Los países del Golfo y el trabajo forzoso

La publicación de varios informes en los que se señala que los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) van a entablar conversaciones sobre el cumplimiento de los convenios internacionales en materia de trabajo forzoso como parte de los esfuerzos internacionales para luchar contra la esclavitud moderna, es una indicación positiva de que los EAU, Qatar, Arabia Saudita y otros países de la región podrían haberse decidido por fin a reformar sus represivos sistemas laborales y adaptarlos a los tiempos modernos. Los informes han salido a la luz tras una reunión mantenida el pasado fin de semana entre el CCG y la Primera Ministra británica Theresa May.

Los países del Golfo cuentan con unas de las peores legislaciones laborales del mundo, como consecuencia de las cuales millones de trabajadores y trabajadoras migrantes ven denegado su derecho a crear y afiliarse a un sindicato, y los sistemas de “patrocinio” (kafala) atan a los trabajadores a su empleador y, en algunos países como Qatar, exigen obtener la aprobación del empleador para que se les pueda expedir un visado de salida que les permita abandonar el país. Pero los trabajadores extranjeros seguirán necesitando un visado de salida con arreglo a las “reformas” de la legislación laboral anunciadas por Qatar, que no son más que un cambio de nombre del sistema de kafala, y que mantienen en cambio los peores aspectos de un sistema legal que niega a los migrantes los derechos más fundamentales. En otros países de la región también se utiliza el sistema de kafala, en virtud del cual los trabajadores y trabajadoras se hallan a completa merced de sus empleadores. Miles de trabajadores extranjeros se encuentran abandonados en Arabia Saudita, sin que les hayan pagado sus salarios, por lo que se han visto obligados a pedir a sus Gobiernos que les ayuden a regresar a su país.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha expresado: “Las leyes de empleo en la mayoría de los países del CCG son profundamente abusivas, y los Gobiernos de esos países han estado utilizando su poder económico mundial para evitar y desviar las críticas formuladas por otros Gobiernos. La indicación de que finalmente podrían estar dispuestos a incorporarse al siglo XXI transmite cierta esperanza a los millones de trabajadores y sus familias que dependen de su trabajo en el Golfo como medio de vida. Para que las leyes se ajusten a las normas de la OIT es necesario emprender una serie de medidas sencillas: abolir el sistema de kafala y el requisito del visado de salida; permitir a los trabajadores crear y afiliarse a sindicatos y negociar colectivamente; y, como primera medida, ratificar e implementar el Protocolo de 2014 relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso de la OIT. Estas medidas, junto con la garantía de un salario mínimo digno no discriminatorio para los migrantes, transformaría la vida de millones de personas. Está claro que no hay un problema de dinero – lo único que hace falta es la voluntad política”.

Frances O’Grady, Secretaria General del TUC-Gran Bretaña, ha dicho: “Nos complace que nuestra Primera Ministra esté abordando el problema de la esclavitud moderna con los Estados del Golfo. En particular, queremos que el Gobierno británico siga presionando a Qatar para que se logre abolir el sistema de kafala”.

En algunos países del Golfo se permite la existencia de sindicatos. Así pues, la central nacional de Kuwait KTUF está reclamando la abolición del sistema de kafala; y en Omán, los trabajadores y trabajadoras migrantes tienen derecho a disfrutar de la protección de los sindicatos. En Bahréin, donde se celebró la reunión entre el CCG y Theresa May, también hay sindicatos, pero el Gobierno lanzó una oleada de represión contra la central nacional GFBTU tras los disturbios y protestas que se produjeron en 2011.