América Latina y Europa: una voz para la paz y un futuro mejor para sus jóvenes

El mercado laboral se está volviendo cada vez más duro para la juventud de ambos continentes. Además, América Latina está agobiada por la violencia que está secuestrando a toda la sociedad en muchos países de la región.

Por Yolanda Lamas, IFSI

En noviembre de 2019, el Instituto de Cooperación Sindical Internacional (IFSI) coorganizó dos eventos con la Confederación Sindical de las Américas (CSA) como parte de un "proyecto Sur-Sur de América Latina" que facilita reuniones e intercambios sindicales en la región y con la Federación General del Trabajo de Bélgica (FGTB).

La realidad de los jóvenes aquí y allá: la misma lucha

El primer evento contó con la participación de unos 30 jóvenes sindicalistas. Analizaron la realidad de los jóvenes en el lugar de trabajo y en las estructuras sindicales.

En el mercado laboral, las personas jóvenes son particularmente explotadas y sufren las consecuencias de los trabajos flexibles (contratos de duración determinada y horarios flexibles). En Europa, algunos gobiernos han tomado medidas para facilitar estos "mini trabajos", haciendo que se haya vuelto legal pagar menos a los jóvenes, hacer que trabajen con un horario reducido o que vengan por momentos – horario “a la carta”. Y, por supuesto, son las mujeres las más afectadas por estos métodos. En Alemania, por ejemplo, ellas ocupan el 70% de los mini trabajos.

Las plataformas - centros de llamadas, entrega de comidas a domicilio, etc. – también les explotan y se alimentan de su vulnerabilidad, empujándolas a convertirse en autónomos, falsos autónomos.

El efecto superficial a corto plazo es que las cifras de desempleo disminuyen, dando la ilusión de pleno empleo. Pero en realidad, las personas jóvenes que trabajan en estas condiciones aumentan las filas de trabajadores pobres y la precariedad se convierte en su forma de vida.

En América Latina, la situación es peor, ya que los jóvenes a menudo no firman ningún contrato de trabajo. Por lo tanto, no tiene derechos sociales. Y si hay un contrato, entonces es un “contrato basura”, con salarios muy bajos, contribuciones sociales mínimas y horas que bordean la ilegalidad.

La deducción es clara en ambas regiones: ¡la situación de los jóvenes nunca ha sido tan mala!

Las trabajadoras y trabajadores jóvenes quieren un cambio. Para ellas y ellos, un trabajo es necesario para vivir, es una fuente de ingresos que solo tiene sentido si tienes tiempo para ver crecer a tus hijos, socializar fuera del trabajo, leer, practicar deportes ... y participar en acciones de cambio social y político. La actual filosofía de “todo por la economía” y la explotación del planeta para llenar los bolsillos de unos pocos son repugnantes. Y en este sentido, la crisis climática se ha convertido en un motor y las redes sociales se han convertido en herramientas para dar a conocer fuera de sus fronteras la situación a la que se enfrentan los jóvenes y así poner más presión a los empleadores y políticos para que cambien sus prácticas y políticas.

Por la paz, la justicia social y la democracia

Los tres días siguientes reunieron en Bogotá a más de 100 personas de 18 países – con el apoyo de SOLIDAR, la red europea de organizaciones de la sociedad civil. Intercambiaron experiencias y discutieron sobre temas tan diversos como la libertad de asociación, los abusos de los derechos humanos, la paz en Colombia, la situación jóvenes, la condición de las mujeres, los nativos y los campesinos a quienes les han robado sus tierras para beneficiar a multinacionales..

Estos tres días permitieron a la CSA y sus diversas filiales andinas y centroamericanas (Colombia, El Salvador, Honduras, Perú, Venezuela ...), a los sindicatos europeos (Bélgica, España, Francia e Italia), así como a las organizaciones sociales que venían de estos mismos países ver que la violencia y las desigualdades creadas por el modelo neoliberal las han unido a través de todos los continentes. Y aunque la situación social y económica es diferente entre Europa y las Américas, los problemas de las personas trabajadoras, bajo la influencia del neoliberalismo, son muy similares. Empleos precarios, flexibilización excesiva de las horas de trabajo, violencia política y patronal, resurgimiento de falsos trabajadores por cuenta propia, desresponsabilización de los empleadores, desconexión de los trabajadores pues ya no están en contacto con sus empleadores y debilitamiento de los sindicatos.

Esta reunión consiguió unir los vínculos entre los participantes para construir un contrapoder fuerte y efectivo en defensa de los derechos humanos y sindicales, las libertades y consolidar la paz y el respeto de los acuerdos de paz en Colombia, y combatir la violencia en Honduras, Guatemala y El Salvador.

Del lado de los sindicatos, los sindicatos europeos han propuesto una hoja de ruta para otros sindicatos miembros del grupo latinoamericano de la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Ya habrá una primera reunión para avanzar en la lucha contra los asesinatos de líderes sociales en Colombia, organizada por las confederaciones sindicales españolas Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT)en junio de 2020. Un segundo encuentro entre sindicatos y organizaciones de la sociedad civil de Europe y América Latina tendrá lugar en el segundo semestre del 2020.

Foto: IFSI

Nota: Los dos encuentros beneficiaron del apoyo financiero de la Cooperación belga. El segundo evento también recibió el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert.