Reformar el FMI y el Banco Mundial a fin de crear un multilateralismo equitativo

photo: World Bank / Simone D. McCourtie (CC BY-NC-ND 2.0)

A la apertura de las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el FMI en Washington, la Agrupación Global Unions pide un multilateralismo equitativo que apoye un nuevo contrato social y un desarrollo sostenible. La declaración sindical insta a apoyar la protección social universal y a centrarse en los resultados en el ámbito laboral de los préstamos para el desarrollo.

Las Perspectivas de la economía mundial del FMI advierten de una desaceleración en el próximo año, con un crecimiento mundial actualmente proyectado del 3,3% para 2019. Las tensiones comerciales, el endurecimiento de la política monetaria y la inestabilidad política son riesgos importantes que podrían dificultar aún más el crecimiento. Al advertir la posibilidad de una desaceleración más severa, la economista jefe del FMI, Gita Gopinath, aconsejó a los gobiernos que estén preparados para responder con políticas macroeconómicas más flexibles.

“En este momento de fragilidad para la economía mundial, las instituciones financieras internacionales deben cesar la condicionalidad y el asesoramiento de políticas que profundicen la desigualdad y las crisis económicas. El mundo necesita un nuevo contrato social que incluya una garantía laboral universal para todos los trabajadores y trabajadoras, con un piso de derechos fundamentales, protección social universal, salud y seguridad en el trabajo, control sobre el tiempo de trabajo y salarios decentes”, señaló la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.

La CSI está profundamente preocupada por las medidas del FMI y el Banco Mundial con respecto al salario mínimo. La semana pasada, la CSI respondió a los ataques errados y destructivos del FMI contra los niveles de salario mínimo y los mecanismos tripartitos para fijarlos. Entre tanto, en Haití, un alto directivo de la Corporación Financiera Internacional, que forma parte del Grupo del Banco Mundial, intervino de inadecuadamente en el debate sobre el aumento del salario mínimo al ejercer presión sobre el Ministro de Finanzas.

El Directorio Ejecutivo del FMI votará en las próximas semanas un marco estratégico para la participación en el gasto social, incluida la protección social, la salud y la educación. La Agrupación Global Unions instó al Directorio a aprobar una política adaptada al consenso de la política mundial en materia de protección social universal y ponga fin a las intervenciones puntuales del FMI que resulten en recortes agresivos y a una focalización estrecha de los programas de protección social.

Durante las reuniones de primavera, los representantes gubernamentales se reunirán para discutir la reposición de fondos para la Asociación Internacional de Fomento (IDA-19), la rama del Banco Mundial que concede préstamos a los países de bajos ingresos. La Agrupación Global Unions instó a la adopción de un plan para dar sistemáticamente seguimiento a los empleos y los resultados relativos a la prosperidad compartida de los préstamos en el marco de IDA-19, particularmente si se continúa un programa para canalizar fondos directamente al sector privado.

Poco antes de las reuniones de primavera, el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial seleccionó a David Malpass como próximo presidente de la institución. El presidente anterior, Jim Kim, renunció en enero de 2019 para incorporarse a la sociedad de inversión privada Global Infrastructure Partners. Su mandato completo habría terminado en 2022. La selección de Malpass sigue respondiendo al acuerdo informal entre los principales países donantes según el cual el presidente del Banco Mundial es elegido por los Estados Unidos. Anteriormente, Malpass trató con las instituciones financieras internacionales desde su cargo en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y fue economista jefe de Bear Stearns antes de la crisis financiera mundial de 2008.

A este respecto, Sharan Burrow comentó: “Las instituciones financieras internacionales no pueden renunciar a apoyar el cumplimiento de la Agenda 2030 y de los compromisos del Acuerdo de París. Es hora de reformar el FMI y el Banco Mundial para apoyar efectivamente estos objetivos”.

Las instituciones financieras internacionales deben contribuir a un nuevo contrato social