Bruselas, 1 de octubre de 2009: La CSI ha condenado duramente la sangrienta represión de manifestantes en Conakry y ha reiterado la necesidad de aplicar sanciones máximas contra los autores materiales e intelectuales de los actos de barbarie perpetrados el lunes 28 de septiembre en Guinea, donde el balance es de más de 150 muertos, 1.200 heridos y numerosos casos de violaciones de mujeres en plena calle.

“El movimiento sindical se encuentra en estado de shock”, declaró Guy Ryder, Secretario General de la CSI, el cual ha expresado, por otro lado, su profunda inquietud sobre la situación que prevalece desde entonces en Guinea. El jefe de la Junta ha prohibido cualquier reagrupamiento que se considere de carácter subversivo, lo cual constituye un impedimento muy preocupante para las actividades de defensa de los derechos humanos, incluidos los derechos sindicales y la libertad de opinión. Estos comentarios fueron hechos al tiempo que reina un clima de terror, que se siguen profiriendo amenazas, que los restos mortales de las víctimas no han sido devueltos a sus respectivas familias y que las personas están siendo mantenidas en detención arbitraria. Además hay numerosos heridos que no pueden acceder a los cuidados médicos necesarios.

Insistiendo en la necesidad de restaurar la paz y la estabilidad en Guinea, la CSI exige que la Junta libere incondicionalmente y sin demora a todas las personas arrestadas, y que devuelva todos los restos mortales de las víctimas, incluidos los que han sido sustraídos, para que se puedan organizar unos funerales en condiciones. También tiene que hacerse cargo lo más rápidamente posible de los cuidados médicos y la hospitalización de los líderes políticos y todos los demás heridos graves y, en conjunto, las víctimas deberán obtener una compensación por los daños y perjuicios sufridos. “El respeto de las libertades de expresión y opinión debe garantizarse lo antes posible”, continúa Guy Ryder. “Lo sucedido el 28 de septiembre es inaceptable.”

El movimiento sindical internacional ha insistido además en la necesidad de crear una comisión de investigación internacional y totalmente independiente, que esclarezca la masacre y las exacciones del 28 de septiembre así como lo sucedido los días posteriores a estos hechos. Se trata de la única medida garante de una denuncia real de los autores materiales e intelectuales de esta barbarie.
Todos los gobiernos e instancias suprarregionales han sido llamados a aprobar enseguida una serie de sanciones contra los miembros de la Junta en el poder y contra los autores de estos hechos violentos, como la congelación de sus activos y el exilio de estos individuos y sus allegados.

A principios de octubre el Consejo General de la CSI se reunirá en Berlín (Alemania) y examinará esta situación. Los sindicatos de todos los continentes han venido expresado numerosos testimonios de solidaridad con el pueblo guineano.

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