Los gobiernos de la OCDE deben combatir la creciente desigualdad, la inestabilidad financiera y la pobreza

En vísperas de una reunión entre dirigentes sindicales y embajadores de la OCDE, los sindicatos les reclaman a los gobiernos de la OCDE que restablezcan un equilibrio (...)

Bruselas, 29 de noviembre de 2007: En vísperas de una reunión entre dirigentes sindicales y embajadores de la OCDE, los sindicatos les reclaman a los gobiernos de la OCDE que restablezcan un equilibrio en el crecimiento de las distintas regiones de la OCDE, que reviertan la creciente desigualdad de ingresos, que reglamenten los mercados financieros y que cumplan sus promesas de apoyar el desarrollo de los países en desarrollo. Estos reclamos figuran en las declaraciones que la Comisión Sindical Consultiva (TUAC-CSC) presentó ante la Comisión sobre Política Económica de la OCDE y que la TUAC-CSC/CSI y la Agrupación Global Unions sometieron ante las recientes reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial.

Hasta el momento, los gobiernos no han conseguido administrar adecuadamente la mundialización ni lograr que los trabajadores se beneficien con una parte equitativa del crecimiento económico. Esto queda muy claro al observar que en todos los países de la OCDE los salarios representan una parte decreciente de los ingresos nacionales. Un pequeño segmento de las poblaciones de esos países se está embolsando ganancias enormes mientras que los salarios reales de la mayoría de la población activa llevan una década estancados. En los Estados Unidos, por ejemplo, que ahora podría estar encaminándose a una grave ralentización de la economía, en este momento los salarios reales medios son inferiores a los de 1999.

Por lo tanto, los gobiernos de la OCDE deben comprometerse a forjar una economía mundial más justa y sostenible. Y deben además hacer que la mundialización progrese de manera incluyente, que beneficie no solamente a los países ya desarrollados y a unas pocas economías emergentes sino que realmente permita que haya un progreso económico y social en los más de cien países que siguen necesitando desesperadamente el desarrollo, sin el cual no podrán conseguir sacar a sus poblaciones de la pobreza.

“En las cumbres del G8 de Kananaskis y Gleneagles se hicieron compromisos para prestar asistencia y ayuda a los países en desarrollo”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “Hasta la fecha, los resultados están lejos de ser suficientes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) o para que se hagan adelantos en al Programa de Trabajo Decente. Los gobiernos deben cumplir sus promesas y comunicar las medidas que han tomado y que tomarán para honrar sus compromisos. A muchos países de bajos ingresos se les debe cancelar la deuda sin imponerles condiciones en materia de política económica, con el fin de que puedan destinar más recursos a alcanzar los ODM en lugar de utilizarlos para pagar el servicio de deudas insostenibles.”

John Evans, Secretario General de la TUAC-CSC, comentó: “La OCDE estimaba que el tremendo aumento de los mercados crediticios derivados y de los fondos de inversiones “alternativas” que tuvo lugar durante los últimos cuatro años era positivo para desparramar y mitigar los riegos de los mercados financieros. La reciente crisis de las hipotecas de alto riesgo (ndt: crisis subprime o de alto riesgo) demostró lo contrario. Los fondos de inversión especulativos y de los fondos privados en acciones pasaron muy rápidamente de ser un mercado especializado a constituir una de los principales. Esa transformación no se acompañó de cambios equivalentes en las reglamentaciones nacionales ni en la cooperación internacional. La reacción monetaria a corto plazo de los bancos centrales a la crisis de las hipotecas de alto riesgo -por necesaria que fuera- no colma las grandes falencias de cobertura en materia de reglamentación que existe en los mercados financieros mundiales. La economía real y sus trabajadores son quienes pagan por esas falencias."

En la declaración de la TUAC-CSC ante la OCDE se pone énfasis en que los gobiernos deben corregir la falta de adecuada reglamentación de que adolecen los mercados financieros. La tremenda volatilidad de los valores bursátiles y las grandes oscilaciones de las divisas golpean una y otra vez a los trabajadores afectando sus trabajos y su seguridad de ingresos. Los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos por mejorar la coherencia y garantizar que no sean los trabajadores los que paguen el precio de las crisis, cuando fuere que éstas se produzcan.

Ryder agregó: “Vemos los problemas que esto puede causar a los gobiernos: ¿Puede por ejemplo Estados Unidos seguir bajando los intereses para rescatar los mercados financieros y salvar su economía cuando se golpea tan fuerte al dólar? Opinamos que este callejón sin salida es consecuencia de políticas erróneas que han beneficiado a los inversores y no a los trabajadores y, lamentablemente, en todo el mundo se están emulando esas políticas.”

La declaración de la TUAC-CSC ante la OCDE sobre la situación económica puede verse cliqueando aquí (EN - pdf)

La declaración de la Agrupación Global Unions ante las reuniones anuales de 2007 del FMI y el Banco Mundial se puede ver cliqueando aquí (EN - pdf)


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