El Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP11), firmado por los Gobiernos de la cuenca del pacífico en marzo, ha sido fuertemente criticado por varias centrales sindicales, incluyendo las de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, tanto por su contenido como por la manera en que fuera negociado. Después de que EE.UU. se retirara de las conversaciones, 11 países del Pacífico continuaron negociando el acuerdo, en la mayoría de los casos sin mediar una consulta pública seria.