Primer plano de Silvia Marina Grevalo Santos (CGTG - Guatemala)

"En las maquilas, se discrimina a las mujeres sobre la base de su edad"

Desde hace más de 20 años, las maquilas guatemaltecas (fábricas cuya producción se exporta) se dedican fundamentalmente al sector textil.
Silvia Marina Grevalo Santos, hoy militante no remunerada de la CGTG (Central General de los Trabajadores de Guatemala), fue despedida de una maquila por haber intentado sindicalizar al personal junto con otras compañeras. A su edad, 45 años, le resulta imposible encontrar trabajo en ese mismo sector, donde las mujeres son objeto de múltiples discriminaciones.

¿Cuáles son las condiciones de trabajo dentro de las maquilas?

El trabajo dentro de las maquilas es durísimo. En principio, las jornadas comienzan a las 7 de la mañana y terminan a las 18,30. Pero cuando la producción lo exige hay que trabajar hasta las 22. Los empleadores cierran las puertas y no se puede salir. Entonces quedamos como presas, encerradas contra nuestra voluntad. Además, es dificilísimo conseguir que se nos paguen las horas extraordinarias. En las maquilas habitualmente se trabaja de lunes a sábado. Pero, por supuesto, cuando aumenta la producción también hay que trabajar los domingos.
¿Qué sucede en las zonas francas con los derechos sindicales?
¡Dios mío! ¡Eso es terrible! No hay prácticamente ningún derecho. ¿Por qué? Porque cada vez que los trabajadores intentan formar un sindicato se los despide de inmediato. Los derechos de los trabajadores se violan a diario.

¿En qué tipo de maquila trabajaba usted?

La mayoría de las maquilas de Guatemala están relacionadas con el sector textil. Yo trabajaba para el grupo SIMSA. Me despidieron porque junto con otras compañeras intentamos formar un sindicato. Después de habernos despedido, los empleadores cerraron la maquila y no nos pagaron nunca nuestra indemnización. No se nos dio ni dinero, ni la recuperación de los días francos, nada. Perdimos todo. Tras ponernos de acuerdo, denunciamos esos hechos ante el Ministerio de Trabajo pero no conseguimos nada. El año pasado cerraron 37 maquilas. Como durante los 10 primeros años los empleadores no pagan impuestos, una vez que se cumplen los 10 años de actividad, cierran y se instalan en otro lugar con otro nombre y el ciclo recomienza. Se hicieron denuncias contra las 37 maquilas y se enviaron inspectores a los empleadores -en su mayoría coreanos- pero no se obtuvo ningún resultado. Cierran las maquilas y nos dejan sin nada.

¿De qué manera pueden ayudarlas los sindicatos?

En primer lugar, ejerciendo presión para que se respeten las leyes laborales. ¡Los trabajadores tienen derechos! El problema más grande es el ciclo de apertura y de cierre de fábricas. Nada más que en 2007 quedaron en la calle casi 17.000 trabajadores. Yo soy una de ellos y lucho para percibir la indemnización que nunca me pagaron.

¿Qué porcentaje de mujeres hay en las maquilas?

Alrededor del 75 por ciento pero eso varía de una empresa a otra. Uno de los grandes problemas que tienen las mujeres en las maquilas es la discriminación de la que se les hace objeto basada en la edad. Una vez que llegan a los 40 años se las considera demasiado viejas para trabajar. Se las obliga a irse. Se considera que ya no son suficientemente productivas. Los empleadores no toman en cuenta la experiencia que tenemos. La discriminación es clarísima.

¿Qué soluciones hay para esas mujeres?

Eso no está para nada claro. Por eso quisiéramos que el gobierno nos ayudara. Entre los 35 y 60 años de edad todavía podemos trabajar, tenemos la fuerza necesaria para hacerlo. Ser mujer en Guatemala supone hacer frente a numerosas dificultades. Hay muchísimas mujeres solas que están a cargo de sus hijos. La discriminación es un factor más en contra nuestra. Debido a la falta de dinero, tenemos problemas para mandar a nuestros hijos a la escuela. Aquí la escuela es muy cara. Hay que pagar una matrícula de inscripción. Inclusive las escuelas públicas son caras y las familias tienen como promedio 5 hijos.

