Primer plano de Kamal Abou Aita (RETA-Egipto)

« Esta revolución es el sueño de mi vida hecho realidad »

Kamal Abouaita, presidente de RETA*, el primer sindicato independiente establecido bajo el régimen de Mubarak en 2009, conoció el largo periodo de feroz represión contra la libertad sindical. Detenido 21 veces durante los gobiernos de Sadat y Mubarak, Kamal nos cuenta su participación, junto con los demás trabajadores, en la movilización para la revolución. Mientras en el terreno surgen nuevos sindicatos en todos los sectores y regiones del país, nos relata los desafíos y las necesidades de ese naciente movimiento sindical independiente, motor de un nuevo Egipto que se abre camino hacia la justicia social.

-Después de tantos años de ardua lucha, ¿qué sentimientos le inspiraba la revolución en sus primeros días?

Un sentimiento de alegría indescriptible al verse realizado el sueño de toda mi vida. Desde hace años salíamos a la calle para organizar pequeñas protestas, pero ver a todos los egipcios salir a la calle masivamente fue una experiencia exaltadora.

¿Cómo explica usted esa rápida y masiva movilización a favor de la revolución?

Los jóvenes utilizaron Facebook y los nuevos medios de comunicación de manera muy eficaz, logrando así movilizar a muchas personas a favor de la revolución. Desde 2006, en paralelo, los trabajadores venían organizando movimientos de huelga en todo el país y eso allano el camino hacia la revolución. Gracias a la organización de esas huelgas, aprendieron a afrontar el miedo, se atrevieron a manifestar en la calle y a organizarse. Se crearon comités populares para garantizar la seguridad en los diversos barrios, también para proteger la infraestructura de trabajo en las empresas.

¿Cuáles han sido las etapas importantes de su compromiso a favor de la justicia social y los derechos sindicales que dieron lugar a la creación de RETA*, sindicato independiente de funcionarios de la administración tributaria?

En un comité de estudiantes en 1972, habíamos dado inicio a la lucha y las manifestaciones a favor de una revolución. Sin embargo, no era el momento oportuno. Del 17 al 19 de enero de 1977, la gran rebelión popular contra el aumento del precio del pan y otros bienes de primera necesidad marcó una etapa esencial de esa larga lucha, durante la cual fui detenido veintiuna veces, primero bajo el régimen de Sadat y luego de Mubarak.

En 1977, la única federación sindical autorizada era la ETUF **, que estaba controlada por el Estado; era imposible crear otros sindicatos. En el sector público la presión del Estado era especialmente fuerte. En 2007, dimos el primero paso, organizando a un grupo de trabajadores y realizando una huelga. La respuesta fue muy positiva: más de 50.000 trabajadores se animaron a participar. Establecimos 29 comités de huelga en cada gobernación del país y un comité de coordinación aquí en el Cairo. Hemos sido, históricamente, los primeros funcionarios del sector público que han estado en huelga fuera del lugar de trabajo. Dirigimos nuestra marcha hacia el edificio del parlamento. El Ministro de Hacienda cedió finalmente a nuestras reivindicaciones y obtuvimos aumentos salariales y mejores posibilidades de ascenso. Tras el éxito de esa huelga y los debates en los comités de huelga, general y locales, se acordó que esos comités se transformarían en sindicatos en todas las regiones. La ETUF, que había pedido al Ministerio de Hacienda que hiciera caso omiso de las demandas de los huelguistas, en 2009 presentó una denuncia contra nuestro sindicato alegando que era ilegal. Nuestras oficinas fueron cerradas y fui detenido por efectivos de la seguridad interior. Asumí mi propia defensa durante varias horas invocando el derecho garantizado por la Constitución de establecer libremente un sindicato, de conformidad con el Convenio de la OIT sobre la libertad sindical, ratificado por Egipto. Como consecuencia, el juez suspendió las actuaciones. Durante mi juicio, los miembros del sindicato manifestaron frente al edificio donde me hallaba detenido, sin lo cual hubiera permanecido allí mucho más tiempo. Los dirigentes de la ETUF, que forman parte del comité político del NDP, el partido de Mubarak, junto con algunos miembros del parlamento, ejercieron su influencia para presionar a los trabajadores a que se desafiliaran del RETA. Algunos fueron mutados a otros puestos, otros sufrieron reducciones salariales como represalia y otros descendieron de grado. Asimismo, la ETUF creó un sindicato rival en nuestro sector, en el que anteriormente no tenía ninguna presencia, de forma totalmente ilegal. Pese a todas esas dificultades, RETA cuenta con 41.000 miembros en todo el país, de un total de 48.000 funcionarios en ese sector, gozando así de una altísima tasa de representatividad.

