Violenta represión en Ecuador ante la oposición popular al paquete del FMI

Las desastrosas políticas impuestas por el FMI están causando estragos en la economía del país y eliminando derechos sociales y laborales. La Confederación Sindical Internacional (CSI) exige que se ponga fin a la violencia estatal y reclama la liberación de los manifestantes detenidos.

El presidente del Ecuador, Lenín Moreno, provocó protestas masivas tras anunciar una serie de recortes de amplio alcance, incluyendo una lista de medidas regresivas que afectarían principalmente a la comunidad trabajadora. Alardeó de haber despedido a 23.000 funcionarios públicos durante su mandato y que se renovarían los contratos de duración determinada en el sector público, pero aplicando reducciones salariales del 20%.

Pero Moreno subestimó la reacción de la gente trabajadora. Cientos de miles de ecuatorianos salieron a las calles en todo el país desde la semana pasada. Las protestas fueron convocadas por organizaciones indígenas, estudiantes, agricultores y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) que incluye a la CEDOCUT, central afiliada a la CSI.

Por su parte, el Gobierno respondió decretando el estado de excepción y recurriendo a la policía antidisturbios para acallar las protestas. Cientos de personas han sido detenidas y al menos una ha perdido la vida en los enfrentamientos. El martes, mientras se desplegaban tanques en la capital, Quito, Moreno trasladó el Gobierno a la ciudad costera de Guayaquil, por temor a las manifestaciones.

“La CSI había advertido ya al Gobierno que el acuerdo crediticio con el FMI empobrecería a la población y perjudicará la economía del país. Moreno, no obstante, parece ignorar las preocupaciones de la población, sometiéndose a la élite del país y a los dictados de los tecnócratas del FMI”, declaró la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.

El FMI rápidamente salió en defensa del paquete legislativo anti-obrero, siguiendo la línea marcada anteriormente de promover el debilitamiento de las protecciones laborales en Ecuador.

La situación social y económica es igualmente difícil en Argentina, donde se introdujeron idénticas políticas en el marco de la condicionalidad impuesta por el FMI. Desde el inicio del préstamo a Argentina, el fondo alabó las políticas del presidente Macri diciendo que apuntaban a “fomentar el crecimiento y la creación de empleo, además de reducir la pobreza”. Sin embargo, el país registra actualmente las peores tasas de desempleo, pobreza y desigualdad de los últimos 18 años.

“Las políticas del FMI imponen una carga enorme sobre la población trabajadora, beneficiando a las corporaciones y a las élites financieras corruptas. Tanto Argentina como Ecuador necesitan el espacio necesario para aplicar una recuperación económica invirtiendo en las personas, no imponiendo un modelo fallido que sume a los países en una crisis económica y social aún más profunda”, añadió Burrow.

Para más información:

El FMI regresa al Ecuador

Ecuador: La CSI advierte que el acuerdo con el FMI representa un ataque contra los trabajadores

Argentina: Los años Macri