Primer plano de Ambet Yuson (IBB - India)

“Conseguimos que 15.000 niños dejaran de trabajar... y cuadruplicamos nuestra cantidad de afiliados”

“Conseguimos que 15.000 niños dejaran de trabajar... y cuadruplicamos nuestra cantidad de afiliados”

Bruselas, 21 de noviembre de 2007: La India es el país que tiene mayor cantidad de chicos trabajadores del mundo. La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) combate esta explotación haciendo participar a las comunidades y construyendo escuelas. Ambet Yuson, representante regional de la ICM en Asia y el Pacífico, nos explica la estrategia sindical que posibilitó que 15.000 chicos dejaran de trabajar y fueran a la escuela, como así también que la membresía de algunos sindicatos aumentara ¡400 por ciento!.

¿Por qué hay niños en trabajos tan peligrosos como los hornos de ladrillo y las canteras?

En esos sectores, el salario que se paga depende de la producción individual del trabajador. En los hornos de ladrillos, por ejemplo, el ingreso depende de la cantidad de ladrillos que se fabrican. Por eso los trabajadores adultos se llevan a toda su familia para ayudarlos, inclusive los niños más pequeños. Es algo muy común en la India.

¿Cómo comenzaron a combatir esta explotación?

Nuestro primer objetivo consiste en formar más sindicatos en esos sectores. Pero si comenzamos por decirles a los trabajadores es que sus chicos tienen que dejar de trabajar, nos contestan que la familia ganará menos y se niegan a afiliarse. Entonces hemos recurrido a otra estrategia. Tras haber afiliado a los trabajadores, comenzamos a efectuar negociaciones colectivas con los propietarios de los hornos de ladrillo con respecto a toda una serie de condiciones, de las cuales la cuestión clave está dada por los salarios. Conseguimos que los salarios aumentaran un promedio de 35 por ciento. Entonces sacamos a los chicos de los lugares de trabajo e hicimos que fueran a la escuela. Los padres están muy orgullosos de que sus chicos vayan a la escuela. Eso les permite abrigar esperanzas para el futuro. Durante los últimos 10 años conseguimos que 15.000 chicos dejaran de trabajar.
Además de la escolaridad de los chicos y de haber logrado mejorar los salarios, los trabajadores están contentos de contar con un sindicato que defiende sus derechos y negocia para que se mejoren las condiciones de salud y seguridad y las condiciones de trabajo en general. Eso es importante porque son sectores peligrosos: llevan a cabo el trabajo al rayo del sol, descalzos, sin equipo de protección. Lo mismo sucede en las canteras de piedra: los trabajadores no tienen calzado adecuado y rompen las piedras sin equipo alguno de protección.

¿Cómo reaccionaron los empleadores?

Tenemos una estrategia holística. Llevamos a cabo campañas en las comunidades para convencer a la gente de que el trabajo infantil no está permitido. En esas campañas se hace sobre todo hincapié en conseguir declarar a una aldea “exenta de trabajo infantil”. Cuando un empleador de la aldea utiliza menores, hacemos campañas al respecto donde participa toda la comunidad. Si el empleador no acepta plegarse al objetivo de la campaña, tendrá que luchar contra la voluntad de toda su comunidad.
En algunas regiones negociamos con la asociación de empleadores de los hornos de ladrillo en el plano estatal, como por ejemplo, en Uttar Pradesh. Nuestra siguiente meta es llegar a declarar a todo el Estado “exento de trabajo infantil”. Para ello debemos trabajar mucho más y conseguir que participen muchas más personas.

¿Cómo hacen esas campañas en las aldeas?

Las campañas están a cargo de afiliados procedentes de esas mismas aldeas. Les damos material para la campaña y le brindamos asesoramiento a cada uno de ellos. Son miembros con experiencia, que vivieron ellos mismos esas situaciones. Por lo tanto, luego van a ponerse en contacto con las personas y les explican cómo hicieron ellos mismos.

¿Qué sucede si no hay escuela en la aldea?

Cuando no hay escuela pública, la construimos nosotros mismos. Hasta ahora nuestros sindicatos han construido alrededor de 30 escuelas en la India. Entre 5.000 y 7.000 chicos pasaron por esas escuelas durante los últimos diez años. También tenemos escuelas de transición, donde se dan cursos de recuperación para los chicos que no fueron nunca a la escuela a fin de que puedan luego incorporarse a la enseñanza más general.
Algunos ex chicos trabajadores ya han terminado la escuela primaria y los orientamos hacia las escuelas públicas para que hagan el secundario.
Nos hemos planteado si le corresponde o no a un sindicato ocuparse de construir y administrar escuelas. En realidad, no nos corresponde a nosotros sino que es el gobierno el que debería proporcionar una enseñanza básica. Pero la intención es que nuestras escuelas sean “provisionales”. Luego procuramos que el gobierno se haga cargo de ellas. Por ejemplo, en el estado de Punjab, el gobierno ya ha asumido la dirección de siete de nuestras escuelas. Es todo un éxito para los sindicatos: En esas aldeas el gobierno no tenía escuelas pero nosotros las instalamos y tras haber ejercido presión, las autoridades se hicieron cargo, lo que nos alegra muchísimo. Nuestra estrategia consiste entonces en combinar la labor sindical y la participación de las comunidades con miras a lograr que el gobierno se haga cargo.

