El L20 reclama al G20 compromisos para una globalización justa

La Cumbre del G20 en julio deberá sentar las bases, de una vez por todas, para una globalización justa, según el movimiento sindical internacional.

Este ha sido el mensaje central en una declaración de las centrales sindicales, agrupadas en el L20, a la Canciller alemana y presidenta del G20, Angela Merkel, durante una reunión mantenida el día de hoy.

Reiner Hoffmann, presidente de la DGB y anfitrión de la delegación del L20, declaró: “Tomamos la palaba a la Canciller –durante la Cumbre del G7 en 2015 afirmó que el trabajo decente es la base para la prosperidad económica, y que no se puede aceptar la existencia de condiciones de trabajo deplorables–. Sus palabras deben ahora traducirse en hechos. La explotación y unas condiciones de trabajo inhumanas son habituales en muchos países, con el único objetivo de incrementar los beneficios y garantizar precios más baratos para los consumidores. Las compañías deben respetar los derechos humanos y sindicales en todo el mundo, y eliminar las violaciones en sus operaciones, independientemente de donde se produzcan. Las normas fundamentales del trabajo tienen que incorporarse en las relaciones comerciales y en todos los acuerdos de comercio e inversión”.

“También es necesario tener en cuenta la digitalización, a la hora de establecer una globalización y unas relaciones comerciales justas. Buenas condiciones de trabajo, empleos seguros y acceso a la seguridad social son esenciales para asegurar que la globalización y la digitalización redunden en interés de las personas. Nuevas tecnologías y una digitalización más intensiva aportan cambios revolucionarios, y los gobiernos han de asegurarse de regular correctamente esta nueva realidad. Estos cambios ofrecen nuevas oportunidades para el mundo del trabajo, pero dichas oportunidades tienen que utilizarse de forma adecuada”, concluyó Hoffmann.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, comentó: “El G20 tiene la responsabilidad de que se aplique la legalidad y la debida diligencia en toda la economía global, incluyendo las cadenas de suministro de las grandes corporaciones. Cuando se respetan las normas internacionales del trabajo, los trabajadores pueden organizarse y negociar para obtener salarios decentes y un trabajo seguro; y con el marco macro-económico adecuado, la desigualdad y la inseguridad que caracteriza el actual modelo fallido de globalización se convertirían en algo del pasado”.

John Evans, Secretario General, Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC), indicó: “Persisten importantes déficits de empleo, desigualdad de ingresos y un alto número de trabajadores/as en la economía informal. El G20 debe tomar medidas y aplicar regulaciones con vistas a la transformación digital en todos los sectores, para evitar la pérdida de empleos y asegurar que los trabajadores cuenten con la formación adecuada para conservar sus puestos de trabajo o acceder a otros nuevos. El arbitraje regulatorio que observamos en la economía de plataformas no sólo precariza el empleo, sino que además sobrepasa las actuales leyes fiscales y de competencia. Esto puede tener efectos adversos para una difusión digital efectiva y para las finanzas públicas. El G20 ha de poner freno a tales prácticas empresariales”.

La globalización corporativa no redunda en beneficio de la mayoría de la población. El 85 por ciento de las personas entrevistadas en la Encuesta Mundial de la CSI 2017 consideran que es necesario reformar las reglas de la economía mundial para promover el crecimiento y compartir la prosperidad, otorgando al G20 un claro mandato para actuar.

Una nueva película presentada durante la Cumbre del L20 y titulada “Exportando codicia a través del Canal de Panamá” muestra que menos de 3 centavos del precio de un melón cubriría el salario mínimo y menos de 2 centavos del precio de un banano garantizaría un trabajo decente.

El presidente de la DGB entregó además a la Canciller alemana una carta pidiéndole que haga uso de su influencia sobre la compañía telefónica alemana Deutsche Telekom, cuya subsidiaria en EE.UU., T-Mobile, viene violando la legislación nacional y las normas internacionales del trabajo desde hace años. Los trabajadores/as que intentan sindicalizarse en T-Mobile USA están expuestos a una estricta vigilancia y discriminación, teniendo prohibido discutir entre ellos sobre las condiciones laborales, tanto en el trabajo como en el ámbito privado. “Deutsche Telekom se limita a observar de manera pasiva los métodos aplicados por su subsidiaria, dignos del salvaje oeste, pero el diálogo social no debería quedar confinado a las fronteras nacionales”, afirmó Hoffmann.

“He sido testigo directo de la manera en que T-Mobile USA trata a sus empleados, como si fueran como objetos y no seres humanos. Una compañía con una buena reputación en su país de origen debe asumir la responsabilidad por todas las personas empleadas en sus negocios a nivel mundial, en lugar de dejar a sus trabajadores en EE.UU. a merced de una dirección dictatorial y sin escrúpulos”, insistió Burrow.

Para leer el comunicado de la L20

Leer las observaciones de Sharan Burrow a la Canciller Angela Merkel (en inglés)

Para saber más sobre la campaña antisindical de T-Mobile USA:
“En el sótano”
Ver carta a T-Mobile, en alemán

Para ver el vídeo “Exportando codicia a través del Canal de Panamá”, y enviar un mensaje a los Líderes del G20: www.endcorporategreed.org