Acabar con la explotación del sector textil en Jordania

Por Tula Connell (Solidarity Center, USA)

Los consumidores estadounidenses están acostumbrados a ver la etiqueta “Hecho en Jordania” cuando compran camisetas, vaqueros y otras prendas de vestir. Mervat Jumhawi, una organizadora sindical jordana, trabaja activamente para garantizar que los trabajadores y trabajadoras que cortan y cosen estas prendas, en su mayoría migrantes, lo hacen en condiciones seguras, reciben salarios justos y son tratados con respeto en el trabajo.

Mervat Jumhawi en un “selfie” con trabajadores indios del sector textil. Foto cortesía de Mervat Jumhawi

“Trabajaba en el sector textil y sé qué es la explotación y lo que significa”, dice Jumhawi. Después de trabajar 13 años en fábricas textiles, Jumhawi pasó seis años en la junta directiva del Sindicato general de trabajadores de los sectores textil y de confección de prendas de vestir, donde ha ocupado un puesto hasta hace poco. El sindicato representa a los 55.000 trabajadores y trabajadoras textiles de toda Jordania, incluidos los trabajadores migrantes, que constituyen el 71% de la mano de obra de las fábricas de confección de ropa del país.

La exportación de prendas de vestir, producidas principalmente para Estados Unidos, representa alrededor del 20 por ciento del producto interior bruto del país; las fábricas están situadas en las zonas industriales de Sahab, Dulail y Ramtha.

“Al principio, no estaba familiarizada con los problemas de los trabajadores migrantes”, dice Jumhawi por medio de un intérprete. “Sin embargo, después de trabajar con trabajadores migrantes, me empecé a interesar más en las cuestiones que les afectan porque están más marginados y son más vulnerables”.

La explotación de los trabajadores migrantes empieza en los países de origen

La explotación de los trabajadores y trabajadoras migrantes en Jordania y otros países del mundo a menudo empieza en sus países de origen, donde en general pagan sumas enormes por un trabajo a agentes intermediarios. Los trabajadores migrantes, que ya están endeudados cuando empiezan el trabajo, a menudo soportan condiciones abusivas para devolver sus préstamos. A veces los empleadores también confiscan sus pasaportes, manteniendo así secuestrados a los trabajadores migrantes, que no pueden irse si no reciben su salario o si son víctimas de maltrato físico o verbal. Jumhawi ayuda a sensibilizar a los trabajadores acerca de sus derechos según la ley y ayuda a los trabajadores que no reciben asistencia médica, han sido maltratados o necesitan asistencia para navegar a través del sistema jurídico.

Más del 70% de los trabajadores migrantes del sector textil en Jordania son mujeres. Crédito: Centro de Solidaridad

Más del 70% de los trabajadores migrantes del sector textil en Jordania son mujeres, principalmente de Bangladesh, Sri Lanka y Myanmar. La asistencia personal de Jumhawi a los trabajadores del sector de la confección de ropa y su dedicación a mejorar sus condiciones de trabajo — pasó 40 días y noches con 1.300 trabajadores birmanos del sector de la confección de ropa que estaban en huelga— han contribuido a que los trabajadores confíen plenamente en ella.

En una ocasión, cuando trabajadores de Bangladesh y Sri Lanka fueron a la huelga en 2013, Jumhawi intentó hablar con la dirección, pero no la dejaron entrar en la fábrica. Cuando se iba, miró hacia atrás y vio a cientos de trabajadoras que la seguían. Según Jumhawi , su oposición a la dirección dio fuerzas a los trabajadores. Al ver a los trabajadores abandonar la fábrica con Jumhawi a la cabeza, los gerentes terminaron por negociar, pero no antes de que Jumhawi hubiera hablado con cada trabajador para escuchar quejas específicas.

El apoyo del Centro de Solidaridad a los trabajadores migrantes

El Centro de Solidaridad brindó apoyo durante el último año al proyecto de asistencia a migrantes entre los trabajadores del sector textil por medio de la organización de formaciones sobre cómo combatir la trata de trabajadores y la explotación con acciones colectivas de los trabajadores. Se animó a los trabajadores a formar comités para supervisar las violaciones de derechos laborales y remitirlas al sindicato para su resolución.

De los 55.000 trabajadores del sector textil de Jordania el 71 por ciento son trabajadores migrantes. Crédito: Centro de Solidaridad

A lo largo de los años, el Centro de Solidaridad también ha colaborado estrechamente con el sindicato de trabajadores de la industria de confección de prendas de vestir. En mayo de 2013 el sindicato negoció un convenio con los empleadores que cubre a todos los trabajadores y trabajadoras del sector textil, incluidos los trabajadores migrantes. El convenio prevé comisiones de salud y seguridad, exige que el empleador pague el transporte y la comida y prohíbe que los agentes de selección de personal en el país de origen cobren a los trabajadores.

“Nuestro sindicato se preocupa por las cuestiones que afectan a los trabajadores migrantes desde el momento que llegan a Jordania”, dice Fathalla Al Omrani, presidente del sindicato de trabajadores del sector de confección de prendas de vestir.

Según Sara Khatib, responsable de proyectos del Centro de Solidaridad para iniciativas de lucha contra la trata en Jordania, los trabajadores migrantes se alojan en dormitorios que son propiedad del empleador y a menudo no cumplen las normas de salud y seguridad. El convenio exige que los empleadores observen las normas del Ministerio de Salud sobre las condiciones de vida, como no hacinar a trabajadores en una habitación.

“En una habitación vivíamos entre 10 y 12 mujeres”, dice una trabajadora del sector de la confección de ropa. “Después de la visita de los inspectores, el número disminuyó a seis o siete”.

‘Lucharé por los trabajadores migrantes hasta el final’

Según Jumhawi, los supervisores gritan a los trabajadores si no alcanzan el objetivo de producción y pueden reducirles el salario o deportarlos. Estas acciones violan las leyes laborales de Jordania y el convenio del sindicato.

Mervat (centro) con mujeres de Bangladesh, el mayor grupo de trabajadores migrantes en la industria textil de Jordania. Foto cortesía de Mervat Jumhawi

Jumhawi ha desempeñado un papel fundamental a la hora de ayudar a los trabajadores a hacer cumplir el convenio y a reclamar justicia al amparo de las leyes laborales de Jordania. Asimismo, asistió recientemente con la realización de un vídeo que documenta las luchas de los trabajadores migrantes en Jordania y la importancia de la fuerza sindical para ayudar a los trabajadores a alcanzar sus metas. Cuando se le pregunta sobre sus victorias más importantes, dice que cuenta “cada logro, por pequeño que sea” como un gran éxito, “incluso ayudar a un trabajador con algo pequeño”.

“Mervat tiene una relación cercana con los trabajadores y todos confían en ella”, dice Khatib, que trabaja en estrecha colaboración con Jumhawi. “Hace un seguimiento serio de los casos de los trabajadores y se preocupa mucho por ellos. Es muy trabajadora y una verdadera sindicalista”.

Jumhawi dice que trabaja 12 horas al día, siete días a la semana, a no ser que esté demasiado cansada o enferma. A veces las largas jornadas de trabajo y las grandes exigencias hacen que quiera dejar el trabajo, pero cambia de opinión cuando piensa en los trabajadores.

“Lucharé por los trabajadores migrantes hasta el final y animo a todos los trabajadores, especialmente las mujeres, a que se afilien al sindicato. Cuando me afilié, me hice más fuerte”.

Fuente: http://www.solidaritycenter.org/i-was-a-garment-worker-and-i-know-exploitation/