Américas: el sindicalismo en peligro

La situación de los sindicalistas en el continente americano es dramática. Esta es en resumen la constatación que hace la sección sobre las Américas del Informe anual sobre las violaciones de los derechos sindicales 2008, publicado hoy por la CSI.

Bruselas, 20 de noviembre de 2008: La situación de los sindicalistas en el continente americano es dramática. Esta es en resumen la constatación que hace la sección sobre las Américas del Informe anual sobre las violaciones de los derechos sindicales 2008, publicado hoy por la CSI. No es de extrañar que esta región del mundo conserve el dudoso honor de ser el continente más mortífero para los sindicalistas, principalmente a causa de la situación en Colombia donde 39 sindicalistas han perdido la vida como consecuencia de sus actividades sindicales.

Son muchos los sindicalistas del continente americano víctimas de asesinatos, secuestros, amenazas de muerte, asaltos y allanamientos de sus domicilios. Resulta habitual que los empleadores recurran a despidos o al traslado de sus dirigentes en represalia por la creación de sindicatos. Se registraron casos de un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía en manifestaciones o marchas de protesta, que se saldaron con numerosos heridos y, en algunos casos, muertos, como ocurriera en Brasil, Chile, Honduras, México, Paraguay, Perú y Argentina. A estos casos habrá que sumar, sin duda, muchos otros que no han podido ser registrados.

Aunque en Colombia se ha constatado una ligera mejora en cuanto al número de homicidios de sindicalistas, esta buena noticia relativa se viene abajo frente a la resurgencia de otras formas de violencia: se duplicó el número de atentados, aumentaron los desplazamientos forzados, los allanamientos ilegales, las detenciones arbitrarias y el nivel de amenazas. Los sectores más afectados por estas violaciones de los derechos sindicales son la agricultura, la educación y la sanidad.

Guatemala sigue los pasos de Colombia en tanto que los países más peligrosos para los sindicalistas. La violencia estructural es cotidiana y el movimiento sindical se ve sometido a una represión permanente. Pedro Zamora, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Portuaria Quetzal (STEPQ), fue asesinado tras emprender una campaña para detener los planes de privatización patronal y protestar por múltiples violaciones a los derechos sindicales, entre ellas el despido ilegal de nueve trabajadores. Pese a que los nueve trabajadores serían reintegrados, tras la visita de la misión internacional conjunta de la CSI y la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), el asesinato de Pedro Zamora continúa impune. La CSI organizó el pasado mes de enero una Conferencia Internacional contra la impunidad en Guatemala, durante la cual el presidente guatemalteco Álvaro Colom se comprometió a luchar contra la impunidad, auténtica plaga en América Latina, y particularmente en Guatemala.

En las plantaciones bananeras del continente americano la represión antisindical es un denominador común, especialmente en Ecuador, donde las condiciones de trabajo son particularmente duras. Una vez más en Guatemala, el 23 de septiembre fue asesinado Marco Tulio Ramírez Portela del Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izabal (SITRABI). Según informes de SITRABI, los trabajadores de las fincas bananeras de BANDEGUA, subsidiaria de la transnacional Del Monte Fresh, son víctimas de diversas formas de intimidación, particularmente por las noches, sin que la seguridad de la empresa haga nada al respecto. Actos similares fueron perpetrados contra el Sindicato de Trabajadores Bananeros del Sur (SITRABANSUR).

El Informe anual de la CSI señala que en Honduras, pequeña llama de esperanza en el negro panorama sindical en América, los trabajadores/as hicieron retroceder a Chiquita Brands al lograr acuerdos satisfactorios con la empresa tras la huelga convocada por el Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company (SITRATERCO) en protesta por diversos despidos ilegales. La empresa aceptó realizar una investigación de los despidos denunciados y respetar al sindicato.

Los servicios públicos se ven afectados por el clima antisindical que reina en el continente. En muchos casos, el Ministerio de Trabajo está involucrado. Es el caso por ejemplo en Costa Rica, donde la Asociación de Funcionarios del Ministerio de Trabajo lo denunció por obstaculizar la negociación colectiva y la representación sindical. El gobierno de Oscar Arias responde con persecución sindical a la creciente oposición a su política gubernamental y la denuncia internacional en defensa de los derechos de los trabajadores/as. En Estados Unidos, la “guerra contra el terrorismo” ha sido utilizada como pretexto para recortar significativamente los derechos sindicales de los empleados/as del gobierno. Muchas veces se organizan también campañas hostiles contra el establecimiento de nuevos sindicatos.

Otro obstáculo a los derechos sindicales más elementales, el derecho a la huelga sigue muy coartado en toda la región, lo mismo que el derecho a la negociación colectiva. En El Salvador, la Sala Constitucional llegó a declarar inconstitucionales los Convenios 87 y 98 de la OIT, relativos a la libertad sindical y la negociación colectiva, ratificados por ese país en 2006. En Haití, país azotado por la pobreza, no ha habido avances en el respeto de la libertad sindical y la negociación colectiva, en un clima de violencia que se suma a un índice record de desempleo y la complicidad del Estado y de los empleadores que ni cumplen ni hacen cumplir la ley. Lo mismo puede decirse de Perú, donde el hostigamiento antisindical y los despidos selectivos y masivos se han convertido en algo habitual.

El Informe de la CSI destaca que en el sector de las maquilas o zonas francas rara vez se respetan los derechos sindicales más elementales. En Honduras, las empresas textiles implementan políticas antisindicales que impiden crear y consolidar sindicatos, mientras que en Nicaragua las peores violaciones siguen ocurriendo en las zonas francas, a pesar de que el Ministerio del Trabajo lanzó una advertencia a las empresas que obstaculizan la formación de organizaciones sindicales.

El Caribe no constituye una excepción. Los derechos de libertad sindical y negociación colectiva están muy restringidos. Se han organizado, por ejemplo, campañas antisindicales para poner fin a diversas huelgas. En Trinidad y Tobago, el Ministerio de Trabajo amenazó a los docentes en huelga con acciones legales, y en Belice el clima antisindical está generalizado tanto en las plantaciones bananeras como en las maquilas.

“El movimiento sindical está amenazado desde hace demasiado tiempo en el continente americano”, declaró Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “La protección de los actores sociales y particularmente de los sindicalistas, es una condición esencial para la democracia. Los derechos sindicales consagrados en los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo deben formar parte integral de un proceso de reforzamiento del estado de derecho”, añadió.


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