Los salarios mínimos vitales y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor en todas partes son un paso importante hacia la igualdad de género y el progreso social

Millones de trabajadores en todo el mundo no ganan lo suficiente para vivir con dignidad. Para luchar contra la pobreza y las desigualdades son necesarios salarios mínimos vitales legales, con negociación colectiva. Por otro lado, las mujeres ganan de promedio 20 por ciento menos que los hombres en todo el mundo. Para acabar con la disparidad salarial por motivos de género es necesario contar con leyes eficaces sobre la igualdad de remuneración, la transparencia salarial y la no discriminación, medidas sobre la segregación por sexos en el mercado de trabajo y políticas que promuevan la conciliación entre la vida profesional y la vida privada y los servicios de cuidados. Esto es esencial para la participación plena y equitativa de las mujeres en el trabajo y la vida.

Los salarios y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor conforman la base del progreso social.
Para lograr la igualdad de género y social es imprescindible aumentar los salarios a escala mundial y poner fin a la disparidad salarial de género.