Resulta vital incrementar la producción de vacunas y su distribución equitativa

Un masivo incremento de la producción mundial de vacunas, así como la distribución equitativa de vacunas, pruebas y tratamientos son elementos esenciales para combatir la pandemia de COVID-19.

Mientras que algunos países están haciendo progresos para vacunar a toda su población, más de 100 todavía no han recibido ni una sola dosis. La iniciativa COVAX, a la que se han asociado 190 países, ha fijado como objetivo vacunar a 20% de la población en los países más pobres del mundo para finales de este año, pero al ritmo actual no parece que pueda lograrse. Entre tanto, los países más ricos están encargando suficientes vacunas para inocular varias veces a la totalidad de su población.

Ni el nacionalismo de las vacunas ni el mercado acabarán con la pandemia, solo la cooperación internacional conseguirá controlarla. Se necesita un esfuerzo urgente a nivel mundial para producir suficientes vacunas y hacerlas llegar a todo el mundo, dando prioridad a las personas más vulnerables y los trabajadores situados en primera línea que están salvando vidas y manteniendo las economías y las sociedades a flote.

“Aquellos políticos que han emprendido juegos nacionalistas o que difunden información falsa no sólo socavan la confianza de la población sino que profundizan las desigualdades, con consecuencias devastadoras para los países en desarrollo en particular. El imperativo moral de proporcionar vacunas a toda la población mundial se fundamenta en la necesidad de salud pública que supone acabar con el virus en todos los rincones del mundo”, afirma Sharan Burrow, secretaria general de la CSI.

Acción urgente

Se requieren medidas específicas en los siguientes ámbitos:

  • Iniciativas gubernamentales para acelerar la producción de vacunas aprobadas y continuar desarrollando otras nuevas;
  • Eliminación de los obstáculos de propiedad intelectual, incluyendo la suspensión de los acuerdos ADPIC y medidas para frenar la especulación en los precios de vacunas, pruebas y tratamientos;
  • Mayor inversión en COVAX;
  • Acelerar el apoyo a la capacidad de producción en países en desarrollo para cubrir las necesidades de esta y futuras pandemias;
  • Invertir en sanidad y en otros servicios públicos a fin de asegurar que las vacunas se distribuyan y administren eficazmente, así como en protección social;
  • Medidas enérgicas contra las redes sociales y las compañías que se benefician de la desinformación; y
  • Campañas públicas de educación para disipar mitos y presentar los hechos reales.

“Las vacunas son cruciales para controlar la pandemia, salvar vidas y asegurar la reconstrucción económica y la resiliencia. Pero también lo son otros elementos de la respuesta global, incluyendo la salud y seguridad en el trabajo, la reorganización del trabajo, el distanciamiento social, la ventilación, las mascarillas y un aumento masivo de realización de pruebas, incluyendo test rápidos para un seguimiento adecuado de la salud pública y poder evaluar la efectividad de las vacunas. Debemos trabajar juntos en todo el mundo. En una pandemia mundial, actuar únicamente en interés propio resulta contraproducente”, afirmó Sharan Burrow.