Primer plano de Omar Faruk Osman (NUSOJ-Somalia)

“Los trabajadores somalíes, incluidos los empleados de los medios de comunicación, necesitan la solidaridad internacional para recuperar su voz”

En 2009, Somalia fue calificada como el “país más mortífero del mundo para los periodistas”. Al tiempo que se registran nuevos ataques y una represión constante contra los profesionales de la comunicación y las organizaciones informativas, Omar Faruk Osman, Secretario General del National Union of Somali Journalists (NUSOJ) y de la Eastern Africa Journalists Association (EAJA), nos habla de la lucha diaria por la libertad de prensa y los derechos de los trabajadores de los medios de comunicación.

Asimismo, como miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Periodistas (*), además de Presidente de la Federation of African Journalists (FAJ), nos expone el reto que supone desarrollar un movimiento sindical independiente fuerte en un país destrozado por 20 años de conflicto.

¿Qué puede decirnos sobre la libertad de prensa en Somalia?

En Somalia la libertad de prensa es severamente violada. El Estado de derecho apenas existe en nuestro país, lo que funciona es la ley del revólver. Visto que los principales organismos estatales carecen de fuerza o han desaparecido, los medios de comunicación privados, como el cuarto poder, surgieron con fuerza y han estado dando voz al pueblo de Somalia y relatando la historia del país.

Pero los jefes militares, los islamistas, las administraciones autoproclamadas y otras fuerzas políticas han intentado controlar, manipular o suprimir los medios de comunicación para hacer avanzar su programa político, que básicamente está buscando pelea. Los periodistas y las agencias de medios han procurado actuar de forma neutral, profesional e independiente, lo cual ha dado por resultado que los periodistas y los medios de difusión tengan que pagar un precio muy alto.

Desde febrero de 2007, Somalia ha estado calificada como el país más mortífero del mundo para los periodistas de África. Hemos perdido a 22 periodistas que fueron deliberadamente asesinados por realizar su trabajo. Más de 200 periodistas se han visto obligados a abandonar el país o a renunciar a su profesión por razones de seguridad. Los dueños legítimos de las agencias de medios han sido remplazados a la fuerza. Se reciben innumerables y constantes amenazas de muerte, y no hay una voluntad política para que los políticos aborden este problema de inseguridad y sufrimiento humano de larga data porque todos estos asesinatos y agresiones a periodistas están políticamente motivados, de manera que reina la impunidad. La seguridad de los periodistas somalíes se encuentra extremadamente amenazada, a las agencias de medios se les niega la libertad para llevar a cabo sus actividades, y la impunidad aviva la continuidad de estos crímenes.

¿En qué condiciones trabajan los periodistas?

Una reciente encuesta llevada a cabo por el sindicato de periodistas somalíes, National Union of Somali Journalists (NUSOJ), sobre las condiciones de trabajo precarias de los periodistas, afirma que éstos trabajan en condiciones pésimas. En primer lugar son los profesionales peor pagados del país. En segundo lugar, el empleo para la mayoría de los periodistas suele ser a corto plazo, y los contratos de empleo carecen de una duración determinada. Los dueños de los medios suelen preferir mucho más emplear a periodistas jóvenes que a periodistas bien formados y con experiencia, para poder pagarles menos. También es habitual que los periodistas somalíes trabajen conforme a un sistema de “nombre-por-trabajo”, según el cual se compensa al periodista únicamente mediante un reconocimiento de la firma de su trabajo. Como hay trabajadores jóvenes deseando hacerse famosos, hay periodistas dispuestos a aceptar este sistema y a trabajar sin recibir ninguna retribución. Cuando se les paga, los periodistas suelen recibir una tarifa fija que generalmente oscila entre los 20 y los 80 USD mensuales. La paga de la mayoría de los periodistas ronda más bien por la parte inferior del espectro, pero el nivel de vida mensual de una familia es de 150 USD. Por último, este trabajo no incluye prestaciones adicionales.

¿Cuáles son las prioridades actuales de su sindicato y a qué dificultades se suele enfrentar?

Una de las prioridades clave del National Union of Somali Journalists (NUSOJ) es organizar a los trabajadores de los medios de comunicación a través de campañas sindicales en medio de los conflictos armados y de una inseguridad generalizada, a fin de hacer llegar la solidaridad a los trabajadores de los medios.

Pero la máxima prioridad del NUSOJ es crear un entorno seguro para los periodistas, un lugar de trabajo imparcial para todos los trabajadores de los medios de comunicación, proseguir con campañas de base amplia en el seno de la sociedad civil y del periodismo, defender la libertad de los medios, intentar conseguir unas normas mínimas para las condiciones sociales y profesionales de servicio de los periodistas en este entorno complicado, y asegurar que todos los periodistas y el personal de los medios de comunicación reciban una remuneración adecuada.