Con todo, la ETUF sigue obligando a los miembros de RETA a mantener la deducción automática de su cuota a favor de esa organización. Tras una serie de protestas, 6.000 de nuestros miembros han logrado extinguir esa obligación, aunque la mayoría de los demás aún está forzada a cumplirla actualmente.
Criticó duramente la actitud de la ETUF cuando estalló la revolución…

La ETUF estableció enseguida comités para impedir que ningún grupo de trabajadores pudiera hacer huelga ni participar en las manifestaciones. El dinero acumulado por la ETUF gracias a las cuotas obligatorias y la ayuda del gobierno le permitió pagar a alborotadores que salieron a las calles para aterrorizar a la población.

Cuando la ETUF creó un sindicato en nuestro sector para rivalizar con RETA, no logró colocar en la dirección a una persona del sector tributario, por lo que tuvo que recurrir a una persona del sector bancario, que luego fue reemplazada por un funcionario del sector de la producción militar. Ese individuo formaba parte del grupo de ataque contrarrevolucionario presente en la llamada « batalla de los camellos » en la Plaza Tahrir. Yo me encontraba en la Plaza Tahrir con grupos de sindicalistas de RETA, de Mahalla y otras ciudades. Incluso declaró entonces delante de las cámaras de televisión que castigaría a los manifestantes y acabaría con la revolución, insultándonos y acusándonos de las peores barbaridades, antes de ser detenido por los manifestantes revolucionarios. ¡Y ese tipo sigue en su puesto a la cabeza del sindicato ficticio de la ETUF en nuestro sector!

Muchos son los trabajadores en todos los sectores que albergan un enorme resentimiento contra la ETUF. Eso explica que, en el momento de la huelga, los empleados de la universidad hubieran secuestrado al vicepresidente de la ETUF, que había acudido para poner fin a la huelga. Lo mismo ocurrió en una fábrica siderúrgica.

Actualmente, recibimos mensajes diariamente de la ETUF, que ahora afirma que reconoce el derecho a la libertad de asociación y propone que trabajemos juntos.
La única huelga respaldada por la ETUF fue la de una fábrica de materia prima textil (lino) en la zona industrial de Tanta el año pasado. La ETUF intervino para presionar a los trabajadores a aceptar un plan de jubilaciones anticipadas. Después de seis meses de huelga, sin embargo, los trabajadores fueron abandonados y actualmente todos están sin empleo. El objetivo era, de hecho, cerrar la fábrica y, en ningún caso, defender a los trabajadores, que perdieron su empleo.

¿Responde el nuevo gobierno establecido después de la retirada de Mubarak a sus expectativas?

Nos preocupa mucho el Ministro de Trabajo. Pasé una noche en blanco cuando me enteré por la televisión de que el Ministro de Trabajo del nuevo gobierno era un miembro de la directiva de la ETUF. Era una situación totalmente inaceptable para nosotros. El vice primer ministro organizó un encuentro con Kamal Abbas del CTUWS (***) que apoya los sindicatos independientes y le ofreció la cartera de Ministro de Trabajo. Nosotros habíamos recomendado a Ahmed Hassan El Bouray, que había sido experto de la OIT. Algunos medios habían ya anunciado el nombramiento de este último, pero para nuestra gran sorpresa, se nombró al tesorero de la ETUF, que debe haber participado necesariamente en todas las tramas de corrupción de esa organización. Esa persona se puso en contacto con nosotros, con Kamal Abbas del CTUWS y otros sindicalistas independientes, pero todos nos negamos a reunirnos con él. Después de la dimisión del Primer Ministro este jueves 3 de marzo, esperamos que se le remplace también. Seguimos apoyando la candidatura de Ahmed Hassan El Bouray.

El 2 de marzo se celebró la primera conferencia de la nueva Federación de sindicatos independientes de Egipto en el edificio del sindicato de periodistas adyacente a la Plaza Tahrir. ¿Cómo asegurar que se convierta en un potente instrumento para la defensa de los derechos de todos los trabajadores de Egipto?

Algunos días antes del inicio de la revolución, el 25 de enero, decidimos de común acuerdo entre los dirigentes de los cuatro sindicatos independientes (****) establecer una nueva federación, aunque algunos de nosotros preferían esperar hasta el 1° de mayo. Cuando comenzó la revolución, decidimos rápidamente anunciar la creación de la nueva federación el 30 de enero en la Plaza Tahrir, donde estábamos todos reunidos. Lanzamos de inmediato una convocatoria de huelga general.

