El Gobierno de Bangladesh falla a sus trabajadores y trabajadoras

photo: Solidarity Center

Cada año, desde que ocurrió el desastre del Rana Plaza, los trabajadores insisten en que la Comisión de Aplicación de Normas de la OIT escuche y debata la vulneración del derecho a la libertad sindical por parte del Gobierno de Bangladesh. Y, cada año, la Comisión de Expertos de la OIT y la Comisión de Aplicación de Normas emiten recomendaciones claras y directas al Gobierno, instándole a que cumpla el Convenio.

Lamentablemente, el Gobierno bangladesí ha desperdiciado todas las oportunidades que se le brindaron para mejorar la situación de los trabajadores. La Ley del Trabajo de Bangladesh y sus reglamentos, la principal normativa laboral del país, impone numerosos obstáculos al ejercicio de este derecho fundamental. Se prohíbe al personal de las zonas francas industriales formar sindicatos. El Gobierno sigue negando arbitrariamente el registro de más de la mitad de los sindicatos que lo solicitan. Y los trabajadores que intentan formar sindicatos se enfrentan al despido o algo peor, como palizas graves, mientras los responsables no enfrentan consecuencias de ningún tipo. La revisión que la CSI publica sobre el informe de la Comisión de Expertos de 2018 deja esto muy claro.

Bangladesh no figurará este año en la lista de casos que considerará la Comisión de Aplicación de Normas, no porque haya mejoras, sino al contrario, porque no las hay. No tiene sentido ofrecer otra oportunidad al Gobierno para que dé las mismas viejas excusas y haga las mismas promesas vacías. Además, el sistema de control de la OIT ha repetido demasiadas veces lo que el Gobierno debe hacer para proteger el derecho a la libertad sindical. En lugar de ello, estamos enviando un aviso al Gobierno de Bangladesh: tiene un último año para poner orden en su casa. Si no lo hace, el Grupo de los Trabajadores solicitará el establecimiento de una Comisión de Investigación en la Conferencia Internacional del Trabajo de 2019.

Esto sirve también de aviso a las grandes marcas internacionales. El caso de Bangladesh es la oportunidad perfecta para demostrar si realmente se toman en serio su compromiso de respetar los derechos laborales en las cadenas de suministro mundiales. En vísperas del centenario de la OIT el año que viene, esperemos lograr juntos un progreso real. Si no, ya sabemos a qué atenernos el año que viene.