Las principales dificultades a las que nos enfrentamos son la sindicalización de los periodistas que trabajan para empleadores que no entienden el sindicalismo y que, al mismo tiempo, se consideran periodistas; la falta de un sistema judicial funcional y de organismos del orden público que aborden las cuestiones laborales; el conflicto armado que impide a los organizadores sindicales acudir al terreno para organizar a los trabajadores de los medios de comunicación no sindicalizados o para representar a los trabajadores de los medios de comunicación agraviados; y las agencias de medios que pierden ingresos para pagar a sus periodistas, lo cual desemboca en la frágil situación económica de los trabajadores de los medios de comunicación.

¿Cuál es el papel de la solidaridad sindical internacional en África Occidental y en el conjunto del continente?

La solidaridad sindical internacional es absolutamente necesaria en la región de África Occidental, donde las violaciones flagrantes a los derechos humanos y sindicales son omnipresentes. Esta solidaridad es especialmente relevante para Somalia, que se ha pasado 20 años sin un Gobierno funcional a escala nacional y donde los trabajadores han sufrido enormemente. Los trabajadores de Somalia pueden impulsar fuerzas de cambio positivo para el país y pueden encabezar los esfuerzos para volver a la paz y la estabilidad. En todos los procesos de paz de Somalia, los trabajadores han tenido un rol limitado o han quedado completamente al margen, a pesar de ser las víctimas inmediatas de los conflictos y de la inestabilidad política. Los trabajadores somalíes, incluidos los trabajadores de los medios de comunicación, necesitan solidaridad transfronteriza por parte del movimiento sindical internacional para recuperar su voz y conseguir defender sus derechos.

¿Piensa que los actuales acontecimientos históricos en el Norte de África podrían tener un impacto en la libertad de prensa de la zona?

Las revoluciones en el Norte de África son buena señal de la expresión de la voluntad de los pueblos. El ejemplo que tomaría es el de Túnez, donde se inició la revolución. En mi capacidad como Presidente de la Federation of African Journalists, estuve personalmente implicado en la defensa del respeto y la protección de los derechos de los periodistas y la libertad de prensa en Túnez. El régimen de Bin Ali ha detenido, acosado y torturado a periodistas. Los medios de difusión fueron prohibidos en Túnez. Se tomaron medidas completamente drásticas contra el espacio para la libertad de expresión, y después el derecho de libertad sindical fue flagrantemente violado. También en Egipto esperamos que la libertad de prensa prospere gracias a los cambios políticos. Sin lugar a dudas, los cambios que la revolución ha traído al Norte de África supondrán mejoras para la situación de la libertad de prensa en estos países.

¿Cuáles son las mayores dificultades con que se encuentran a diario los trabajadores africanos?

Los mayores problemas a los que se enfrentan los trabajadores africanos son la injusticia social desenfrenada y la parcialidad en los lugares de trabajo. Las amenazas y las intimidaciones son constantes tanto en el lugar de trabajo como en el exterior. Las mujeres y los trabajadores jóvenes son los más afectados. Y puedo decir con autoridad que los periodistas forman parte de los trabajadores afectados por esta injusticia social.

¿Podría hacer una relación general de la gestión de los sindicatos somalíes y explicarnos las dificultades a las que se enfrentan?

El sindicato somalí colapsó con el Gobierno militar. Desde entonces, los trabajadores han permanecido no sindicalizados o no representados. La anterior central sindical nacional estaba controlada y dirigida por el partido revolucionario del Gobierno militar. Nuestro sindicato de periodistas fue el primer sindicato independiente que se formó y ello inspiró la subsiguiente creación de otros sindicatos sectoriales. La noción de sindicalismo en Somalia necesita un rejuvenecimiento. Todos los Gobiernos de transición que han aparecido y desaparecido, rara vez han dado prioridad a las cuestiones de los trabajadores. La enorme tarea que hay que emprender ahora es fortalecer la federación de sindicatos somalíes y consolidar la voz de los trabajadores. Son fuerzas de cambio, y son especialmente pertinentes a la situación actual del país. Tras 20 años de conflicto armado infundiendo nacionalismo, la solidaridad, la igualdad y la responsabilidad social son ahora indispensables y deben materializarse a través de los trabajadores.

Hace unos meses usted recibió el Premio al Valor por la Democracia (*). ¿Qué significa para usted?

Recibir el Premio al Valor del Movimiento Mundial por la Democracia nos levantó mucho la moral y nos dio energía para continuar con la lucha por los derechos humanos, la libertad de prensa y la justicia social en nuestro país. Desde entonces hemos redoblado nuestra lucha tenaz por los derechos humanos de los periodistas, y hemos internacionalizado nuestra labor de defensa y de campaña para abogar por la libertad de prensa dentro y fuera del país. ¡Y seguiremos haciéndolo!

Entrevista realizada por Anne-Catherine Greatti, con Natacha David.

(*) FIP

(** ) Solidarity Center