AGNU76: La CSI apoya el “Acelerador Mundial para el Empleo y la Protección Social” propuesto por el Secretario General de la ONU

La CSI ha acogido favorablemente el Acelerador Mundial anunciado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, y su objetivo respecto al empleo y la protección social.

El informe de políticas fija como objetivo la creación de al menos 400 millones de empleos para 2030, principalmente en la economía verde y los cuidados, y ampliar la cobertura de pisos de protección social a 4.000 millones de personas que actualmente están desprotegidas.

El Acelerador fue presentado durante el 76º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, como parte de la Iniciativa de Financiación para el Desarrollo en la Era de la COVID-19 y más allá (FfDI), un proceso en el que ha estado involucrada la CSI y donde presentó sus recomendaciones para Financiar la recuperación y construir la economía del futuro.

“Nuestras demandas han sido escuchadas”, comento la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, quien participó en el evento de lanzamiento del informe. “Los objetivos del Acelerador contribuirán a que la gente trabajadora pueda recobrar la confianza y la esperanza, puesto que aporta respuestas concretas a las crisis que afrontamos de momento y que seguiremos teniendo que afrontar en el futuro”.

Las prioridades del Acelerador Mundial constituyen elementos centrales de las reivindicaciones sindicales para un Nuevo Contrato Social, a fin de asegurar una recuperación y resiliencia centradas en las personas.

“¿Podemos financiarlo? ¡Por supuesto!”

Durante su intervención, Sharan Burrow hizo hincapié en que los recursos necesarios para financiar las medidas en un Nuevo Contrato Social existen, pero no se utilizan adecuadamente. Debe darse prioridad a cinco medidas:

  • La reasignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) resulta fundamental. De los 650.000 millones de USD en DEG emitidos por el FMI, únicamente unos 275.000 millones de USD irán a países emergentes y en desarrollo y apenas 21.000 millones a países de bajos ingresos. Los países ricos deben apoyar las permutas financieras de acciones (equity swaps).
  • Se necesita una arquitectura de alivio de la deuda transparente, que incluya restructuración y cancelación de deudas, incluyendo a países de ingresos medios y la incorporación de “condicionalidad positiva” basada en los ODS en las políticas crediticias de las Instituciones Financieras Internacionales.
  • Con las actuales inyecciones de liquidez en el mundo desarrollado, puede y debe incrementarse la ayuda oficial al desarrollo (AOD) para asistir a los países en desarrollo con vistas a restaurar sus recursos públicos. Es necesario redoblar esfuerzos para alcanzar el compromiso de 0,7% de AOD, con entre 0,15 y 0,20% del PIB para los países menos desarrollados. Por otro lado, el porcentaje de la AOD destinado a apoyar la protección social a través de un Fondo Mundial para la Protección Social resulta fundamental para la resiliencia.
  • Se requiere una mayor coordinación multilateral respecto a la fiscalidad. Resulta fundamental un paso inicial positivo por parte del G7 respecto a la eliminación de la evasión fiscal y el establecimiento de una tasa imponible global para las multinacionales, junto con la adopción de sistemas fiscales progresivos e impuestos sobre la fortuna.
  • Todas las inversiones deberían tener un enfoque medioambiental, sostenible y respecto a la gobernanza, para poder hacer frente a la convergencia de crisis que amenazan a la población y al planeta.

Los sindicatos están dispuestos a implicarse a través del diálogo social, para traducir estos compromisos en progresos concretos hacia la Agenda 2030