Congo: presencia masiva de mujeres sindicalistas en la Marcha Mundial de las Mujeres

Por las calles de Bukavu (RDC del Congo) resonaban el domingo cantos de solidaridad en medio de las pancartas multicolores que llevaban las miles de mujeres procedentes de todas las regiones del mundo en señal de solidaridad hacia las mujeres congolesas víctimas de una violencia sexual masiva en la región oriental del Congo. Entre ellas, las mujeres sindicalistas congolesas y sus compañeras procedentes de once países africanos, así como los representantes de la CSI y de su organización regional CSI-África, demostraron una fuerte presencia sindical en este evento, exigiendo que cese la impunidad, que las mujeres víctimas congolesas consigan algún tipo de compensación y que la paz se instaure de forma duradera en la región.

“Nuestra presencia aquí, entre las mujeres sindicalistas congolesas que hacen resonar sus cantos de solidaridad en esta marcha, es prueba de la solidaridad que queremos aportar a las mujeres congolesas que han sido y siguen siendo víctimas de la violencia. El movimiento sindical internacional reclama con fuerza a las autoridades del Congo y de otros países de la región, así como a la comunidad internacional en general, que se tomen medidas para la instauración de una paz duradera en esta región, primer paso indispensable para eliminar la violencia que sufren las mujeres”, declaró Kattia Paredes, del Departamento de Igualdad de la CSI.

La víspera, una delegación de mujeres sindicalistas se presentó en Mwenga, lugar trágicamente simbólico de la violencia extrema perpetrada contra las mujeres en esta región. Tras cinco horas de camino de tierra roja que se adentra en las colinas arrasadas por la guerra, la delegación participó en la ceremonia de conmemoración de la Marcha Mundial de las Mujeres, en homenaje a las trece mujeres y los dos hombres martirizados en octubre de 1999, enterrados vivos por militares del movimiento armado rebelde de la época (RDC Goma).
Más de diez años después se siguen produciendo violaciones masivas en esta región congolesa de Kivu, que continúa siendo presa de las facciones militares rivales. Según las últimas informaciones publicadas por la ONU, el año pasado se cometieron más de 15.000 violaciones en el Este de la RDC, donde los grupos armados operan sobre una vasta extensión y se mezclan a menudo con las poblaciones civiles. Según la ONU, más de 500 personas, entre ellas niñas, fueron violadas a finales de julio y principios de agosto por una coalición de combatientes Mai-Mai y de la rebelión hutu de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Rwanda (FDLR) en 13 pueblos del territorio de Walikale (provincia de Kivu del Norte). Los soldados de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) están también acusados en diversos casos de violación, asesinato y saqueo.

Josée Shimbi, de la CSC-Congo, subrayó en la tribuna de la Marcha Mundial de las Mujeres “la contradicción mayúscula que existe entre los enormes potenciales del país y la pobreza en la que se pudre la mayoría de la población, en particular las mujeres”.

Las relaciones que existen entre la pobreza, la mala gobernanza, el déficit patente de empleos decentes y los conflictos que generan acciones de violencia masiva contra las mujeres, fueron analizadas durante la conferencia sindical celebrada en Bukavu los días 14 y 15 de octubre, en paralelo a las actividades de la Marcha Mundial de las Mujeres. Las 50 participantes discutieron cómo reforzar la participación de las mujeres en el diálogo social, instrumento privilegiado para la prevención y la resolución de conflictos, y en particular para la protección de las mujeres víctimas de la guerra. Solicitaron a las autoridades congolesas que se movilicen para promover el empleo decente y que establezcan mecanismos eficaces para la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, en particular en lo concerniente a la explotación de los recursos minerales del país. Este sector, con unos potenciales considerables, se encuentra dominado por una serie de prácticas predadoras que violan a diario los derechos humanos y sindicales en beneficio exclusivo de los grupos armados que controlan el tráfico de dichos recursos y de las multinacionales que sacan un provecho máximo.
Representantes del Gobierno congolés, de la OIT así como de la ONU Mujeres participaron en esta conferencia sindical. Myrtle Witbooi, Secretaria General del sindicato de trabajadores domésticos sudafricanos SADSAWU, vino a dar testimonio de hasta qué punto las trabajadoras domésticas, casi nunca reconocidas ni protegidas, se ven especialmente afectadas por la violencia que sufren las mujeres en esta región así como en todo el mundo. Insistió en lo importante que es para el movimiento sindical presionar a los gobiernos para que aprueben el próximo mes de junio en Ginebra el proyecto del Convenio internacional sobre trabajo doméstico.

Esta conferencia sindical fue clausurada con la adopción de una declaración, la cual irá seguida de un plan de acción que será puesto en marcha bajos los auspicios de la CSI-África.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, declara que “hay que terminar con la impunidad y se tiene que hacer justicia para todas las mujeres víctimas de estos conflictos. Los intereses en juego a causa de la riqueza procedente de las materias primas de la región deben dejar de estar por encima del respeto a la vida y a la dignidad de las mujeres”.

- Ver la galería de fotos de la participación sindical en la Marcha Mundial de las Mujeres en Bukavu:
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