Salvar vidas y reabrir economías empleando pruebas rápidas de antígenos

La CSI reclama una inversión urgente y a gran escala en el desarrollo de test rápidos de antígenos para detectar el virus SARS-CoV-2 que ocasiona la COVID-19, con vistas a controlar la pandemia.

Estos test, también conocidos como pruebas de tiras reactivas, pueden ser realizados por cualquiera en su propia casa, en lugares de trabajo o en otros entornos, obteniendo el resultado en apenas 15-30 minutos. Su principal característica es que dan una lectura positiva cuando las personas son realmente susceptibles de contagiar a otras. Las pruebas PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) comúnmente utilizadas pueden dar un resultado positivo cuando la persona hace tiempo que ha dejado de ser contagiosa, y además resultan caras y logísticamente complejas.

Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, declaró: “Sumamos nuestras voces a las de eminentes científicos que están pidiéndolos. Incluir estos test al arsenal existente de medidas para hacer frente a la pandemia permitiría que los lugares de trabajo que han sido cerrados puedan reabrirse de manera segura y con un alto grado de confianza.

“Salvaría millones de empleos, revitalizando negocios locales de entretenimiento o comida y bebida, y aportaría esperanzas para relanzar el turismo y la aviación, duramente castigados a causa de la pandemia, al igual que otros sectores que se encuentran al borde del colapso.

“Mascarillas, distanciamiento social, bajas remuneradas por enfermedad para todas las personas que den positivo, protección social y medidas de apoyo al empleo y a las empresas siguen siendo esenciales y vitales junto con un despliegue efectivo de los test rápidos de antígenos o de ‘tiras reactivas’, pero dichos test pueden contribuir considerablemente a parar el virus y salvar empleos.

“El mundo no puede seguir con un yo-yo continuo entre confinamientos y reaperturas parciales. Los costos sociales, económicos y sanitarios son demasiado elevados y constituyen un precio que no es necesario pagar”.

Un informe preparado por la CSI, que se basa en información de especialistas y el trabajo de epidemiólogos, virólogos y otros expertos, establece los argumentos a favor de una importante inversión en test rápidos y su aplicación a gran escala.

En Eslovaquia las tasas de infección se han reducido hasta el punto de poder iniciar una reapertura parcial de la economía, gracias a:

  • un esfuerzo masivo que incluyó efectuar test rápidos de antígenos al 65% de la población a principios de este mes;
  • seguimiento de los test en puntos de atención y cuarentena obligatoria para los casos positivos.

Otros países han empezado también a distribuir test y a efectuar pruebas masivas localizadas.

La CSI recomienda a los sindicatos alentar el despliegue de este tipo de test y a insistir ante Gobiernos y empleadores en que los trabajadores estén protegidos en todos los lugares de trabajo concediéndoles bajas remuneradas por enfermedad y recibiendo apoyo a los ingresos.

Un estudio de la Universidad de Harvard apunta a enormes beneficios económicos, con una rentabilidad económica 14 veces superior a la inversión necesaria para producir y distribuir test rápidos de antígenos.

“La actual estrategia para combatir el virus está costando demasiado a la gente trabajadora en términos de empleo y salud mental además de ocasionar pérdidas de vidas humanas inconcebibles; esto no puede seguir así. Las vacunas se vislumbran ya en el horizonte y la CSI reclama un acceso asequible para todos, pero las vacunas por sí solas no constituyen una panacea. Es necesario incorporar además estos test mediante tiras de reactivos, más simples y más baratos, para permitir reabrir las economías a largo plazo, contribuyendo a suprimir la propagación del virus hasta un punto en que podamos estar seguros en el lugar de trabajo y en los espacios públicos”, añadió Sharan Burrow.