La credibilidad de la justicia camboyana se ve empañada por el hecho de que dos inocentes siguen en la cárcel

La CSI hizo reiterados llamamientos esta última semana para conseguir que se inicie una nueva investigación del asesinato del dirigente sindical camboyano Chea Vichea y para que se libere de inmediato a dos personas injustamente condenadas por ese crimen: Born Samnang y Sok Sam Oeun.

Bruselas, 1 de febrero de 2007: La CSI hizo reiterados llamamientos esta última semana para conseguir que se inicie una nueva investigación del asesinato del dirigente sindical camboyano Chea Vichea y para que se libere de inmediato a dos personas injustamente condenadas por ese crimen: Born Samnang y Sok Sam Oeun. Chea Vichea, quien era Presidente del sindicato FTUWKC (Free Trade Union of the Workers of the Kingdom of Cambodia, www.ftuwkc.org), fue asesinado el 22 de enero de 2004 mientras estaba leyendo el diario frente a un kiosco del centro de Phnom Penh. Seis días después, al finalizar una burda investigación, la policía camboyana arrestaba a Born Samnang y Sok Sam Oeun. El 1 de agosto de 2005, un tribunal de Pnomh Penh los condenó a ambos a veinte años de cárcel basándose en la confesión que hiciera Born Samnang, confesión que la policía lo obligó a hacer por la fuerza. No se presentó ante el tribunal ninguna verdadera prueba que vinculara a esos dos hombres con el asesinato, aparte de la confesión obtenida por la fuerza. Además, un juez que el 19 de marzo de 2004 dictaminó que no había pruebas concretas contra ellos fue destituido y reemplazado por otro juez.

El 6 de octubre de 2006 debía llevarse a cabo una apelación a raíz de la aparición de nuevos elementos que demuestran la inocencia de ambos condenados pero la audiencia fue postergada (so pretexto de que el juez estaba enfermo) y nunca más se la convocó. Uno de los elementos a los que se hace referencia es el testimonio de Va Sothy, la propietaria del kiosco frente al cual fue abatido Chea Vichea, quien afirma que Born Samnang y Sok Sam Oeun no son los autores del asesinato. La descripción que esta testigo presencial hace de los dos asesinos no coincide para nada con la de estos condenados. Va Soth, quien fuera amenazada por los dos verdaderos asesinos, tenía demasiado miedo como para testimoniar durante el juicio pero luego de que huyó de Camboya hizo una declaración jurada al respecto.

La otra prueba es el testimonio de Heng Pov, quien en 2004 era jefe de la policía de Phnom Penh y estaba a cargo de la investigación del asesinato. En una entrevista concedida al semanario belga Le Vif/L’Express y publicada el 18 de agosto de 2006, afirmaba: “No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que los dos sospechosos no habían tenido nada que ver con el asesinato”. Declaraba que él no había ejercido presión sobre los dos inocentes para que confesaran su crimen, señalando que los autores de esa presión habían sido personas que ocupaban altos cargos militares.

La madre de Born Samnang, Noun Kim Sry, explicó que su hijo recibió malos tratos en la cárcel: “Me lo golpearon mucho a mi hijo para que confesara haber matado a Chea Vichea, pero ni siquiera lo conocía. Le dijeron que su novia también estaba presa y que si reconocía haber cometido el crimen más tarde le solucionarían sus problemas. Como seguía negándose, le tomaron la mano e imprimieron su huella digital al pie de un documento escrito. No sé lo que decía el documento pero fue entonces cuando lo presentaron a la prensa como el culpable que habría confesado.”

En una carta de fecha 22 de enero de 2007, la CSI reclamó una vez más a Hun Sen, Primer Ministro de Camboya, que hiciera que se convocara una nueva audiencia sin más demora y que se liberara a Born Samnang y Sok Sam Oeun. La CSI también pidió a la Comisión Europea que ejerza toda su influencia sobre el gobierno de Camboya con relación a este asunto y para que se respeten totalmente los derechos humanos y sindicales en Camboya. La CSI presentó asimismo el caso contra el gobierno de Camboya ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT.

La CSI se une a los sindicatos democráticos, a las organizaciones de la sociedad civil de Camboya y a otras numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos (incluso Amnistía Internacional y Human Rights Watch) en su reclamo de que se libere a los dos inocentes y de que se vuelva al Estado de derecho en ese país. Transcurridos pocos meses del inicio del juicio a los ex khmers rojos, la justicia de Camboya debería finalmente volver a ser confiable.

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales.

Sitio web: www.ituc-csi.org

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