Según la información recibida por la CSI, 35 familias de la comunidad Guarani-Kaiowá están confrontadas con un desalojo inminente de sus tierras ancestrales en el estado de Mato Grosso do Sul, Brasil. Si son desalojadas, estas familias se verán forzadas a vivir al lado de una transitada carretera en las afueras de una ciudad vecina, sin acceso a agua ni tierras para sembrar sus cosechas.
“Las comunidades indígenas tienen el derecho absoluto de permanecer en sus tierras ancestrales” dijo Sharan Burrow. “Esta larga historia de desalojos pone en riesgo su verdadera existencia. El gobierno brasileño tiene que cumplir fehacientemente con sus obligaciones nacionales e internacionales”.
La CSI, junto con su afiliada la CUT, insta a las autoridades competentes a suspender de inmediato el desalojo propuesto y garantizar los derechos a las tierras ancestrales, priorizar la identificación de la tierra de los Guaraní-Kaiwwá de Laranjeira Ñanderu durante el proceso de identificación de tierras que comenzó en 2007 y cumplir con sus obligaciones relativas al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Constitución brasileña, completando a la brevedad todas las demarcaciones de tierra pendientes.