¿Cómo solventan los gastos de las escuelas?

No construimos ni grandes escuelas ni muy modernas. Utilizamos lo que esté disponible en la comunidad, aunque sea nada más que un cobertizo, y lo mejoramos. Los miembros de la ICM de muchos países (de Europa, Estados Unidos y Asia) nos ayudan a mantener este programa. Con tan sólo 30 euros se puede mandar a un chico a una de nuestras escuelas durante un año. Le pedimos a nuestros miembros que nos apoyen pero, una vez más, esto solamente reviste carácter temporario: Nuestro objetivo es que finalmente el gobierno se haga cargo..

¿Le dan ustedes dinero o alimentos a las familias que aceptan que sus hijos dejen de trabajar para ir a la escuela?

No. Pero, de todas maneras, cuando los chicos van a la escuela, allí se les da de comer. Esa comida la proporcionamos nosotros o se paga con subsidios de algunos gobiernos locales. Algunas autoridades también proporcionan un subsidio a los chicos de las castas inferiores que van a la escuela.
En algunos casos, les pedimos también a los padres que paguen una pequeña cantidad o que contribuyan al proyecto haciendo la comida para los chicos que van a la escuela. Como puede ver, nuestro enfoque no es puramente sindical, toda la comunidad participa.

¿No debería el gobierno también penar a los empleadores de menores?

El sector de hornos de ladrillos es bastante informal. Una empresa puede cerrar de un día para otro y recomenzar en otro lugar. La idea entonces es conseguir que los patrones participen en el diálogo, procurar que se comprometan a no emplear más menores. La India es el país que tiene mayor cantidad de chicos trabajadores del mundo. Eso constituye un desafío enorme para el gobierno. Si bien su política está a favor de una enseñanza básica, siempre contesta que no tiene fondos suficientes para construir más escuelas. Realmente son muchísimas las aldeas que no tienen escuela y cuando la hay, algunas familias no mandan a sus chicos a clase porque necesitan que contribuyan a ganar el sustento. Por lo tanto, no se puede tratar de hacer aplicar la ley mediante sanciones. De esa manera, se podría conseguir que los chicos dejaran de trabajar durante un tiempo, pero luego volverán a hacerlo debido a la pobreza en que viven. Si no se hace nada para solucionar la pobreza, no se puede erradicar el trabajo infantil.

¿De qué manera refuerza al sindicalismo este tipo de programa de lucha contra el trabajo infantil?

A veces, en algunas regiones, los sindicatos tienen una imagen negativa pero estas escuelas para ex chicos trabajadores les confieren a los sindicatos mayor credibilidad, inclusive ante las autoridades. Contribuyen a ponerlos en la categoría de actores importantes y confiables. Cabe señalar que el estado de Uttar Paradse le concedió un premio a dos de nuestros dirigentes (una medalla y algo de dinero) como reconocimiento por los servicios brindados a la población.
Los efectos positivos de este accionar también se observan en el aumento de nuevos miembros. De nuestros 30 sindicatos afiliados en la India, 10 tienen escuelas para ex chicos trabajadores y 5 de ellos se mueven en ese ámbito desde 1995, momento en que comenzó el proyecto. Entre 1995 y 2005, esos cinco sindicatos cuadruplicaron la cantidad de afiliados que tenían, gracias a que se acrecentó su credibilidad. Está aumentando también la cantidad de trabajadores que escucharon hablar de los sindicatos y desean afiliarse. Existe asimismo un efecto multiplicador en el sentido de que hay más sindicatos que quieren hacer lo mismo.

¿Los respalda el programa internacional de la OIT de lucha contra el trabajo infantil (IPEC)?
En 1995 comenzamos precisamente gracias a una pequeña cantidad que nos brindó el IPEC para el estado de Bihar. Las cosas salieron bien y muchos sindicatos aceptaron luego brindarnos su respaldo. Conseguimos hacer mucho con muy poco dinero.

¿Procuran hacer campañas similares en otros países?

En Nepal comenzamos a trabajar utilizando el mismo enfoque pero tenemos que adaptarnos a la realidad local. En Nepal, las personas que trabajan en los hornos de ladrillo son migrantes. Durante la estación seca están allí y los chicos pueden ir a la escuela pero durante la estación de lluvias se vuelven a sus lugares de origen. Por lo tanto, nos conviene más trabajar con las comunidades. También tenemos otros proyectos piloto en América Latina y África.
Los días 20 y 21 de febrero de 2008 llevaremos a cabo una conferencia internacional en la India sobre los sindicatos y el trabajo infantil, para mostrar sobre todo hasta qué punto puede resultar eficaz nuestro accionar en ese ámbito. La conferencia se llevará a cabo junto con otros asociados de la Agrupación Global Unions. En esta conferencia mundial no nos limitaremos a hablar entre nosotros sino que también lo haremos con otros interlocutores a fin de ver de investigar maneras de mejorar la cooperación para abolir el trabajo infantil.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau


La CSI representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 305 afiliadas nacionales.

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI a los teléfonos: +32 2 224 0204 ó +32 476 621 018.