Empleos, Prosperidad compartida

Pese a un crecimiento económico sin precedentes en las últimas décadas, los salarios se han quedado estancados globalmente y no han seguido el mismo ritmo que el aumento de la productividad o el crecimiento económico. Millones de trabajadores en todo el mundo no ganan lo suficiente para vivir dignamente. La desigualdad salarial también sigue creciendo, y aquellos con salarios más altos disfrutan de incrementos salariales varias veces más rápidamente que la media. La participación de la renta del trabajo en el PIB está disminuyendo, y los beneficios no se comparten con los trabajadores/as a través de aumentos salariales.

Los sindicatos están haciendo campaña en África, Asia, Europa y América Latina reclamando salarios justos y decentes. Piden a sus Gobiernos el establecimiento de salarios mínimos dignos, basados en datos probados respecto al costo de la vida y con la plena participación de los interlocutores sociales.

Los sindicatos hacen igualmente campaña para que se corrijan los sistemas impositivos que permiten a las empresas eludir sus responsabilidades ante la sociedad y los servicios públicos de los que dependen. Los sindicatos reclaman asimismo el establecimiento de sistemas de protección social adecuados e integrales, a fin de garantizar la seguridad de los ingresos de los trabajadores/as y sus familias, como parte de una estrategia general para reducir la desigualdad y promover condiciones de vida adecuadas para todos.