Turquía: El Gobierno intensifica la represión contra los sindicatos

La CSI ha instado al Gobierno turco a cesar su intensificada represión contra los sindicatos, protestando por sus planes de enmendar la legislación laboral para debilitar aún más los derechos de los trabajadores.

Docenas de académicos han sido despedidos por haber firmado una declaración llamando a la paz, pidiendo que se ponga fin a la represión contra los curdos y otras personas en las provincias del Kurdistán; a muchos de ellos les han prohibido abandonar el país y se han iniciado causas penales contra algunos. La CSI ha sido informada de que 1.390 sindicalistas están siendo investigados por su participación en un acto pidiendo paz y democracia. Unos 284 están exilados o han sido transferidos, 403 fueron obligados a jubilarse, 102 están siendo investigados y 97 han sido acusados de “insultos al Presidente”. Se están desplegando fuerzas policiales contra los trabajadores y trabajadoras que emprenden acciones de protesta, como fuera el caso en la planta de Renault en la ciudad de Bursa.

Las propuestas de enmiendas a la legislación laboral y a la ley sobre agencias de empleo fueron sometidas al Parlamento sin que se realizase una consulta apropiada. Los cambios darán a los empleadores poderes prácticamente ilimitados para asignar a los trabajadores contratos inseguros y de duración determinada, eludiendo así sus obligaciones legales, y permitirán que los empleadores impidan que los trabajadores puedan sindicalizarse.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, comentó: “Parece ser que la intención del Gobierno es aplastar a los sindicatos y privar a los trabajadores turcos de sus derechos legítimos, consagrados en la legislación internacional. Este no es un comportamiento democrático, y perjudicará gravemente el nivel de vida, teniendo serias repercusiones sobre la economía nacional de Turquía. El ejercicio de poder y control sobre las vidas de la población parece ser más importante para las autoridades que el bienestar de sus ciudadanos. Instamos al Presidente Erdogan a cesar el acoso y la represión contra aquellos que simplemente buscan la paz y piden respeto de los derechos humanos, y a abandonar los cambios previstos en la legislación laboral que dejarían a los trabajadores y trabajadoras a merced de los empleadores, sin medios para defender sus derechos y lograr una vida decente para ellos y sus familias”.

El domingo, unas 200 personas fueron detenidas y la policía utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos para evitar que los manifestantes llegasen hasta la Plaza Taksim de Istanbul, punto de encuentro tradicional de las marchas del Primero de Mayo, y cuyo acceso fuera prohibido por las autoridades. Uno de los manifestantes perdió la vida tras ser arrollado por uno de los vehículos equipados con cañones de agua. Miles de personas tomarían parte en otros actos que tuvieron lugar en los puntos designados oficialmente, en el distrito de Bakirkoy de Estambul y en otras ciudades por todo el país.
La CSI representa a 180 millones de trabajadoras y trabajadores en 162 países y territorios, y cuenta con 333 organizaciones afiliadas nacionales.