Primer plano de A. Balasubramaniam (Malasia - MTUC)

“La explotación de los migrantes también afecta a la mano de obra local”

“La explotación de los migrantes también afecta a la mano de obra local”

Bruselas, 16 de enero de 2007 (La CSI EnLínea). Malasia es uno de los lugares del sudeste de Asia más apreciados por los trabajadores migrantes. La central sindical malasia MTUC (Malaysian Trade Union Congress) procura defender a esos trabajadores de la explotación y de las presiones a las que se los somete. Recientemente firmó un acuerdo de cooperación con el sindicato de Indonesia el ITUC (Indonesian Trade Union Confederation), el principal país de procedencia de los hombres y mujeres inmigrantes en Malasia. A. Balasubramaniam, Vicepresidente de la central MTUC traza un panorma de la situación de los trabajadores migrantes y de los esfuerzos de su central para mejorar su situación.

¿Podría describir el fenómeno migratorio de Malasia?

En Malasia hay alrededor de 3 millones de inmigrantes, sobre una población de 25 millones de personas. Casi 1,5 millón de inmigrantes están en situación legal y entre 1,2 y 1,5 millón de migrantes carecen de documentación en regla. Esas personas generalmente llegaron legalmente a Malasia pero debido a que empleadores sin escrúpulos deliberadamente omitieron renovar sus permisos de trabajo, cayeron en la ilegalidad. La mayoría de los migrantes trabajan en las plantaciones, la construcción y las tareas domésticas. La gran mayoría procede de Indonesia pero también hay personas de Nepal, India, Camboya, Vietnam, Bangladesh…

¿Cómo se los contrata?

La mayoría de los trabajadores migrantes llega a través de agencias de contratación. La central MTUC le hizo distintas propuestas al gobierno con respecto a eso. Pedimos que todos los trabajadores y trabajadoras inmigrantes sean contratados mediante acuerdos entre gobiernos, ya que las agencias los explotan. Les sacan grandes sumas de dinero. A menudo hay migrantes que tienen que trabajar entre seis y doce meses sin ganar nada mientras tratan de rembolsar el dinero que le deben a las agencias. Las promesas que les hacen en sus países de origen no coinciden para nada con la realidad que encuentran en Malasia. En la mayoría de los casos, los migrantes tienen dos contratos de trabajo: uno que les dieron en sus países de origen, donde se les prometía un buen salario, y otro que les dieron aquí, con un salario inferior. Una vez llegados a Malasia, no les queda ninguna alternativa y se ven obligados a aceptar lo que se les ofrece.

La prensa internacional ha hablado de las razias contra los trabajadores migrantes de hace unos meses. ¿Qué sucedió realmente?

En 2004, el gobierno ofreció una amnistía a todos los migrantes que estaban en situación ilegal. Podían ser repatriados sin que se los sancionara por su estadía ilegal. Disponían de tres meses para hacerlo. Pero muchos no podían irse del país porque sus empleadores no les habían pagado sus salarios. La central MTUC exigió entonces que se prolongara varios meses el plazo. Se fijó el 31 de diciembre de 2004 como fecha límite y luego se prolongó ese plazo un mes más debido al maremoto. Más de 327.000 trabajadores migrantes se fueron en esas condiciones. Los demás podían ser reprimidos. Un grupo creado por el gobierno compuesto por voluntarios, los denominados relas, percibía 50 ringits (10 euros) por inmigrante descubierto en situación ilegal. Esos relas cometieron abusos contra los trabajadores migrantes, a algunos los golpearon. Los relas son personas de todo tipo de ocupaciones, usan uniforme y pueden ayudar a la policía en toda una serie de tareas. La central MTUC les habló en distintas conferencias explicándoles lo que tienen y lo que no tienen derecho de hacer, haciéndoles saber las quejas de los migrantes sobre ellos, etc.