Antes de la revolución, todos teníamos mucho miedo; nos preguntábamos quiénes serían castigados y cómo. Con la revolución, nos sentimos más seguros.
Esa primera conferencia el 2 de marzo nos permitió presentar, públicamente, nuestras principales reivindicaciones a favor de la creación de un salario mínimo, la protección social y el respeto del derecho de sindicación.

Centenares de trabajadores se ponen en contacto con nosotros cada día para pedir asesoramiento para la creación de sindicatos en todos los sectores, en el ámbito público y privado. Tratamos de asesorarlos, de indicarles cuál es el procedimiento a seguir. La tarea es colosal.

¿Cómo concibe el desarrollo de esa nueva federación en la que todo está por construirse?

Convendría examinar, más en detalle, la posible creación de una federación capaz de de congregar, rápidamente, a todos los trabajadores de Egipto. Convendría asimismo reunir a los sindicatos de trabajadores y las asociaciones profesionales, que representan actualmente a los médicos, abogados, periodistas e ingenieros, y englobar a los trabajadores rurales, los « fellahs », que hasta ahora nunca han conocido ninguna forma de organización pero que representan el corazón de Egipto, que ha sido siempre un país de agricultores.

¿Cuáles son los pasos a seguir?

Idealmente, habría que crear centros sindicales generales en todas las gobernaciones del país. Así, si un grupo de agricultores desea afiliarse, deberá elegir a representantes sindicales, lo que le permitirá afiliarse a la federación. En una segunda fase, se podrían crear también federaciones sectoriales.
¿Qué lugar ocupan las mujeres en ese nuevo movimiento sindical independiente?
De los 46 miembros del comité ejecutivo de RETA, 13 son mujeres y nuestra vicepresidenta es una mujer. Son también muy numerosas a nivel de la base. Durante las huelgas, las mujeres desempeñaron un papel muy importante, encargándose de la organización práctica de una acción de huelga en la que participaron 50.000 trabajadores. En el sindicato independiente de técnicos de hospital, el 25% de los dirigentes sindicales son mujeres.

¿Cuáles son, concretamente, las principales dificultades a que se enfrentan actualmente?

Después de la revolución, las amenazas contra nuestros miembros, los actos de agresión cometidos por las fuerzas de seguridad y los empleadores han cesado. Nuestra principal dificultad hoy en día es lograr hacer frente a las muy numerosas solicitudes que recibimos de la base de crear sindicatos rápidamente, con arreglo a los principios de la libertad sindical. Tras vivir durante décadas bajo un régimen de sindicato único es preciso ahora realizar una importante labor para cambiar las mentalidades, y el lenguaje y las prácticas en los sindicatos. La mayoría de los trabajadores nunca ha podido ejercer sus derechos sindicales. Ello exigirá una gigantesca labor de educación.

¿Qué tipo de ayuda desearían obtener del movimiento sindical internacional?

El apoyo que nos ha brindado la CSI desde el principio ha sido esencial. La CSI siempre se ha mantenido fiel al principio fundamental del sindicalismo libre y se ha negado a colaborar con la ETUF, lo que se ha valorado muy positivamente.
Nuestra afiliación a la Internacional de Servicios Públicos (ISP) fue de gran importancia también. Además de los cursos de capacitación de los que hemos podido beneficiarnos, los mensajes de solidaridad enviados al presidente Mubarak y a la ETUF por las afiliadas de la ISP de todo el mundo fueron un gran apoyo.
Así pues, la educación y la formación son las principales peticiones que dirige al movimiento sindical internacional…

No queremos dinero. Diversas experiencias han demostrado que los flujos de dinero del extranjero no dan los resultados esperados y han dado lugar, al contrario, a diferentes formas de corrupción. La enseñanza y la capacitación son necesidades prioritarias. Quisiéramos también impulsar la colaboración con los sindicatos de otros países de África del Norte, como Túnez y Marruecos. Estos últimos tienen una experiencia más amplia en el ámbito de la formación, en especial de las mujeres y los jóvenes. Nosotros tenemos una sólida experiencia en materia de huelgas, por lo que podríamos intercambiar nuestras experiencias y aprender unos de otros.

Entrevista a cargo de Natacha David.

*Real Estate Tax Autorithy Union (sindicato de trabajadores de la administración tributaria) (RETA).

**Federación de sindicatos de Egipto (Egyptian Trade union Federation- ETUF), que formaba parte del régimen de Mubarak.

***Center for trade union & workers services (centro de servicios sindicales y a los trabajadores) (CTUWS)

Fotos of the Conferencia de la nueva federación sindical independiente en Egipto

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