El ataque a Ucrania constituye una flagrante violación del derecho internacional y de la integridad territorial de Ucrania como Estado soberano y democrático.

Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, ha declarado: “Lamentamos la pérdida de quienes han muerto y transmitimos nuestras más profundas condolencias y solidaridad a quienes han perdido a seres queridos o han resultado heridos.

“La imposición de sanciones por parte de Gobiernos que apoyan la democracia y el Estado de derecho es inevitable y está justificada, y debería centrase específicamente en el entorno del presidente Putin, que está llevando a Rusia por el camino de la destrucción y poniendo en peligro la paz en Europa y en el mundo.

“Solicitamos a los líderes mundiales que tomen medidas urgentes y definitivas para entablar diálogo y encontrar una solución pacífica a esta crisis, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”.

Diálogo, paz y democracia

Luca Visentini, secretario general de la CES y del Consejo Regional Paneuropeo de la CSI, ha expresado: “Condenamos enérgicamente la guerra, que afecta en primer lugar a las personas y a los trabajadores, y abogamos por el restablecimiento inmediato del diálogo, la paz y la democracia”.

“Europa debe mostrarse firme ante la agresión de Putin y ejercer la máxima presión sobre su régimen y, en particular, su entorno, con objeto de propiciar la paz y el diálogo.

“No podemos permitir que la política esté marcada por la violencia, y esperamos que los líderes mundiales y de la UE protejan la integridad de Ucrania, así como la seguridad de todos los demás países de la región.

“Con más de 100.000 personas ya desplazadas, Europa tiene que prepararse para acoger a los refugiados, y apreciamos las promesas que ya han realizado varios Estados miembros de la UE”.

Solidaridad práctica

Como muestra de solidaridad con el pueblo ucraniano, se han celebrado manifestaciones en ciudades de toda Europa, entre ellas una concentración en Bruselas organizada por la CES.

En Ucrania ya han muerto decenas de personas, parte de ellas civiles. En Rusia han sido detenidas más de 1.700 personas que se manifestaban contra la guerra, y la ya frágil economía del país ha empezado a debilitarse aún más inmediatamente después de que Putin iniciara la invasión.

La CES y la CSI hacen un llamamiento a sus miembros para que hagan llegar su solidaridad práctica a los trabajadores y ciudadanos de Ucrania a través de un fondo de solidaridad para las organizaciones ucranianas afiliadas a la CSI, y solicitando a los Gobiernos de los países de la región que acojan a los refugiados que huyen del conflicto.

Los trabajadores y las trabajadoras –tanto de Ucrania, donde existe una amenaza existencial, como de Rusia y Europa, donde el nivel de vida y el empleo van a verse afectados– no deben acarrear con el peso de la guerra. Instamos a los Gobiernos a que garanticen que la mayor parte de las sanciones las asuman quienes más recursos tienen.