Ahora que esos 327.000 migrantes se han ido, ¡en Malasia no hay suficientes trabajadores extranjeros! El gobierno afirmó que pueden volver como turistas y que cuando hayan encontrado trabajo pueden registrarse en el Ministerio de Trabajo, pero ese sistema no funciona muy bien. Las autoridades también hablan de entregar las visas en el aeropuerto pero también en ese ámbito las agencias de contratación sacan provecho de los trámites. Actualmente, los migrantes que desean venir a trabajar en Malasia tienen que hacerlo a través de las agencias y nosotros quisiéramos que eso se hiciera a través de acuerdos entre gobiernos.

¿Cuáles son las fuerzas vivas de la central MTUC? ¿Afilian ustedes a los trabajadores y trabajadoras migrantes?

La MTUC tiene 172 federaciones afiliadas, con un total de alrededor de 592.000 miembros, la mitad de los cuales son mujeres. Nuestras federaciones de trabajadores de la madera y de la construcción han afiliado a casi 2.000 trabajadores migrantes. La mayoría de los migrantes tiene mucho miedo de afiliarse a un sindicato porque en sus contratos se estipula que no deben participar en ninguna actividad sindical. Eso es ilegal: En Malasia, los trabajadores migrantes tienen derecho de afiliarse a cualquier sindicato. La única restricción es que no tienen derecho de ocupar cargos dirigentes.

¿Qué servicios brinda la MTUC a los trabajadores y trabajadoras migrantes en Malasia?

Procuramos que los trabajadores migrantes conozcan sus derechos, principalmente a través de los medios informativos. También los ayudamos si tienen problemas con sus empleadores, por ejemplo, en caso de despido. Hemos representado a trabajadores migrantes en muchos pleitos. Todas las semanas entran migrantes a nuestros locales para pedir ayuda y los atendemos a todos. Se supone que debemos dar prioridad a nuestros miembros pero también les dedicamos tiempo a los migrantes, para que se los trate correctamente, porque de lo contrario también se verán afectados los trabajadores locales. Los migrantes saben de nuestra existencia gracias a los medios informativos pero también por los encuentros públicos que organizamos.

Los trabajadores domésticos constituyen una categoría de trabajadores a la que es difícil llegar. ¿Intentan ustedes ayudarlos?

Gracias a un proyecto financiado por donantes internacionales, hemos contratado una persona a tiempo completo para que se ocupe precisamente de ellos, con la intención de formar una asociación de trabajadores domésticos. Estos trabajadores no tienen derecho de formar un sindicato porque la ley de Malasia no los considera trabajadores propiamente dichos. Hemos presentado al gobierno una solicitud para formar esa asociación. Mientras esperamos la respuesta, ayudamos a los trabajadores domésticos que tienen problemas. Hace poco, a una empleada doméstica se le debían 22 meses de sueldo. Presentamos el caso ante el tribunal laboral, el cual obligó al empleador a pagar. Luego, esa empleada se volvió a su país. En este caso en particular, fue la agencia que la contrató la que nos comunicó la situación.

¿Firmaron acuerdos con los sindicatos de los países de procedencia?

El 16 de septiembre se firmó un primer acuerdo con la confederación indonesia. Dicho acuerdo nos permite intercambiar ideas y conocimientos y brindarnos ayuda mutua. La idea también es que la ITUC haga tomar conciencia a los trabajadores migrantes indonesios antes de su partida con respecto a la cultura de Malasia, a la existencia de la MTUC, las leyes… Nuestra intención es que a la larga podamos abarcar a todos los trabajadores y trabajadoras migrantes, no solamente a los indonesios. Uno de los obstáculos con los que nos tropezamos es que no disponemos de recursos financieros suficientes como para emplear a una persona que se ocupe a tiempo completo de esta cuestión. Quisiéramos encontrar un donante que nos brindara apoyo para ello.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales: http://www.ituc-csi.org

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI al teléfono: +32 2 224 0204 ó +32 476 62 10 18.