Únicamente en Minsk, 100.000 personas participaron en una marcha de protesta. A pesar de la represión, se están produciendo paros en fábricas y otros lugares de trabajo, y muchos pequeños comercios han cerrado en señal de solidaridad. Se está deteniendo y encarcelando a representantes sindicales para impedir que organicen acciones en los lugares de trabajo.
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, ha declarado: “El derecho a la huelga está garantizado por el derecho internacional, y el Gobierno tiene la obligación de respetar este derecho, tanto más cuanto que Belarús ha ratificado los Convenios 87 y 98 de la OIT. La libertad sindical depende de la libertad de asociación, que el Gobierno está reprimiendo mediante la violencia y amenazas a la población. Pedimos al Gobierno que se abstenga de vulnerar estos derechos fundamentales y que reconozca que el pueblo bielorruso tiene derecho a tomar sus propias decisiones sin temor ni injerencia de las autoridades”.
Los atletas bielorrusos son un grupo que ha sido especialmente blanco de las autoridades, con varios detenidos y encarcelados por criticar al Gobierno de Lukashenko. Unos 900 atletas han criticado el desarrollo de las elecciones de octubre, y diez de ellos han sido encarcelados. Los atletas bielorrusos encabezaron el pasado viernes una marcha hasta el Comité Olímpico en Lausana para solicitarle que intervenga.