La CSI advierte de los devastadores impactos de la guerra de Putin más allá de las fronteras de Ucrania y Rusia

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La CSI condena la guerra de Vladimir Putin contra Ucrania y hace un llamamiento a la paz, la democracia y el diálogo.

La guerra está causando un sufrimiento humano y una destrucción incalculables. Más de 3,5 millones de personas han huido del país en menos de un mes, lo que eleva el número total de refugiados en el mundo a casi 25 millones.

La CSI aplaude la labor humanitaria de sus organizaciones afiliadas ucranianas y la labor de los sindicatos de los países vecinos para acoger a los refugiados y ayudar a satisfacer sus necesidades.

La prioridad debe ser la inmediata cesación del fuego de Rusia y la retirada de todas las fuerzas rusas de Ucrania con la negociación de una paz justa y duradera. Las necesidades del pueblo de Ucrania y de reconstrucción del país serán enormes.

Repercusiones mundiales

Más allá de Rusia y Ucrania, la invasión de Putin está teniendo consecuencias geopolíticas y económicas a escala mundial y ha puesto en evidencia las debilidades existentes en el sistema multilateral. La CSI hace hincapié en las siguientes repercusiones mundiales resultantes de la invasión que requieren una acción urgente:

  • El agravamiento de la crisis mundial de empleos. La dependencia de las exportaciones rusas de petróleo y gas significa que los costos de la energía en todo el mundo seguirán aumentando y la escasez de algunos otros productos afectará a las cadenas mundiales de suministro en diversos sentidos, poniendo en riesgo los empleos. Los niveles de empleo ni siquiera han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia. En 2021 había 13 millones menos de mujeres con un empleo formal en comparación con 2019.
  • Presión sobre los hogares. Tanto Rusia como Ucrania son los principales exportadores de cereales. Varios países dependen en gran medida de sus exportaciones de trigo, maíz, de cultivos varios y de aceite de cocina. El aumento del costo de la energía y de los alimentos, que se suma a una crisis del costo de la vida ya existente en muchos países antes de la invasión, se intensificará a medida que la interrupción de la cadena mundial de suministro de estos y otros productos básicos de la región se sume a la presión sobre los hogares que ya se encuentran en dificultades debido a los bajos salarios.
  • Aumento de la inseguridad. La nueva guerra en Europa y el fracaso en el mantenimiento de la paz en África, el continente americano, Asia, el Pacífico y el Oriente Medio han puesto de manifiesto la necesidad de un marco mundial eficaz para la seguridad común.
  • Desvío de fondos. Un aumento en el gasto militar a escala mundial, actualmente alrededor de 2 billones de USD al año, desviará la financiación vital de las apremiantes necesidades económicas y sociales y la financiación de las medidas en defensa del clima.
  • Avaricia corporativa. Solo cuatro empresas que comercializan los productos básicos, y que a su vez controlan la mayor parte del comercio mundial de cereales, obtuvieron ganancias récord el año pasado cuando las economías comenzaron a abrirse durante la pandemia de COVID-19. Al igual que con la especulación de las empresas energéticas, no debe permitirse que la codicia de las empresas provoque aún más inseguridad y pobreza
  • Una creciente crisis mundial de refugiados. El número de refugiados en el mundo está en aumento, con un número total que roza a los 25 millones y decenas de millones más de personas desplazadas dentro de su propio país.

“Los Gobiernos deben actuar para poner freno a la ganancia desaforada de beneficios propiciada por esta crisis y tomar medidas urgentes, con las instituciones financieras internacionales, para extender la protección social a los millones y millones de personas en todo el mundo que se enfrentan al hambre e incluso a la hambruna, a precios inasequibles de la energía y a la escasez de suministros fundamentales tales como los fertilizantes.

“Asimismo, preocupa cada vez en mayor medida que la ayuda tan necesaria a Ucrania se tome, al menos en parte, de la asistencia oficial para el desarrollo destinada a algunos de los países menos ricos del mundo.

“La invasión de Putin es una pesadilla para aquellos que se enfrentan a la realidad cotidiana de los tiros, las bombas y los cohetes, y tendrá consecuencias extremadamente perjudiciales en todo el mundo, especialmente para los más pobres y vulnerables.

“Se requiere una acción urgente y deben aprenderse y aplicarse las lecciones sobre la dependencia de los combustibles fósiles, la diversidad en las cadenas mundiales de suministro y las otras fallas reveladas por esta guerra, incluida la ausencia de un marco multilateral para la seguridad común.

“Muchos Gobiernos implementaron medidas de emergencia al comienzo de la pandemia, lo que ayudó a muchas personas a no caer en la pobreza y mantuvo a flote las economías. Ahora, con el impacto mundial global de la guerra de Putin y el aumento de la inflación, será de vital importancia proteger los salarios de los trabajadores y de las trabajadoras, al igual que la creación de empleos decentes.

“Los Gobiernos deberán examinar las políticas de fijación de precios y las respuestas a las repercusiones económicas de esta guerra deberán centrarse especialmente en los más necesitados”, concluyó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.