El ODS 8 proporciona a Asia y el Pacífico los medios para abordar el grave déficit de trabajo decente en la región

En su recientemente adoptado Programa de Acción 2019-2023, la Confederación Sindical Internacional en Asia y el Pacífico (CSI AP) identifica los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en general, y el Objetivo 8, en particular, como una oportunidad para ampliar su trabajo conseguir en la región un Nuevo Contrato Social que tenga el trabajo decente en su fundamento.

Asia y el Pacífico es una región que sufre un grave déficit de trabajo decente y en la que reside más de la mitad de la población mundial. El Índice de Derechos Globales 2019 de la CSI clasifica a la región como la segunda peor región del mundo para los derechos de los trabajadores. La mayoría de los trabajadores en la región sufren agresiones recurrentes, explotación y malas condiciones de trabajo que impactan más allá de su espacio de trabajo. Por ejemplo, la mortalidad laboral es seis veces mayor en Asia que en otras regiones del mundo, es decir, el 65% de la mortalidad laboral mundial ocurre allí. Tales cifras ocultan una cruda realidad de familias devastadas y comunidades impactadas.

Pero también hay oportunidades. La CSI AP es muy consciente del inmenso desafío que implica la conseguir un Nuevo Contrato Social centrado en el trabajo decente. No obstante, la organización también está firmemente comprometida a superarlo. Para ello, en su Programa de Acción 2019-2023, adoptado en la 4a Conferencia Regional de la CSI-AP que tuvo lugar en Tokio, Japón en octubre de 2019, la CSI AP ha identificado la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como una importante herramienta para hacer presión sobre el cumplimiento de las normativas relacionadas al trabajo decente, especialmente a través de acciones que contribuyan a la realización del Objetivo 8sobre la promoción de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos.

Los ODS y el ODS 8

La aprobación de los ODS por parte de la Asamblea General de la ONU en 2015 trajo consigo un compromiso político global para alejarse de las políticas actuales que han fomentado una codicia de las corporaciones que está llevando al mundo al borde del colapso social y ambiental . Además, la aprobación elevó los 17 ODS al nivel de compromisos internacionales de los que los gobiernos no pueden omitir de entre sus prioridades. La CSI AP ha identificadola oportunidad histórica que brindan los ODS, especialmente el Objetivo 8, porque, como se lee en el Programa de Acción: "Esta es la primera vez que un instrumento de desarrollo internacional menciona específicamente el trabajo decente como uno de sus objetivos".

El Objetivo 8 también está profundamente liado a la Agenda de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo, que establece que el trabajo decente tiene cuatro dimensiones: derechos fundamentales de los trabajadores, empleo, protección social y diálogo social. Estas dimensiones están interrelacionadas, y es una necesidad absoluta abordarlas simultáneamente. Pasar por alto a cualquiera de ellos perjudica la progresión de las demás. La actual priorización extrema de la dimensión económica lo demuestra. La dimensión económica ha estado superpuesta a las otras tres durante tanto tiempo que ha llevado a dañar el planeta hasta el punto de amenazar seriamente toda la vida en la tierra, y llevar a comunidades a niveles de pobreza que están más allá del punto de no retorno en el marco económico actual. Además, ha atrapado a la economía mundial en un círculo vicioso de crisis recurrentes y baja creación de empleo.

La posición de la CSI AP sobre el ODS 8

Para cumplir con el ODS 8, la CSI AP enfatiza que los países deben dejar de ver el trabajo decente como un producto resultante de las políticas económicas. En cambio, el trabajo decente debe estar en el centro de las políticas económicas. Los gobiernos deben considerar la creación de trabajo decente como una estrategia propia, dentro de la estrategia de crecimiento económico del país. Además, la creación de empleos decentes también debe tener un lugar central junto con las preocupaciones de política fiscal y monetaria. Básicamente, la implementación del Objetivo 8 a nivel nacional debe implicar un enfoque que vaya más allá de las políticas de empleo para incluir las cuatro dimensiones del trabajo decente, incluyendo instituciones sólidas para la protección social universal y un diálogo social basado en el pleno respeto de los principios y derechos fundamentales del trabajo.

Para garantizar que las cuatro dimensiones del trabajo decente estén verdaderamente integradas en las políticas nacionales de desarrollo y en las políticas de implementación de los ODS, los sindicatos deben participar en las políticas nacionales de implementación de los ODS y en la preparación de las Revisiones Voluntarias Nacionales. Además, los sindicatos deberían seguir la implementación nacional de los ODS en general y del objetivo 8 en particular, como los sindicatos de India, Indonesia, Japón, Corea, Mongolia, y Nepal han hecho en años anteriores.

La CSI-AP, junto con la Confederación Sindical Internationa, continuará su trabajo en apoyo a la campaña, #TimeFor8 - Ya es hora de tener un Nuevo Contrato Social en Asia y el Pacífico.

 

 


Para más información

 
Photo: Trabajadoras en Bangladesh luchan por la libertad de asociación el 1 de mayo de 2016. Crédito: Solidarity Center.