India, trabajadores agrícolas: Sindicalizarse para salir de la precariedad

La CFDT sostiene la acción de una ONG india que trabaja con las poblaciones más marginadas.

“Sí, trabajamos la tierra, pero no somos considerados trabajadores. En realidad, somos siervos, no tenemos derechos”, afirma un portavoz de los trabajadores agrícolas de la región de Nanjungud, Karnataka (India del Sur). Cuando casi dos tercios de la población india, integrada por 1,2 millón de personas, obtiene su sustento de la agricultura, este sector representa un verdadero desafío en el ámbito social.

India es un gigante de la agricultura mundial. Su revolución verde le permitió lograr la autosuficiencia alimentaria en la década de los años 1970 y actualmente ocupa, en términos de producción agrícola, el cuarto lugar en el mundo. Sin embargo, este éxito se ve empañado por una amarga constatación: los trabajadores y trabajadoras agrícolas a menudo ganan menos de dos dólares al día y trabajan en condiciones muy difíciles, sin ningún tipo de protección social ni representación. Aislados, endeudados, los pequeños agricultores de la India son propensos al suicidio. Dado que su empleo es informal, no está registrado, por lo que los trabajadores agrícolas no cuentan con el acompañamiento de las centrales sindicales de la India. De hecho, éstas representan por ahora solamente a los asalariados del sector “formal” (funcionarios, empleados de grandes empresas) que, sin embargo, constituyen solamente el 10% de la población activa.

El método de FEDINA: el acceso a los derechos

Ante esta realidad, FEDINA, una ONG que trabaja con las poblaciones marginadas en cuatro estados del sur de la India (Karnataka, Tamil Nadu, Andhra Pradesh, Pondicherry), se ha impuesto como prioridad la sindicalización de los trabajadores y trabajadoras del sector informal. FEDINA trabaja con una red de 29 grupos, denominada red de grupos de acción social, constituida tanto por asociaciones como por sindicatos. Todos estos grupos tienen en común estar presentes sobre el terreno junto a las poblaciones marginadas. Al favorecer el conocimiento de sus derechos mediante la formación y la organización de campañas, la acción de los grupos permite a los trabajadores y trabajadoras convertirse en interlocutores de las autoridades públicas y de las clases dominantes (castas superiores, terratenientes, etc.) para exigir la aplicación de las leyes existentes, incluida la legislación nacional de garantía del empleo en las zonas rurales (véase el recuadro en la página opuesta).

La CFDT apoya a los trabajadores agrícolas

Desde 2009, la CFDT apoya la acción de FEDINA. “Sin embargo, este apoyo no se limita a la ayuda financiera”, como le gusta recordar a Duarte Barreto, director de la ONG de la India. “Si nos dirigimos a la CFDT es para beneficiarnos de su experiencia y poner en marcha un trabajo en red a escala internacional”. El pasado mes de abril, el Instituto Belleville, que se ocupa de la cooperación sindical internacional de la CFDT, ha desarrollado, conjuntamente con la Federación General Agroalimentaria (FGA) de la CFDT y la organización regional latinoamericana de la UITA , un seminario para el intercambio de experiencias y prácticas sobre el tema “Los trabajadores agrícolas: sindicalizarse para mejorar las condiciones de trabajo y defender los derechos fundamentales al trabajo”.

Condiciones de trabajo indignas

Durante toda la semana, los trabajadores y trabajadoras agrícolas de la India expresaron sus preocupaciones: bajos ingresos, la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, el uso de pesticidas sin protección, la mecanización, la migración estacional, el acoso, la violencia contra los adivasi (poblaciones indígenas), el trabajo forzoso. Se produjo un verdadero intercambio de técnicas de movilización entre estos trabajadores y líderes de grupo y los sindicalistas procedentes de Europa y América Latina; un intercambio facilitado por la presentación de herramientas de información. Eric Swartvagher, de la FGA, presentó a los líderes sindicales la campaña “de temporada” realizada por la CFDT con un autobús que sale cada verano al encuentro de los trabajadores precarios, especialmente en la agricultura, para informarles de sus derechos. Carlos Aguirre, de la UITA, presentó por su parte el documental “Una jornada en el cañaveral. Las máquinas humanas del etanol” producido por su organización sobre las condiciones de trabajo en los campos de caña de azúcar en Brasil. La proyección de esta película dejó sin habla a los trabajadores indios. Acababan de darse cuenta de que en Brasil, en el otro extremo del mundo, había gente que hacía lo mismo que ellos en condiciones igualmente tan duras.

Organizarse y estructurarse

Para Theresia, una de las coordinadoras de FEDINA, “el hecho de que los trabajadores agrícolas hayan venido en un número tan importante (130 personas, N. de la R.) refleja el interés que tiene para ellos el tema de la sindicalización, el acceso a los derechos y la mejora de las condiciones de trabajo. Puedo afirmarlo sin lugar a dudas, ya que para la mayoría de ellos participar en el seminario significaba perder un día de salario”. Al final del seminario, al invitarlos a expresar y compartir sus comentarios y expectativas, los representantes de los trabajadores agrícolas se mostraron unánimes: “Queremos seguir para organizarnos mejor y estructurarnos en federaciones y redes para ser más fuertes”. En la India, donde el sistema de castas es un verdadero obstáculo para la acción sindical, ya que crea una jerarquía social rígida, esta solidaridad horizontal es todavía más necesaria.

Frédérique Lellouche

La ley nacional de garantía de empleo en las zonas rurales, un instrumento para la reducción de la pobreza

Esta ley, National Rural Employment Guarantee Act (NREGA), de 2005 marca un hito en la historia social de la India. Garantiza 100 días de trabajo con un salario mínimo por hogar en las obras públicas. Los trabajadores que no reciben trabajo en un plazo de 15 días después de su solicitud tienen derecho a prestaciones por desempleo. Esta ley promueve la participación de las mujeres, ya que un tercio del empleo debe reservarse a las mujeres. El dispositivo también impone normas estrictas de transparencia a fin de contrarrestar el flagelo de la corrupción.