Jornada Internacional de Conmemoración

Al conmemorar a los trabajadores y las trabajadoras que han perdido la vida y sufrido accidentes y enfermedades en el lugar de trabajo, los sindicatos presionan este 28 de abril con dos reivindicaciones claves para salvar vidas.

1. La primera es que la salud y seguridad en el trabajo sea considerada como un derecho fundamental por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), junto con otros derechos como la libertad sindical, el derecho de negociación colectiva y la protección frente a la discriminación, el trabajo forzoso y el trabajo infantil. Una decisión histórica por parte del Consejo de Administración de la OIT en marzo implica que podría tener lugar durante la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2022.

Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, declaró que “Se trata de una cuestión que reviste una importancia capital y que lleva ya demasiado tiempo sin resolverse. Normas inadecuadas de salud y seguridad en el lugar de trabajo cuestan cerca de 2,78 millones de vidas cada año. Hacer que la salud y seguridad en el trabajo sea un derecho fundamental de la OIT incrementaría la responsabilidad de Gobiernos y empleadores para poner fin a esta masacre y daría además mayores medios de presión a sindicatos y representantes de seguridad en los centros de trabajo. Sólo unos malos empleadores se opondrían a ello y estamos dispuestos a luchar duro para salvar vidas”.

2. La segunda guarda relación con la clasificación de la COVID-19 como enfermedad profesional, con vistas a proporcionar una mayor protección a la gente trabajadora y permitir el acceso a fondos de compensación para las familias de trabajadores que pierdan la vida a causa del virus y para cualquiera que lo contraiga en el trabajo. El año pasado, los sindicatos mundiales instaron a la OIT a incluir la COVID-19 en la lista de enfermedades profesionales y una encuesta inicial realizada por la CSI sobre 58 países reveló que, hasta la fecha, tan solo 26 han dado ese paso, aunque en algunos casos la cobertura quedó restringida únicamente al personal sanitario.

“La mayoría de los brotes de COVID-19 se producen en lugares de trabajo, incluyendo los centros escolares. Unos lugares de trabajo seguros resultan esenciales para frenar la propagación de la pandemia. El acceso a compensaciones en caso de contraer la enfermedad en el trabajo es especialmente importante, teniendo en cuenta que se ha cobrado ya la vida de muchos trabajadores y trabajadoras y que puede además ocasionar afecciones debilitantes de durante mucho tiempo tras la infección.

“Aunque nos felicitamos de que se dé cobertura al personal sanitario, no nos parece correcto que algunos países excluyan a otras personas como quienes trabajan en el empaquetado de carne o en almacenes, donde por culpa de una mala regulación o de la negligencia de sus empleadores se han registrado altas tasas de contagios. Todas las personas trabajadoras merecen estar cubiertas. Aquellos países que todavía no hayan tomado medidas al respecto deberían hacerlo cuanto antes, y la inclusión de la COVID-19 en la lista de enfermedades profesionales de la OIT serviría de aliciente”, añadió la Sra. Burrow.

La CSI reclama asimismo un gran impulso en la producción de vacunas contra el virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19, y que se eliminen todos los obstáculos, incluyendo los relativos a la propiedad intelectual y la búsqueda de beneficios, para garantizar que vacunas, pruebas, tratamientos y otras herramientas de salud pública estén disponibles para todos, sin discriminación.