La ausencia de seguridad de las condiciones de trabajo resulta en muertes y lesiones casi a diario.

Ya se han producido 42 muertes en el lugar de las obras de construcción donde los trabajadores migrantes de países como Nepal trabajan conjuntamente con miles de trabajadores turcos. Los campamentos de trabajo donde se alojan los trabajadores son precarios, con mala alimentación y chinches en los dormitorios. Algunos de los trabajadores no han recibido remuneración alguna durante más de seis meses. En lugar de poner solución a las reivindicaciones urgentes y legítimas de los trabajadores, la gendarmería ha respaldado a las empresas de construcción tomando medidas enérgicas contra la protesta, arrestando a más de 400 trabajadores. Al dirigente de la Confederación de Sindicatos Progresistas no se le ha permitido reunirse con los trabajadores sin un permiso especial del gobernador.

Hacemos un llamamiento a la liberación inmediata e incondicional de todos los manifestantes. El Gobierno debe garantizar que no haya más represalias contra los trabajadores por negarse a realizar un trabajo en condiciones inseguras, lo cual es su derecho fundamental.