilientes de forma justa es posible. Solo es cuestión de voluntad política.
