Mesa redonda: El sector de la energía eólica marina en el Reino Unido

A finales de marzo, el Centro de Transición Justa y la TUC organizaron una mesa redonda para fomentar un debate entre los sindicatos británicos de los sectores de la energía y el gas y el petróleo marinos, así como de las (posibles) cadenas de suministro, incluido el acero británico, y para promover el aprendizaje entre pares con los sindicatos de Estados Unidos (AFL-CIO), Noruega (LO) y Dinamarca (FH).

Reino Unido cuenta con la segunda mayor capacidad eólica marina instalada del mundo por detrás de China y ocupa el primer lugar en lo que respecta a la cartera de proyectos(es decir, la capacidad prevista para su construcción), seguida de la de China y Estados Unidos. Por tanto, las políticas y los acuerdos marco positivos para el sector y su cadena de suministro en Reino Unido pueden tener la capacidad de fijar normas en otras partes del mundo, ya que las grandes empresas en este ámbito son multinacionales con presencia a nivel mundial.

Sin embargo, aunque el gobierno británico ha invertido dinero público en el sector, la creación prevista de puestos de trabajo ha resultado ser más bien mediocre y no hay ninguna estrategia sectorial. Asimismo, ha aumentado la inquietud acerca de la calidad de los trabajos en las industrias de la energía renovable. Debido a sus procesos de licitación y a su carácter fragmentado, la sindicalización de los trabajadores dentro del sector ha resultado bastante complicada. Además, las empresas de energía actuales con acuerdos de reconocimiento tanto en el país de origen como en Reino Unido a veces han intentado excluir a los sindicatos de sus departamentos de energías renovables.

Los sindicatos estadounidenses han sufrido un mercado fragmentado parecido, que se ve agravado por una postura antisindical arraigada en la legislación y la cultura empresarial del país. Por desgracia, numerosas empresas europeas que trabajan en Estados Unidos han adoptado rápidamente dicho enfoque antisindical. A pesar del complicado entorno y la falta de negociaciones en el sector, con la ayuda de los sindicatos de Dinamarca, las organizaciones sindicales estadounidenses de la construcción han logrado firmar un acuerdo marco con Ørsted, el mayor promotor de energía eólica marina del mundo. El acuerdo abarca la fase de construcción de todos los proyectos eólicos marinos de Ørsted en Estados Unidos, pone en marcha programas de capacitación conjunta, fomenta los debates actuales sobre la cartera de proyectos y exige un convenio colectivo para la fase de construcción de los proyectos eólicos marinos de Ørsted en Estados Unidos. Los convenios colectivos propiamente dichos, conocidos como “Acuerdos laborales de proyecto” en el sector de la construcción de Estados Unidos, se negociarán por separado, proyecto a proyecto, en cada mercado estatal.

En cambio, la situación en Noruega y Dinamarca refleja unas relaciones laborales menos hostiles y se beneficia de la reciente elección de gobiernos progresistas. En Noruega, el gobierno está trabajando en un plan industrial para el sector industrial y energético y entiende el enorme potencial que tiene el desarrollo de las energías renovables: la energía eólica marina será la segunda mayor industria, por detrás del petróleo y el gas. Asimismo, Noruega se encuentra en las primeras etapas de desarrollo de la minería en el fondo marino y la agricultura marina. Los sindicatos están implicados en todos estos proyectos.

Dinamarca empezó a desarrollar parques eólicos a finales de la década de 1970 y las energías renovables desempeñan un gran papel en la cesta energética del país. Esbjerg, por ejemplo, es el principal puerto europeo para el comercio de turbinas eólicas marinas y tiene su propio programa llamado Offshore Academy, un nuevo plan de capacitación diseñado para garantizar que Dinamarca disponga de las capacidades necesarias cuando aumente aún más la instalación de la capacidad eólica tras la creación de las primeras islas energéticas del mundo, que empezarán a funcionar durante la próxima década. Se calcula que las islas crearán 120.000 nuevos empleos cualificados.

Los sindicatos dispondrán de otras oportunidades para explorar medidas concretas, como los acuerdos de hermanamiento con otros puertos, en talleres complementarios, pero sus reivindicaciones ya están claras. Tanto en Estados Unidos como en Reino Unido se están montando grandes instalaciones eólicas marinas y, según la experiencia adquirida, los proyectos más eficaces son aquellos en los que el gobierno ha intervenido de forma significativa en términos de inversiones y poderes reguladores. Todos los sindicatos quieren garantías de que dicha expansión de las energías renovables genere buenos puestos de trabajo en los sectores de la construcción, la producción y el mantenimiento y de que el dinero público no se le adjudique a empleadores que no respeten las normativas laborales.

Además, los sindicatos quieren desarrollar las sólidas relaciones laborales que tienen en sus países de origen con las grandes empresas noruegas y danesas de energía, así como con las multinacionales, incluidos sus programas de capacitación. Y en Reino Unido en especial, los sindicatos quieren evitar que los puertos recién creados en zonas francas se utilicen para menoscabar los términos y condiciones, así como garantizar el acceso a la sindicalización en los departamentos de energía eólica marina de dichas empresas. Solo si trabajan juntos, los sindicatos tendrán la posibilidad de lograrlo.