Día Mundial del Refugiado: exigimos solidaridad, mejor apoyo y diálogo social

En este Día Mundial del Refugiado, la Confederación Sindical Internacional (CSI) reafirma su compromiso con la paz y la solidaridad hacia las personas refugiadas en todo el mundo.

La crisis mundial de refugiados está empeorando con conflictos y guerras, graves repercusiones del cambio climático y una abyecta pobreza en todos los continentes.

Una de cada 95 personas en el mundo se ha visto obligada a huir de su hogar a causa de conflictos o persecución. La guerra desatada por Putin en Ucrania ha exacerbado la situación, y según estimaciones del ACNUR, África y Europa son las regiones donde se prevén mayores necesidades de reasentamiento para personas refugiadas.

El informe Groundswell del Banco Mundial señala que el cambio climático podría obligar a 216 millones de personas a migrar dentro de sus propios países para 2050, con lo que estos desplazados internos correrán el riesgo de sufrir discriminación y explotación.

Aplicando el principio de solidaridad e igualdad para todos, los sindicatos han venido esforzándose por apoyar a los refugiados. Desde campañas, cabildeo y educación hasta aportar apoyo financiero y ayuda humanitaria, esta labor se lleva a cabo pese a los limitados recursos y el delicado contexto político.

En Grecia y Jordania, los sindicatos han venido proporcionando a los refugiados programas de formación profesional para facilitar su integración, apoyar la inclusión en el mercado laboral y contribuir a proteger a los refugiados frente a la explotación.

En Kenya y Turquía, los sindicatos brindan formación a refugiados sobre derechos laborales. En Guatemala y Croacia, los sindicatos han aportado ayuda humanitaria, como comida y agua potable, a personas refugiadas y desplazadas internas.

“Refugiados y migrantes han de tener cabida en nuestros lugares de trabajo y nuestras comunidades, donde merecen recibir un trato igualitario y total protección de sus derechos. Los sindicatos canadienses dan la bienvenida a refugiados y migrantes y apoyan esfuerzos para brindar un lugar seguro a quienes más lo necesitan”, indicó Bea Bruske, presidenta de la central sindical Canadian Labour Congress.

La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, declaró: “A todos nos duele que los refugiados tengan que soportar terribles condiciones y un trato aberrante. Instamos a los Gobiernos del mundo entero a intensificar sus compromisos, esfuerzos e inversión para cubrir las necesidades humanitarias de reasentamiento, como parte de las obligaciones de los Estados establecidas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo.

“Esto debería llevar emparejado el desarrollo de mejores sistemas que recurran al diálogo social para apoyar una integración efectiva, incluyendo el reconocimiento de las capacidades de las personas refugiadas, para su total integración en la fuerza laboral, con plenos derechos y representación sindical”.

Muchos países, incluso en Europa, necesitan mano de obra con el envejecimiento de su población. Las competencias y los ingresos que los refugiados aportan a los países de acogida pueden contribuir a impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo para todos. Pero esto requiere inversión.

La CSI insta a los Gobiernos a aumentar la financiación para cubrir las necesidades de los refugiados, incluyendo protección social en los países de acogida, y a contribuir a los esfuerzos globales para reforzar la cooperación y desarrollar una estrategia común y una respuesta eficaz frente a las crisis de refugiados.

Esto implica combatir las causas a la raíz de la migración forzada, además de cubrir las necesidades humanitarias, de reasentamiento e integración resultantes.