Usted habla del gobierno, ¿el nuevo Presidente Alvaro Colom puede cambiar las cosas?

Eso esperamos. Pero no cabe duda de que será muy difícil. Esperamos que cumpla lo que prometió, que ayude al pueblo guatemalteco. Dijo que va a tratar al pueblo de la misma manera que a los ricos. No vemos la hora de ver si eso se concretará. Entre otras cosas declaró que se ocuparía de las injusticias que se cometen en las maquilas.

¿Qué sucede con la diferencia salarial entre las mujeres y los hombres?

Es una realidad. También se discrimina en este ámbito. Por el mismo trabajo, las mujeres perciben 50 quetzales (4,5 euros) como sobresueldo del salario mínimo (que es de 1.475 quetzales (ndlr: aproximadamente 131 euros)) mientras que los hombres perciben 150 quetzales (12,5 euros) de sobresueldo. El trabajo que hacen es el mismo pero no el salario.

Háblenos de la salud y la seguridad…

Ése también es un problema para los trabajadores. Las maras (bandas de jóvenes delincuentes) que rondan en torno a las maquilas nos roban los salarios que tanto nos costó ganar. Dentro de las maquilas hay además otros problemas. Los empleadores no permiten que los trabajadores vayan al baño cuando lo desean. Solamente pueden hacerlo una vez por la mañana y otra por la tarde. No suele haber un lugar donde comer y cuando llueve, no tenemos donde cobijarnos. No siempre se nos permite beber agua y ésta a menudo no es potable. Pero sobre todo, se trabaja bajo una enorme presión. Todas las mañanas se les da a los trabajadores una determinada cantidad de piezas que tienen que producir y que equivalen a un salario ya establecido. Todos los días aumenta tanto la cantidad de piezas que los trabajadores se esfuerzan, se lastiman y, por supuesto, no llegan nunca a hacer la cantidad de piezas que se les piden y, por ende, tampoco a percibir el salario que se les anunció. Además, cuando los empleadores se dan cuenta de que una mujer está embarazada, la presionan para que renuncie. No se la despide oficialmente, pero se la obliga a irse. De todas maneras, hay otras que quieren ocupar su lugar... Normalmente deberían tener derecho a dos meses de licencia de maternidad pero luego tienen que reanudar el trabajo y con esos horarios es difícil poder ocuparse de los hijos.

¿Piensa usted que algún día se admitirán plenamente los sindicatos dentro de las maquilas?

En las maquilas de Guatemala hay nada más que tres sindicatos. Uno de ellos está en una de las fábricas de la empresa Sae y tiene un poder muy limitado. Pero habitualmente es imposible formar un sindicato. Lo fundamental es comenzar por lograr que los trabajadores tomen conciencia de que tienen que luchar juntos para mejorar sus condiciones de trabajo. Unidos podemos lograrlo. Muchos trabajadores se dan cuenta de que el sindicato es algo bueno pero tienen miedo de perder el trabajo. Por mi parte, le doy parte de mi tiempo a la CGTG. No percibo salario alguno por este servicio pero considero que es importante. Victoriano Zacarías está a cargo de las maquilas y lo ayudo como puedo porque hay demasiado trabajo para que lo haga solo.
¿Piensa que podrá volver a encontrar trabajo en las maquilas?
No, ya no. Soy demasiado vieja para ellos. Espero sin embargo encontrar otro trabajo para poder ocuparme de mi familia. ¡Tengo 45 años y todavía puedo ser útil! Necesito mi indemnización. ¡Trabajé 12 años en las maquilas! Con esa indemnización quizás podría poner un pequeño negocio para mantener a mi familia.

Entrevista realizada por Mathieu Debroux.



- Véase también la nueva reseña de Visión Sindical (12 páginas) sobre Guatemala

- Léase también la entrevista completa a J. E. Pinzón Salazar, Secretario General de la CGTG, titulada "El miedo fue lo que me llevó a rebelarme ante las injusticias"